Haruno Sakura es una joven universitaria que está cursando la mitad de su carrera, a lo largo de ésta ha conocido muchos chicos, pero ninguno ha podido cautivar su corazón, hasta que conoce a Uchiha Sasuke, quién estudia en la misma universidad pero...
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Sasuke Uchiha no es de las personas que se enamoran con facilidad, bastante frío y reservado es como se le puede describir, debido a ésto es que muchos realmente no lo conocen, puede ser de los estudiantes más populares entre la comunidad universitaria, pero eso no quiere decir que es amistoso con cualquier persona, crear lazos con él es difícil.
El azabache había escuchado rumores sobre una chica llamada Sakura Haruno, la cual acude a su misma universidad, pero no se había molestado en conocerla. Únicamente estaba enfocado en sus deberes, aunque sinceramente había logrado llamar su atención, le parecía bonita y por lo que había escuchado también inteligente, era inevitable no saber de ella.
Su mejor amigo Naruto, por obra del destino o quizá de este mismo, le presentó a la chica de cabello rosado. Con tan solo hablar con ella supo que era especial. Al principio no hablaban mucho, pero Sakura hacía lo posible por convivir con él.
Pronto se hicieron buenos amigos, además de que ambos habían demostrado cierto interés desde el comienzo.
Ella iba a verlo a sus entrenamientos junto a sus amigas.
Él la llevaba a su casa después de la universidad.
Sakura solía ocuparse con la Doctora Tsunade casi diariamente. Cuando pasaban muchos días sin verse, Sasuke la buscaba, le resultaba molesto pensar que podía estar ocupada con alguien más. Los viernes ella solía ir a la biblioteca para estudiar, por lo que Sasuke iba a buscarla cuando terminaban sus clases.
—Estos días no he podido ir a verte a tus entrenamientos, lo siento —pronto deja de escribir para mirarlo, realmente se siente apenada, quería apoyarlo al menos asistiendo a sus entrenamientos, pero a veces le resultaba difícil.
—Supongo que es por todos los deberes que tienes, ¿no?
El Uchiha es un joven celoso, se le ve desinteresado la mayoría del tiempo, pero con la pelirrosa las cosas son diferentes.
—Así es —dice avergonzada.
—No te preocupes —le responde más aliviado—. Pero me gustaría que fueras a uno de los partidos. Tus amigas... —trata de recordar sus nombres, lográndolo rápidamente—, Ino y Hinata irán, ¿no?
—Sí.
—Mañana habrá uno, deberías venir, me haría feliz que estés ahí.
—¿De verdad? —sus ojos se iluminaron, pero repentinamente baja la mirada para evitar ver la decepción en sus ojos—. Pero...
—¿Qué pasa?
—Bueno... —presiona el lapicero que tiene en una de sus manos debido a los nervios repentinos que la atacan, sabe que lo que le confesará no le gustará, pero debe ser honesta—, un chico me invitó a cenar y...
Sasuke suelta un suspiro de inmediato y se levanta de la mesa en un rápido movimiento, aunque su cara no lo demuestre esa confesión ha logrado que se sienta desplazado y herido.
