10 UNA BANDERA PARA LLEVAR

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Percy tuvo, en cierta parte, razón sobre la experiencia con el Oráculo. Esperaba que me dijera que podría moriría en el intento o algo así. Pero en la profecía no necesariamente decía que era yo, sino alguien mas.

Por supuesto, mi mente no dejaba de darle vueltas al asunto. No podía evitar pensar que la persona que moriría seria yo, o peor aun, Roger. No sería capaz de soportar perderlo. El es mas que un simple amigo; era mi hermano.

Como Percy me había dicho, fui a la cabaña de Poseidón. Era una cabaña gris, llena de corales y estaba situada lo mas cercano al lago que conectaba con el océano. En la punta estaba un tridente sobre un numero tres romano.

Me sentí como un invasor al subir al pórtico y tocar la puerta. Después de unos segundos, Percy abrió la puerta y noté a dos personas mas dentro de la cabaña; Annabeth y un sátiro que aún no conocía.

—¿Como te fue?— Me dijo Percy.

—Al parecer, lograré terminar con la bestia...

—¡Eso es bueno!— Percy dijo, pero al ver mi rostro, no pareció convencido—¿No?

— El Oráculo dijo que acabaré con la bestia, pero alguien morirá en el final— Le expliqué.

Me senté en una de las camas, a lado del sátiro.

—Oye, no puede ser tan malo. Nosotros tres hemos escuchado profecías peores y seguimos aquí— Me dijo el sátiro tragando de animarme— Soy Grover, por cierto.

El sátiro tenia cabello café rizado que portaban sus cuernos, y una pequeña barba común.

Annabeth, sentada junto a Percy, puso rostro pensativo.

—Si la profecía dijo que alguien moriría, no necesariamente tiene que ser tu. Las profecías tienen formas muy extrañas de predecir el futuro. Nunca han sido muy concretas— Explicó.

—Tienes razón—Dije un poco mas animado— Pero aun no estoy seguro de a quien llevar conmigo.

—¿En quien confías mas?— Dijo Percy.

—Bueno... Roger, pero ya lo puse en peligro antes, no quiero eso de nuevo.—Dije.

—Arion, los hijos de Ares son muy persistentes. Estoy seguro de que Roger querrá ir contigo y no aceptará un "no" como respuesta— Me dijo Percy.

—Piensalo bien Arion— Dijo Annabeth.

—Lo se, pero solo tengo una duda, ¿Donde esta exactamente la Isla de Delos?— Pregunté a Annabeth.

Annabeth lo pensó un segundo, luego, sus ojos grises obtuvieron un brillo y fue a tomar uno de los libros de una mochila. Lo saco y buscó entre las paginas.

—Como los lugares importantes cambian segun donde se encuentren los Dioses, puede que Delos este en alguna isla en el pais. Igual que el Monte Olimpo en el Empire State, o la entrada al Inframundo en Los Angeles.—Dijo Annabeth viendo las paginas— Así que Delos esta cerca de... Hawaii.

Bueno, no era el lugar que esperaba, pero estaba agradecido. Cualquiera querría ir a una playa vacacional como primera misión de semidiós. Porque, según lo que se, las misiones de los semidioses solían ser en lugares inhóspitos y lúgubres repletos de monstruos. Bueno, el lugar al que voy obviamente habrá monstruos, pero será en una isla hermosa.

Más tarde nos encontrábamos todos en el pabellón cenando antes del anochecer. El sol a la distancia estaba apenas asomándose entre las verdes colinas, teñiendo de naranja el campamento. Todos los campistas nos encontrábamos comiendo pizzas, barbacoas, y verduras. En esta ocasión, ordene a mi vaso que se llenara con la bebida energética, pero deliciosa, Power Aid. Inmediatamente se llenó con un líquido azulado, justo en el momento que Percy llego junto con Grover y un tipo enorme.

ARION ELAINE: EL HIJO DE APOLODonde viven las historias. Descúbrelo ahora