02 de noviembre, del 2017.
Daegu, Corea del Sur.ㅤ Hace muchas noches pensaba cómo se escribía mi vida en el libro del destino antes de que llegaras tú. Mi carácter, mis expresiones, hasta la manera en que muevo los labios, provocaron una lejanía para todas las personas a lo largo de los años... me han llamado amargado, cruel, malo. Que por no ser hablador te convierte en el blanco perfecto para las burlas de tus compañeros. Todo aquel tiempo, estaba solo. A media clase le aterraba verme cerca, a la otra mitad disgusto. Esas razones crearon en mis ideas una sensación placentera, yo amaba estar solo, lo disfrutaba. He aprendido identificar la hipocresía en el gentío, la avaricia, sus caprichos y sucios deseos. Me mantengo alerta, ignorando la manera en que ellos tratan de hacerme sentir mal.
ㅤ Aquella tarde me encontraba escribiendo una canción, transcribiendo un mundo de fantasía en la hoja de mi libreta, un lugar pérdido entre mi cabeza, queriendo correr remotamente lejos de la civilización, fuera de los susurros, risas y burlas. Recuerdo la letra, te recuerdo a ti. Mientras estaba hipnotizado en escribir las cosas que quería gritarles a mis compañeras y compañeros, la suave voz de tus cuerdas vocales, lograron arrebatarme del círculo vicioso lleno de odio y tristeza, de pronto toda mi atención se dirigió al chico herido al umbral de la puerta; la lívida piel no ocultaba los hematomas que inundaban su rostro, sobre el puente de su nariz se hallaba un corte ligero y también bajo su labio, ambos cicatrizados. Lo admiré por un minuto, así al darme cuenta que su cuerpo era sostenido por muletas, pues una de sus piernas la cubría un yeso. "Hey..." decías, "he llegado tarde, soy nuevo aquí y no me han dado un tour entero", te escuché decir. No te iba responder, no lo iba hacer, pero mi cerebro no tiene control en mi cuerpo.
ㅤ A pesar de que me resigné a no hablar con nadie del colegio, tú presencia ahí, lo hizo imposible. Descubrí que no todos eran una escoria y que yo no era el monstruo del que todos odiaban y temían.
ㅤ Ya no estaba solo.
ㅤ Ahora tu compañía alegró mi vida, lo adoraba. Tenerte cerca... me ayudó. Pronto, hice más amigos gracias a ti. Chicos cómo yo, cómo tú, tan diferentes, distintos y desiguales, al mismo tiempo siendo uno mismo. Aprendí mostrar mis sentimientos de una forma diferente de lo que me habían enseñado al caminar de mis cumpleaños, me enseñaste a ser paciente, a tener consideración, meditar sobre mis acciones y no explotar. Siendo tú el menor, eres capaz de salir a defenderme y lo fuiste dejando a todos sin palabras, pronto las burlas dejaron de llegar para mí, lo insultos desaparecieron... me ayudaste. Muchas gracias por darle al mundo la verdadera imágen de mí. Ahora por ti, soy capaz de separar los pies del suelo y demostrar todo a todos.
ㅤ Mi corazón esperará.
Min Yoon Gi.
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Soledad y Tristeza. 「 All Kook 」
Fanfic#Koo harem. Cartas para Jeon Jung Kook. Derechos de autor | 09/07/17