dieciséis

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Ashton al fin había salido de la habitación. Me sentía como la persona más estúpida del universo, pero esto nunca hubiera pasado si yo hubiese sido bonita, sin embargo, era horrible.

- Hey -Luke interrumpió mis pensamientos.

- Hola -traté de sonreír.

- No tienes porqué fingir una sonrisa -sus ojos hermosos ojos se posaron sobre mí.

- Hm -encogí los hombros.

- ¿Por qué lo haces? ¿No crees que los demás ya te hacen demasiado daño como para que tú también te lo hagas? -frunció el ceño.

- Porqué no me gusta la vida, no me gusta seguir despertando cada mañana, esta es una forma de terminar con esta horrible historia de manera lenta y dolorosa -una lágrima corrió por mi mejilla.

- Me han dicho que todas las personas como tú son ángeles, que la sociedad esta haciéndoles daño, y hacen eso para regresar a su hogar -comencé a llorar sobre su hombro.

La sociedad había provocado toda esta mierda, desde pequeña había aprendido que una mujer atractiva era delgada, tenía que ser perfecta para ser amada por los demás. Mis padres también me lo habían enseñado, aunque, yo nunca había podido ser todo lo que ellos deseaban.

- Luke, ¡vete! -grité, desesperada.

- No lo voy hacer, claramente piensas que estas sola, y yo voy hacerte creer que no estas sola.

- ¡Luke! -grité, con la voz cortada.

- Esta vida es hermosa, al igual que tú -estaba a unos centímetros.

- ¡Déjame sola! Entiende que no necesito de tu lastima, no me necesitas ayudar porqué tú y yo no somos nada -sequé mis lágrimas.

- Me importas, ¿de acuerdo? Quiero ayudarte, sólo déjame ayudarte -me tomó entre sus brazos.

- No voy a dejarte que me ayudes por más que me ruegues -crucé mis brazos sobre mi pecho.

-No me importa que digas, no te dejaré sola.

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¡Últimos capítulos de la primera temporada!

the only reason » l. h.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora