Parte quince: 24. Peligros

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Parte quince: 24. Peligros

Despertarse encima de Kyungsoo era lo mejor de su mes, lo mejor que le había pasado en tanto tiempo, que deseaba no levantarse. Tuvo una noche difícil, pero después de ser consolado y abrazado por su novio, las cosas no podían hacer nada más que mejorar.

Con el cansancio acumulado, Jongin se revolvió un poco entre sueños, pero no se dio cuenta que su pareja ya se había levantado y ahora estaba haciendo el desayuno. Cuando finalmente tuvo la fuerza de voluntad para ponerse de pie, se arrastró hasta la ducha para poder despertarse de verdad.

Abrió la puerta después de su delicioso baño y una neblina provocada por el agua caliente lo acompañó hasta su armario. Sacó su ropa más cómoda y la que más le gustaba, semi formal para estar en la oficina. Silbó alegremente y se emocionó cuando el delicioso aroma de frutas y panqueques le llegó en el camino a la cocina.

Pero lo que esperaba encontrar en el lugar y lo que realmente encontró lo dejaron totalmente sorprendido. En la pequeña mesita que tenían para desayunar, Kyungsoo no estaba solo esperándolo para que empiecen su día juntos. Estaba él, si, pero con una compañía inesperada.

El chico que había ayudado la noche anterior, al cual había olvidado por su repentina reconciliación a medias, estaba sentado con una bolsa de hielo sostenida con su mano izquierda, mientras se alimentaba con una cuchara, algo que Kyungsoo le había preparado. Seguramente era una papilla, tenía el labio superior hinchado y parecía que le dolía abrir la boca.

Un buenos días no iba a ser suficiente para poder sentirse menos incómodo. No sabe como, pero su novio encontró al chico que había sido acogido y lo estaba alimentando, también parece que se había hecho cargo de rasguños menores.

¿Qué podía decir o argumentar? ¿Le habría contado el chico lo que había pasado?

–Lo encontré totalmente perdido cuando abrí la puerta al escuchar pasos cerca. Me sorprendí bastante de encontrarlo en esa condiciones, pero me dijo que dos chicos lo habían ayudado y que tenía hambre.

–Yo... él.. lo estaban golpeando...y.... yo– la expresión de Jongin le dio ternura, sus gruesos labios mostraban una pequeña "o" y su usualmente grave voz sonaba un poco aguda debido a su nerviosismo.

–Lo sé, me contó que lo ayudaste y que luego Sehun lo curó. Supongo que fue él, ¿verdad?

–Sí, sí... Sehun es el que sabe... por eso lo llamé.

–¿Y por qué no me llamaste a mí?

Jongin lo miró desconcertado. No se esperaba la pregunta y no sabía como responderla. Iba a ocultarlo hasta que pudiera conversar con él y poder dar una explicación racional. Todos sus planes se vieron radicalmente cambiados cuando Kyungsoo decidió dormir con él en la misma cama, y luego lo dejó acurrucarse. Cualquier cosa iba a ser olvidada.

–No lo sé.

Pensó que su sinceridad haría que Kyungsoo se resintiera o se cerrara nuevamente y eso arruinara el nuevo ambiente. Pero, en contra de todo pronóstico, el chico simplemente se acercó, levantándose de el banco al lado del mesón de la cocina, para acariciar su rostro y negar con la cabeza.

–Bien, podemos hablar de eso luego. Primero veamos qué está pasando aquí.

Choi Young Min contó con lujo de detalles, y sin muchos modales al comer, cómo era su día a día en la pandilla. Por más que Kyungsoo quisiera recordar sus peores momentos en esa dolorosa época en su vida, las cosas que el chico relataba eran mil, dos mil veces peores de lo que hubiera podido imaginar. Habían días en los que tenía que escoger una comida al día, los compañeros de pandilla se atacaban entre ellos en vez de protegerse, dormir en la calle era algo común, se enfermaba con frecuencia y huir de la policía era algo cada vez más frecuente. Ravi nunca se mostró verdaderamente preocupado por los miembros de su grupo, y desde la llegada del hombre misterioso las cosas sólo empeoraron.

Kyungsoo le dejó en la habitación de invitados con comida y juegos. No quería ser prejuiciado, pero el chico no era confiable y ellos tenían que trabajar. Por suerte, se entusiasmó tanto con la idea de pasarse un día entero en una cama cómoda costeada por sus inesperados salvadores que aparentaban estar extrañamente interesados en él.

