Capítulo 1

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Pov's Scarleeth

Habían pasado ya 3 meses desde que llegué a este vecindario, ya me había acoplado a él. El colegio era lo de menos, seguía manteniendo mis buenas notas, en cuanto a mis amistades... digamos que estaba muy apegada con mi taller y por ello no socializaba como tal; solo salía varias veces con Lili, y de lejos observaba a ratos a Alejandra y Marie. Hoy era el último día del primer semestre de 11º y era viernes, por fin... ¡Oh anheladas vacaciones vengan a mí! No serían muchas, pero 2 semanas eran algo reconfortante hoy en día; sobre todo para olvidarse del estrés de la escuela y quizá dormir más.

- Scarleeth, ¿Puedo hablar un momento contigo? -Alejandra me sacó de mi nube.

- ¿En qué momento se acercó? -me preguntaba- Dime, ¿Qué necesitas?

- Quizá no te interese, ya que solo hablamos muy poco; quizá tampoco la consideres amiga o que se yo; pero al menos quería decirte que Marie no estará aquí un semestre, por asuntos personales

- ¿Qué pasó? ¿Todo bien?

¡Dios! Me aleje de ellas, pero no soy un monstruo para no preocuparme, sabía que en su familia las cosas no iban muy bien, o eso me había comentado cuando visite su casa para los trabajos escolares que solía hacer con ella; los profesores tenían una pequeña manía al juntarme a hacer trabajos en binas con ella, la mayoría de las veces.

- Sus padres finalmente se divorciaron y acordaron que estaría con cada uno un semestre y un semestre; que esa será su vida de ahora en adelante hasta que cumpla la mayoría de edad.
- Que complicado. Lo siento mucho.

- Si.

- Gracias por avisarme, espero que le vaya bien, y espero que no estés sola por mucho tiempo; pronto volverá.

- Gracias, aunque no te avise para que te sientas mal por mí.

- Lo... lo siento.

- No te preocupes.

Saliendo de clases pude ver como Lili estaba molesta, supuse que me había visto hablar con Alejandra, vi cómo se retiraba molesta y solo suspiré; no tenía ánimos de discutir en este momento, literalmente estaba súper agotada y decidí ir a casa a dormir una larga siesta.

Desperté el sábado como a medio día, mi madre había sido tan amable de dejarme el desayuno para recalentarlo, lo comí y me metí a bañar; cuando termine tome un libro y me salí al columpio a leerlo, el día estaba tranquilo y con un hermoso cielo despejado. Estaba tan centrada en mi lectura cuando un ruido me volvió a la realidad, era un camión de mudanzas, al lado de la casa de Ale se estaban mudando; recordé como Ale me recibió cuando me mude, así que como un gesto amable hice un pastel y lo lleve para darle la bienvenida a la persona que sería el nuevo vecino. Llegue contenta con el pastel, toque el timbre y... tremenda sorpresa; pensaba que jamás la volvería a ver.

- ¿Tú? ¿Qué diablos haces aquí Scarleeth?

- Eso mismo me estoy preguntando, Sonia Andersen.

- ¿Y ese pastel? ¿Acaso es para mí? -sonrió cínicamente.

- Si, aunque hubiera preferido que fuera alguien más el nuevo vecino; no alguien como tú.

- Vaya, pero si la niña tonta puede defenderse -comenzó a reír.

- Idiota, mira, me da igual que vayas a vivir aquí, pero no interfieras en mi vida.

- Créeme que es lo que menos quisiera, ¿Me darías mi pastel para que puedas largarte?

- ¡Claro! Toma -se lo di y al instante lo solté, logrando que le cayera encima de su ropa.

- ¡Esta me la pagaras! -gritó furiosa y se metió a su nueva casa.

Wish and DreamsWhere stories live. Discover now