Zayn (no) está embarazado [ZIAM]

#8- SUSTOS

Un mes había transcurrido, caracterizándose por un consternado azabache y un asfixiante Liam revoloteando tras él.

Su estómago seguía igual de plano y Zayn de verdad esperaba que se quedase así; que no comenzara a hincharse como un maldito globo festivo, llenándole la piel de estrías en el proceso y haciéndolo inútil para ejercer cualquier movimiento.

El mayor jamás olvidaba besar la barriga de su pareja antes de ir a trabajar, recibiendo una mirada irritada del ojimiel y sintiéndose la persona más emocionada del mundo.

Y es que... ¿Cómo no hacerlo? Necesitaba que alguien llegase, viese la maravillosa vida que tenía y le gritase algo que la volviera peor ante sus brillantes pupilas.

Con un precioso novio como lo era Zayn; cálido, jovial; inteligente; condenadamente bueno en el sexo; aunque en ocasiones terco y amargado, siempre mirándole con ojos de amor. Siempre confiando mucho en él y recordándole lo enamorado que estaba.

Con esa pequeña bolita que crecía en el vientre del adolescente; demasiado diminuta aún, pero ya sintiendo que la amaba cada día más.

Aquella tarde de domingo, la pareja decidió mirar una película en el televisor de la sala; Liam yacía junto a un gran tazón de palomitas recién hechas, en espera del moreno para reproducir el filme.

Se distrajo un momento entre las notificaciones de su teléfono; tecleaba aquí y allá, mensajeándose con Harry acerca de tonterías.

Le dije que se fuera a la mierda.
Puta.

Sólo le puso piña a tu pizza.

Sí, pero Louis odia la maldita pizza con piña y en cuanto abrió la caja se encabronó a niveles estratosféricos.

No me tocó sexo por culpa de esa maldita mesera con déficit de atención.

¿Hiciste algo al respecto?

La demandé.

😂

Por enfadar a mi marido y dejarme sin sexo y con un grano en el culo.

"¿Liam?" la dulce voz de su bebé evitó que tecleara una pronta respuesta. Abandonó el dispositivo en el bolsillo de sus bermudas grises y giró el rostro a sus espaldas, donde una escalera se habría paso.

"¿Uhm?" inquirió, en espera de una contestación. Mas lo único obtenido fue un horrible grito que lo dejó innegablemente acongojado.

"¡LIAM!" chilló el moreno; el pavor era percibido sin esfuerzo, y el latir del corazón se le aceleró en cuanto soltó una maldición, corriendo desasosegado por los largos escalones.

Y no se esperó, sin lugar a dudas, lo que sus ojos observaron al empujar la puerta del baño principal.

Zayn estaba en el suelo, ensangrentado y muy timorato; temblaba, no sabiendo qué demonios hacer más que llorar. Sus joggins blancos estaban cubiertos de ese horrible líquido rojizo, el mármol por igual, sus dedos, parte de esa camiseta rojo vino que vestía también mostraba restos de lo que sus manos manchadas provocaron.

Liam se arrojó al piso con él, acunándolo en sus fuertes brazos y exigiéndole saber qué rayos ocurría.
Zayn no tuvo la cordura suficiente para pronunciar palabra que no fuera "El bebé" entre sollozos; detalle que enloqueció imposiblemente más al castaño.

Una de sus manos grandes fue la que se encargó de arrancar el móvil de su bolsillo y marcar el número de aquel único que podía ayudarles.

Zayn no se retiró la pequeña mano del estómago.