–No pongas esa cara– la pareja ya estaba en la oficina cuando Jongin decidió empezar una conversación. –Sé que estás pensando que su vida en la pandilla es dura, que las cosas han empeorado, pero no es así. El tipo de grupo que logró establecer Suho es algo que no se repetirá jamás. Lo que está viviendo el muchachito es lo normal, nosotros tuvimos mucha suerte. Y eso que yo también fui un dolor de cabeza para ti durante mucho tiempo. ¿Lo recuerdas?

–Eso ya pasó. Ahora estoy preocupado. ¿Cómo es que terminaste recogiendo a un chico del grupo de Ravi? ¿Qué hacías por ahí?– las palabras se quedaron atascadas en su garganta cuando se dio cuenta que había sido descubierto, pero ya no podía mentir.

–Fui a ver a Kris, quería saber que era cierto y lo es– Kyungsoo cerró los ojos y suspiro, eran malas noticias. –También hablé con Ravi, quería dejar las cosas claras. Kyungsoo, por muy mal que la estemos pasando, sigues siendo mi pareja, mi novio, y no voy a dejar que un pandillero mugroso te aleje de mi lado. Nosotros tenemos que arreglar esto juntos y no me gustaría que él se parte de esto.

–¿Por qué trajiste al chico?– quiere saber, como si las otras cosas que escuchó no tuvieran importancia.

–Lo quiero llevar a nuestro centro de acogida. Es joven, delgado y débil, lo estaban abusando y parece novato. Si lo sacamos ahora y lo ayudamos tal vez salvamos una vida. Es parte de nuestro trabajo.

Kyungsoo asintió con la cabeza y organizó los papeles. Bastante tiempo habían desperdiciando ya y efectivamente tenían mucho trabajo. Le indicó a Jongin todas las cosas que tenían que hacer, organizó los pagos y las autorizaciones y se puso de pie. Antes de irse a la reunión que tenía programada, se acercó al más alto y le dejó un delicado beso en los labios.

* *

–¿Por qué dejaste que se lo lleve?– Ravi se revuelve el cabello y escupe a un lado fastidiado.

–Tus órdenes fueron claras: No tocar al tipo que vino a visitarte. Intentar llevarnos a Min hubiera provocado una pelea, ese hombre tiene contacto constante con la policía y es dueño de una empresa. Si quiere llevarse al novato, que lo haga, pensé que sería lo mejor.

–Idiota– espeta el líder frustrado. –Ese maldito novato puede darle suficiente información para arruinarlo. Si eres tan bueno pensando, debiste considerarlo también. Ahora estamos jodidos si se deja sobornar por información. Sabe donde están todas las cosas, porque aquí a los novatos se les enseña todo ¿Verdad? Quiero que lo traigas aquí, sin importar cuánto te cueste– Ravi va subiendo la voz y cuando termina de hablar está casi ronco de cuanto ha gritado. Su súbdito está parado sin moverse o decir nada, en señal de aceptación de sus palabras. Pero una tercera persona interviene inesperadamente.

–No– dice Kris mientras deja salir humo de su boca, como la mayor parte del tiempo. –Debes traerlo, pero con una condición– explica.

–¿Cuál será esa condición?– Ravi pregunta con impaciencia, odia ser interrumpido y desautorizado por el odioso individuo.

–Quiero su cadáver, tráelo muerto.

Tanto el jefe como el otro joven se quedaron sorprendidos por la orden. Kris no estaba jugando, no estaba haciendo una broma, estaba hablando totalmente en serio y eso era aterrador de muchas maneras.

–Matarlo es excesivo, sólo quiero que se aleje de Kyungsoo y Jongin porque puede abrir su enorme bocota y arruinarlo todo.

–Por eso matarlo es la mejor opción. Ellos le van a dar todo, le ofrecerán una vida como lo han hecho contigo y no se va a resistir a algo como eso. Si regresa, va a querer escapar y se convertirá en su maldito espía entre idas y venidas. Es el tipo de sabandijas que nos traerán problemas, ahora es demasiado tarde. Debes matarlo.

–Yo creo que...

–DEBES hacerlo, Ravi. No me hagas repetir las cosas dos veces– el extraño hombre se alejó tal como vino, con una espesa cortina de humo de cigarrillo a su alrededor.

Manico(mío) (Kaisoo)Where stories live. Discover now