Epílogo

19 4 1
                                    


Cuando decidí levantarme del "sueño eterno" en el cuál parecía haberme sumergido después de curiosear e investigar dentro del misterioso cajón que había estado cerrado hasta ahora, nada volvió a ser lo mismo. Ni si quiera yo. Me sentía alguien muy diferente, como si hubiera renacido por tercera vez, pero sabía que no era así. Seguía siendo yo, Katherine. Solo que con una nueva especie de  "extraña" intuición incorporada en mí que no había sentido antes y era la causa de lo que me hacía sentir totalmente diferente. Me hacía sentir más humana de lo que me había sentido hasta ahora (y más luego de enterarme de mi verdadero nacimiento) pero menos "yo". Como si luego de atravesar aquel cajón el cual me había absorbido por completo para arrastrarme hasta su eterna oscuridad, mi personalidad hubiera cambiado. Pero no lo suficiente como para poder darme cuenta de que seguía siendo "yo". 

Sin embargo, la oscuridad de este lugar me recordaba mucho a uno en el que había estado hace poco y se me hacía extrañamente familiar, pero por alguna razón no conseguía acordarme. Era como si hubiera vuelto al mismo bucle infinito de los mismos sueños que se repetían una y otra vez. A diferencia de que, esta vez, sabia con seguridad de que no se trataba de ningún sueño porque acababa de despertar. Aunque no siempre el hecho de "despertar" significaba dejar de soñar. 

Sea como sea, aquel pequeño viaje había sido solo de ida. Y ahora me encontraba otra vez sola y perdida, sin escapatoria. ¿Qué se suponía que debía hacer? ¿Quedarme el resto de mi vida así? ¿Huir, escapar? ¿Dejar pasar el tiempo hasta que alguien me echara de menos y esperar a que me rescataran? Sonaba muy improbable, y la angustia y desesperación empezaban a apoderarse de mí. Por mas diferente que me hubiera vuelto o me sintiera, sabía que tarde o temprano este lugar terminaría consumiéndome en la locura. Necesitaba una solución y rápido. Aunque al menos ya había averiguado el motivo de porqué habían mantenido aquel cajón cerrado bajo llave todo este tiempo. 

Pero no el motivo de porqué de repente se había abierto...¿Se suponía que debía de terminar aquí? ¿Habría alguien planeado que terminara aquí? ¿O simplemente estaba destinada a estar aquí? ¿Y porqué ahora y no antes? Tantas preguntas y tan pocas respuestas. Me preguntaba si incluso el tiempo pasaba en este oscuro e infinito lugar. Quizá se tratara de alguna especie de cuarta dimensión o algo así. 

O quizá simplemente debería de intentar volver a dormir y dejar de pensar... O de lo contrario, la locura no me tardaría en llegar. 


(...)


Cuando volví a abrir los ojos, después de quién sabe cuanto tiempo, me encontraba de pie en medio de un espeso bosque lleno de árboles y arbustos frente a un joven muchacho que sonrió en cuanto me vio;

-¿Te conozco?-pregunté desconcertada creyendo que seguía soñando-.

-N-No-balbuceó nervioso pero manteniendo su alegría luego de una larga pausa de silencio-.

Era curioso pero su rostro se me hacía familiar, así que decidí preguntarle su nombre.

-¿Cómo te llamas?-.

-Pet. Peter Crowley, ¿tú?-. 

Me quedé tan callada como el chico lo había estado al principio. En cuanto dijo su nombre supe en seguida quién era, aunque me costara asimilarlo. Desde ese momento, supe que ya no seguía soñando.

-Katherine Dawson-.

Y también supe que a partir de aquí era cuando mi existencia empezaba a cobrar sentido.



Un viaje Inesperado. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora