Cuidando de un Omega ajeno

IV

Harry*

-Bien, entonces llevaré la comida a la sala espérame ahí

-okay papi

Louis se alejó mientras yo me quedaba preparando el desayuno, espero y Louis no tenga un trauma o algo, sino tendré que llevarlo con un psicólogo.
Al terminar el desayuno decidí llevarselo a Louis, le cocine unos huevos fritos con arroz y un jugo de durazno.

-¿Ya está papi?

-Si cariño ten- se lo dejé en una mesita junto al sillón y después le di un beso en la frente.

Me dirigí por mi laptop, la tomé y volví con Louis. Tenía que mandar unos correos, no importa que fuera fin de semana, para mí el trabajo nunca acaba.

-¿Qué haces papi?- me molestó ver a Louis hablando con la boca llena, así que le di un leve manotazo en el brazo.

-Mastica, traga y después habla, odio que hablen con la boca llena- este asintió, mastico para acabar pronto con la comida en su boca.

-Perdón, ¿Puedo saber que hace papi?

-Trabajo amor.

Trabajo, trabajo...eso me hizo pensar en Lou, su educación, yo tengo que ir a trabajar de lunes a viernes mientras él se queda en casa, a su edad debería estar en la escuela.

-Lou amor- este me miro para tomarme atención.-¿Te gustaría estudiar?

-h-hablas de ir a la escuela ¿Verdad?- vi que Louis estaba nervioso ¿Porque?

-Si cariño, ¿No quieres ir?

-no lo sé...la última vez que fuí a una escuela fue a los once años, la maestra me dijo que soy un inútil y no volví.

Oh...¿Quién se cree esa vieja? No tiene derecho de hablar así a Lou ni a ningún estudiante, podía sentir como la sangre me ardía.

-Veras cariño, para el mundo ahora eres mi “hijo”, si vuelves a la escuela te prometo que nadie te dirá nada malo, eres mi bebé y a mi amor se le respeta.

Vi como Louis sonreía ante mis palabras, su sonrisa es hermosa, lo quiero proteger para siempre y que nadie le haga daño.

-okay papi, trataré de ir a la escuela.

Louis

Harry me convenció de volver a la escuela, bueno, prometió que me cuidaría, así que está bien. En un parpadeo ya tenía escuela y entraría en una semana, así que salimos a comprar mis materiales, Harry me dijo que son muy necesarios.

-Louis ya sabés, ponte tú cinturón de seguridad- asentí ante las palabras de Harry.

Llegamos al centro comercial y nos dirigimos a la primera tienda que vimos.

-¿Que te parece esta amor?- Harry me mostró mochila rosita holográfica, me encanto, es hermosa y es tan yo...

-Si!!- creo que casi dejó sordo a Harry cuando grite-esa papi, la amo.

-Bien, entonces esta será.

Comparamos lo normal, lapices, gomaz, etc...
Subimos al coche y Harry me compro una bebida rosa de Starbucks era linda y sabía rica.

Autora

Cuando Louis y Harry llegaron a casa H fué directo a su computadora portátil, pues aún tenía mucho trabajo por terminar.

Louis quería curiosiar y ver que hacía Harry, al acercarse tropezó por accidente con sus cintas derramando si bebida en la computadora de H.

-¿¡Louis que mierda hiciste!?- exclamó el rizado enojado, el problema no era la computadora, Harry se podría comprar otra si quería, el problema es los informes que no pudo rescatar, ahora haría todo de nuevo.

-¡Perdón papi!- Louis estaba asustado, Harry es muy bueno, pero podía ser el mismísimo diablo cuando se enojaba.

-¡Sabes qué estado toda la puta mañana haciendo ésto!

Harry quitó, la ahora, inserbible, computadora de ru regazo y en su lugar puso a Louis bocabajo.

-¡Papi por favor no! ¡Prometo se mas cuidadoso, lo prometo!

El ojiverde no hacía caso, estaba tan enojado con su bebé que de verdad lo tenía que castigar.

-Callate y no te recistas, ahora quiero que después de cada nalgada digas gracias ¿Entendido?

-...

-¿ENTENDIDO?- dijo Harry dandole una fuerte nalgas al pequeño.

-¡Si Papi!

Harry azotó a Louis un total de veinte veces, le tenía que quedar claro que tiene que ser más cuidadoso o tendra un castigo.

Louis lloraba inconsoladamente, le dolía bastante.

-Ya basta Louis, deja de llorar, sabes que te lo merecias- dijo Harry con su computadora de escritorio haciendo todo el trabajo nuevamente.

-s-si Papi...

-ah...ven aquí amor- Harry sentó a Louis en sus pienso acurrucándolo en sus brazos y dandole mimos. Al fin y al cabo era su bebé y no le gustaba verlo triste.