- ¿Eh? Si, si Dri.... ¿Por qué la pregunta? -dije un poco distraída.
- Me parece que te encuentras un poco distraída, ¿Segura que estas bien?
- Si... ¿De qué me hablabas?
- Sobre tu avance...
- Oh, ¿Co-cómo voy?
- Vas reaccionando de forma positiva a los hechizos -sonrió algo triste.
- ¿Por qué lo dices así de triste?
- No estoy triste... -corrigió de pronto- Es solo que...
- Es solo que... ¿Qué?
- Tengo muchas cosas en la mente -mintió.
- Si tú dices...
- Si, no podría mentirte -rasco su nuca algo nervioso.
- ¿Me lo juras?
- Yo.... -se quedó callado- No puedo jurarlo... te he mentido más de lo que recuerdas.
- ¿Qué? -dije atónita.
- No he respondido.
- Ok.... -dije extrañada- ¿Entonces?
- Te lo juro -sonrió- Perdóname Scarleeth...
- Dri...
- ¿Sí? Dime...
- Y-yo... quiero dormir un rato, ¿Puedo?
- Claro, nos vemos luego Lu -me dio un beso en la frente y salió de mi habitación.
Ciertamente me sentía muy cansada, pero sobre todo me encontraba muy confundida, ¿Qué había sido lo de antes? No había visto que moviera sus labios... y ¿Por qué me había llamado Scarleeth?
- Ahh -suspire- No entiendo nada de esto.
Me puse a dar vueltas por toda la cama, mi cabeza no dejaba de atormentarme con muchas preguntas... hasta que llegue a una en particular... la nueva empleada de la casa; es cierto que su actitud me había tomado por sorpresa; me había parecido muy familiar su esencia y su voz... ¿Quién era?
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No supe en qué momento me había quedado dormida, pero parecía que había sido en el momento menos esperado, ya que me dolía horrible el cuello... -Creo que dormí mal- comencé a sobarlo un poco- ¿Qué hora es? -me asomé a la ventana, el sol iluminaba mi cuarto, parecía que era como medio día- ¿Qué nadie vino a despertarme? -me cuestioné cuando mi estómago comenzó a rugir.
- Con permiso señorita -tocaron a mi puerta.
- Oh Leyla, pasa... -salí de mi pequeña ensoñación.
