Manico(mío) (Kaisoo)

Parte diez: 8. Un pasado

Parte diez: 8. Un pasado

Ravi no puede dejar de pensar en Kyungsoo. Si no fuera porque muchas personas lo han confirmado, y él mismo lo sabía, estaría seguro que es uno de esos malditos chebols mimados, nacidos en cuna de oro que lo han tenido todo desde siempre. Jamás consideraría siquiera que ese chico había estado en peligro de muerte muchas veces y pasó de la miseria a la riqueza sólo por que su cerebro valía el doble de su peso en oro.

El hombre tenía su atractivo. Era tan masculino, pero al mismo tiempo tan adorable a pesar de su facha de hombre de negocios, ocupado y serio. Su misterioso instructor había dicho que los sentimientos de Kyungsoo jugaban en su contra, que estaba enamorado de un tal Jongin.

Todos estos años creciendo como grupo, habían logrado que sea el líder de la pandilla más fuerte, más unida y más temida de Seúl, así sus problemas internos fueran como un cáncer que tomaba partes y las destruía por completo.

Pero no quería sólo el poder y el control, tenía una razón más para luchar. Quería a Kyungsoo, a ese hombre que era capaz de hacer que las cosas malas se hagan buenas, así que tendría que deshacerse de ese tal Jongin.

El problema es que, mientras más averiguaba sobre la antigua vida de los ex pandilleros, actuales empresarios, más extraño resultaba todo.

Do Kyungsoo llegó de la nada, hizo que Suho tuviera una ventaja absurda sobre el resto de los grupos, la producción de dinero casi se duplicó y las zonas de influencia crecieron. Kai era el encargado de la seguridad, pero era al mismo tiempo quien al principio lo torturaba, terminó por cuidarlo con su vida y después de una lucha tremenda entre los dos grupos, Kris terminó muerto y Suho desapareció. Muchos dicen que se fue por su propia voluntad, otros que fue desterrado temiendo terminar como Kris bajo las manos y la influencia de D.O, quien era cada vez más poderoso.

El caso es que el grupo terminó en manos de él y Kai, no sabe nada sobre el último aún. Con respecto a ese tal Jongin, supone que llegó de la nada, porque no tiene información sobre él tampoco. Durante muchos años, fueron haciendo diferentes negocios por aquí y por allá hasta finalmente ser legales y encima tener el apoyo gubernamental. Algo casi milagroso, imposible de creer.

Ravi no estaba muy convencido de la realidad de muchos de esos rumores y estaba dispuesto a averiguar cuáles eran las verdaderas situaciones. Y qué mejor fuente que la de primera mano, como el mismo Do Kyungsoo... o ese tal Jongin.

–Si sigues así, se te va a secar el cerebro. ¿En qué tanto piensas, niño?

–Hay cosas que todavía no cuadran. La desaparición de Suho, los negocios con el gobierno. Tamooco entiendo de dónde salió ese tal Jongin. Temo que sea un aprovechado, ¿sabes?

El misterioso hombre hace un gesto de total impaciencia y lo mira como si fuera estúpido. Lentamente parece perder la ira inicial e incluso le lanza una mirada de suficiencia, dejando salir una risa burlona.

–A veces actúas como un puto novato. Tu tan peligroso "Jongin" es nada más y nada menos que Kai. ¿A ese si lo conoces, verdad?. Es su estúpido nombre real. Son el dúo dinámico, Do Kyungsoo y Kim Jongin. Al parecer han dejado de usar sus nombres de pandilleros ahora que han trepado alto. ¿Obvio, no crees idiota? Deja de preocuparte por estupideces y encárgate de ganarte su confianza. Vas a tener que sacar tus mejores dotes de actor si realmente quieres ver a Kyungsoo caer de lo más alto al lugar a donde siempre ha pertenecido: la miseria.

El hombre se retira caminando lentamente, lanzando una colilla a un lado.
Ravi se queda parado sin moverse, sin reaccionar. Calmar la ira acumulada no era una tarea fácil. Si había algo que le fastidiaba de aquel sujeto, era su prepotencia. Habían pasado años, cientos de días en los que había tenido que soportarlo y su molestia no hacía nada más que aumentar. Pero debía soportarlo si quería lograr llevar a cabo todos sus planes, algo que ese tipo no entendía ni entendería jamás.