Deja Vú

59 4 0
                                    

¿Alguna vez te has preguntado porqué hay recuerdos en nuestra memoria que por más que intentes olvidar o ya dabas por olvidado, los vuelves a recordar una y otra vez en los momentos que menos esperabas? 

Bueno, yo si. Tengo uno, uno que apenas puedo distinguir y a veces me hace dudar entre lo que es real y lo que no, pero por más confuso o borroso que sea, ahí esta. No se va. 

Soy yo, de pequeña, entre los 5 u 8 años de edad. Recuerdo escuchar una melodía procedente de un piano, motivo el cual me despierta al llegar de forma suave y casi muda a mis oídos, pero manteniendo esa agradable sensación de nostalgia melódica como si en verdad dicha melodía estuviera a miles de kilómetros de distancia de mi o tan solo fuera producto de mi cabeza.

Luego de eso, me levanto de la cama sin soltar a mi osito de peluche preferido guiada por la música y la curiosidad. Cada paso que daba podía notar como el sonido se hacía cada vez más y más nítido, pudiendo corroborar que no se trataba tan solo de un producto de mi cabeza. Recuerdo recorrer descalza un largo pasillo alfombrado de rojo que daba hasta mi comedor.

Y allí estaba. La silueta que poco a poco podía distinguir con mas claridad a medida que me iba acercando pero con cautela. El autor responsable de la razón por la cual despertaba cada mañana; 

Era mi padre, sentado frente a un gran y majestuoso piano de cola de color negro y reluciente. Sus dedos en él se deslizaban y acariciaban las teclas como si no se esforzara en lo absoluto para lograr tal  pieza de obra musical que de un momento a otro conseguía dejarme hipnotizada observándolo a lo lejos a saber por cuánto tiempo. 

Yo sabía que él, de algún modo, sabía que estaba ahí. Sin haberse girado o haber podido notar tan si quiera mi presencia por lo sumido que estaba en su mundo que lo unía al piano, sé que sabía que estaba ahí. 

Y solo cuando mostraba esa sonrisa suya a mitad de la melodía me hacía dar cuenta de que estaba en lo cierto.

-Buenos días, princesa-. Su tono de voz era tan suave que se mezclaba entre el continuo y apacible sonido de cada tecla sin apartar la vista de ellas y repitiendo una y otra vez la misma pieza cuando ésta acababa. Aquello sumado a los rayos de Sol que penetraban por las cristaleras adornadas con cadenas de oro y cortinas translúcidas me producía tal escalofrío al final que siempre terminaba "despertando" con apenas aliento en mis pulmones y mi ritmo cardíaco latiendo a gran velocidad. 

Y ese es todo mi sueño, o recuerdo, ya no sé bien lo que sea, como dije, es confuso y casi indistinguible. Pero ahí esta. Y no se va, simplemente, siempre permanecerá allí como algo que nunca podré olvidar.



(...)



-¿Katherine? ¿Se encuentra usted bien?-. 

Empecé a entreabrir los ojos lentamente mientras llevaba una de mis manos a mi cabeza.

-¿Que hago en un hospital...?-conseguí susurrar-¡...Mi madre!-recordé en un flash de segundo luego de volver a la realidad por completo-. 

-De eso queríamos hablarte-volvió a hablar aquella voz femenina y apaciguada. Levanté la vista para encontrarme con un rostro no muy familiero ya que me encontraba sentada en lo que parecía una especie de camilla para pacientes enfermos. Llevaba una bata blanca con varios bolsillos del cual colgaban sus cosas y gafas de cristal que me hacían recordar a los de mi profesora de literatura.

-Ha muerto, losé. Solo he sufrido un shock-. La enfermera se miró con su compañera en un tono de expresión que intentaba camuflar como decirme lo que fuera que iban a decirme sin alarmarme todavía más.

-Katherine...-Se atrevió a hablar una de ellas-Has sufrido un shock de casi 72 horas. Has estado 3 días en coma-.

Vale, ni si quiera sé como describir lo que sentí en aquel momento cuando me enteré de aquello. Primero vacilé. Luego me asusté. Después volví a vacilar, no me lo podía creer. Y minutos más tarde, logré conseguir pronunciar algo;

-¿Qué? N-No es posible, no recuerdo nada-tartamudeé-No puedo haber entrado en coma por un simple desmayo, no tiene sentido-.

-De echo, si lo tiene. Tu cerebro no pudo procesar del todo la aceptación de la repentina noticia de tu madre luego de lo ocurrido en el autobús y eso provocó que te dejara en un estado de shock que más tarde empezó a desmayarte y la fuerte caída del cráneo contra el suelo de cemento hizo que entraras en coma-.

-Antes de que algún policía o alguien que estuviera cerca de ti pudiera reaccionar o darse cuenta del impacto, ya era demasiado tarde-concluyó la otra enfermera-. 

No sé cuánto tiempo volvió a pasar antes de que pudiera decir algo más.

-Entiendo...-volví a llevar una de mis manos a mi cabeza-¿Y con respecto a mi madre...Qué queríais decirme?-levanté la mirada otra vez-.

-Verás, esta es la parte más difícil. Si aún estas en estado de recuperación o te sigues sintiendo un poco mareada, lo mejor sería que sigas descansando hasta que...-.

-Dígamelo-La interrumpí-Por favor-. Otra vez la mirada mutua entre enfermeras. Sé que no pintaba nada bien ni me esperaba una respuesta que me dejara contenta, pero debía afrontarlo. Además, no podría descansar tranquila hasta saberlo todo de ella y su supuesto asesinato. 

-Lo cierto es que hemos hecho una autopsia del cuerpo de la víctima del autobús para poder identificarlo-hizo una breve pausa antes de continuar que me pareció eterna-Y como nuestros médicos cirujanos esperaban, pudimos comprobar que en realidad, no se trata de tu madre-.

Lo sabía. Yo sabía que había algo en ese cadáver que me hacía sentir que en verdad no era ella.

-Espera, ¿ellos ya lo sabían? ¿También sabían que no era mi madre? ¿C-cómo?-volví a chocar mis palabras unas con otras-¿Y porqué entonces había policías en la casa de mi madre y mi abuela dijo que fue asesinada por un chófer de autobús?-.

-Porque desgraciadamente-habló su compañera-Hemos diagnosticado a tu abuela y es esquizofrénica. Al parecer no es tratada de esta enfermedad desde que la padece y llegó a un grado tal que hizo que llamara a los policías y terminara con toda esta locura-.

-¿Esquizofrenia? ¿Y porqué el policía me dio su pésame?-.

-Kate, no estaba disculpándose por la muerte de tu madre, sino por las molestias causadas. Él creía que ya estabas enterada del tema y tu abuela habló antes  de que él pudiera decir nada, provocando que entraras en un shock post-traumático que te dejó en coma por 3 días-.

-Vale, todo encaja...-esta vez fui yo la que hizo una breve pausa intentando calmar mis pensamientos acelerados que venían y volvían de un lado a otro de los extremos de mi cabeza-Pero si es cierto que mi abuela está loca y todo esto no ha sido más que un montaje de circo, ¿dónde esta mi madre? ¿Porqué no estaba ella en su casa aquel día como suele estarlo siempre que le hago visitas? ¿Y si vive con mi abuela, como no se había enterado ella antes de que mi abuela tenía esa enfermedad?-.

-A esa conclusión queríamos llegar-su mirada detrás de los cristales de sus gafas que se tornó seria se clavó en la mía como una aguja afilada y dolorosa-Lleva desaparecida desde hace 3 días. Su paradero actual es un misterio-. 











Un viaje Inesperado. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora