『Capítulo 1』

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Los pasillos de la escuela privada Seraglio High estaban completamente vacíos e impecablemente limpios. El edificio estaba repleto de ventanales, habitaciones y pasillos espaciosos, iluminación perfecta y baños limpios. Apenas cruzabas la puerta principal, podías notar que era una escuela a la que pocos podían acceder. La vidriera que estaba frente a dicha puerta principal, estaba repleta de incontables trofeos bien pulidos y limpios, el vidrio que los resguardaba no tenía ni una mancha. Cada aula tenía una pizarra digital, los alumnos llevaban laptops en vez de libros de texto y la comida de la cafetería era exquisita. Era una escuela con la que todo estudiante soñaba. Estaba dividida entre Middle School y High School, ambos en dos alas distintas del edificio. A Middle School asistían los alumnos de entre once y trece años, mientras que en High School preparan a los estudiantes de entre catorce y dieciocho años para la Universidad.

Ambos mellizos tenían el privilegio de atender a esta escuela, los dos con sus respectivas becas. Giselle Obtuvo la beca por sus impecables sobresalientes y Myles por sus dotes artísticos musicales. Ambos eran considerados pequeños prodigios, los protegidos de la escuela. Aún a su corta edad de doce años, tenían más privilegios que muchos estudiantes con mucho más dinero que ellos, es decir, la gran mayoría de los alumnos que atendían a Seraglio's.

El timbre resonó por todo el edificio. Los pasillos, previamente vacíos, comenzaron a llenarse con cientos de estudiantes, todos ellos con el mismo uniforme: camisa, corbata, un saco, pantalones y faldas mixtas. El saco era negro, corto hasta la cadera, con una línea blanca en las solapas y en los puños. La camisa era blanca simple, el pantalón y la corbata eran de color negro liso, las faldas eran entablonadas y también de color negro.

Los alumnos se dirigieron cada uno a su respectivo casillero, algunos tardando más, otros menos. Myles caminaba por los pasillos del sector Middle School, acababa de salir de matemática nivel 2 y podía jurar que si volvía a ver una ecuación más ese mismo día, se arrancaría los ojos. Visualizó a su grupo de amigos charlando en los pies de la escalera, donde siempre se encontraban. En el hombro llevaba la mochila de su madre, cumpliendo con las ordenes que su padre les dio tantos años atrás, sin separarse de ella. La verdad sea dicha, los mellizos nunca pudieron abrir la mochila, ni siquiera con los cuchillos de cocina de Mike, sin embargo y a pesar de ello, no dejarían de estar cerca de la mochila.

Vanessa fue la primera en ver a Myles acercarse, su cabello castaño (casi rubio) largo llegaba hasta la cintura y tenía unos ojos cafés profundos. Sonrió y mostró sus dientes con aparatos ortodóncicos, sus ojos se achicaron al ser empujados por la sonrisa y su pequeña nariz se arrugó ligeramente. Las argollas que colgaban de los lóbulos de sus orejas se balancearon ligeramente. Le hizo un gesto con la cabeza, indicándole a Myles que se acercara. El chico alcanzó a su grupo de amigos rápidamente y ellos lo recibieron con una media sonrisa.

–¿Te has enterado, Myles? –Preguntó Adam, su cabello fino y negro más despeinado que de costumbre, parecía haber corrido. Sus ojos rasgados y negros lo miraban frenético –Parece que hay alumnos nuevos.

–Estamos en medio del año escolar –Señaló Carlie, prima de Adan. Ambos compartían los mismos rasgos asiáticos –. En teoría, no debería haber estudiantes nuevos.

Oliver lanzó una risotada. Los rulos castaños de su cabello apenas y se movieron, estaban meticulosamente desordenados, Oliver alegaba que le daba un aspecto sexi.

–No sé ustedes –Comenzó Oliver, sonriendo divertido –, pero no pude evitar notar lo bien que le quedaba el uniforme a la nueva.

–¿Cuál de las dos? –preguntó Chase rodando sus ojos cafés, acomodando su cabello rubio cenizo.

Oliver lo miró como si estuviera tonto.

–La rubia, por supuesto.

Myles sintió ser codeado por Vanessa.

𝐋𝐢𝐞 ᴾᴶᴼDonde viven las historias. Descúbrelo ahora