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-Déjalo en paz de una vez por todas -gruñó con rabia, la chica rodó los ojos y comenzó a observar sus uñas.

-¿Por qué debería hacerte caso? -consultó antes de soplar suavemente sus dedos.

-Porque si no lo haces arrancaré tus uñas y tu cabello mientras duermes -amenazó, ella parpadeó un par de veces, alzó su mirada algo afligida y bufó.

-No es justo, él es mío -refunfuñó con voz melosa que a él le provocó un escalofrío.

-No, ya no -ella hizo un puchero y se cruzó de brazos.

-Sigue sin ser justo, yo lo quiero -murmuró-. Kookie es demasiado lindo

-Debiste pensar en eso antes de seguir de putería -arrugó la nariz en desagrado.

-Ya, está bien, lo dejaré tranquilo... si prometes que harás que reconsidere las cosas

-¿Reconsiderar, qué cosas?

-Es que... creo que extrañaría mantenerme lejos de él -frunció el ceño y ella al notarlo descruzó sus brazos y negó con ambas manos al aire-, digo, quiero ser su amiga, ya dije que no haría más esas cosas

-Si te pillo abriendo tus piernas para él igual de ofrecida que hoy en la mañana con ese beso voy a quemar tus perfectas pestañas -apuntó con su dedo índice el rostro de la chica.

-No seas imbécil, sabes que lo que digo lo cumplo

-Es bueno que arreglemos nuestros asuntos así de rápido, Jimina -dijo él con una sonrisa burlona.

-Lo mismo digo, Jimino -le copió sacando su lengua, y comenzaron una nueva pelea.

Él se llama Jimin, y ella también {Jikook}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora