Hermano

241 21 28
                                    

Un hombre corría por todo el aeropuerto buscando, deseando, que aquel avión no hubiera despegado, sus piernas dolían, todo pasó demasiado rápido, no le dio tiempo de procesar bien lo que estaba ocurriendo. Paró su carrera por un minuto, jadeando a causa de la agitación, intentando recobrar el aire que había perdido.

—¿P-papá? — tartamudeó una voz. Aquel hombre olvidó su cansancio al escuchar aquella voz, esperanzado dio media vuelta con una sonrisa en el rostro, para encontrarse con el chico que le llamaba.

—Yuki... — susurró con algo de decepción. El chico rubio se lanzó a los brazos de su padre, esperando un abrazo correspondido, el cual nunca llegó. —¿Do-dónde está él? — preguntó, alejando a Takayuki de su cuerpo, aun con la esperanza de encontrarlo.

—¿Quién? — preguntó de vuelta el rubio. —¿Papá? — dudó el chico.

—Takanori... ¿dónde está? ¿está contigo? ¿has hablado con él? — volvió a preguntar, ignorando los cuestionamientos de su hijo, mirando a todos lados esperando encontrarlo, con una sonrisa en sus labios, su cabellera castaña y ojos color miel.

—Papá... ¿tú también? — su voz se quebró, esperaba que por lo menos su padre lo apoyara, necesitaba un abrazo de su padre, aquel hombre que siempre tuvo tiempo para él, no esa persona que paseaba su vista por toda la sala buscando al chico inglés.

—¿Dónde está?

—Está en un puto avión a Londres...— habló serio, haciendo que la sonrisa esperanzada de su padre se borrara. — Y espero que ese maldito avión se hunda en el fondo del mar. — comentó para volver a caminar de salida al recinto.

—¡¿Cómo puedes siquiera decir eso?! — habló el hombre molesto. El chico paró su rápido andar para encarar a su padre.

—¿Tú también estás de su lado? ¿También lo quieres más que a mí? ¿también deseas que él sea tu hijo y no yo? — recriminó, siendo controlado por la ira.

—Ambos son mis hijos Takayuki. — Un silencio sepulcral los inundó a ambos. Las voces de las demás personas, los autos en movimiento y taxistas ofreciendo sus servicios a los transeúntes, todo se escuchaba tan distante a los oídos de Takayuki.

—¿Cómo? — preguntó temeroso para cerciorarse de que no había escuchado algo erróneo.

La mirada de confusión en el rostro de su padre hizo que sus temores aumentaran.

—¿No te lo dijeron? — respondió al cuestionamiento.

—¡¿Decirme qué cosa?! ¡Por favor habla papá! — gritó desesperado con los ojos llorosos, haciendo que las demás personas fijaran su atención en ellos.

—Te explicaré cuando estemos en el auto. —sentenció su padre tomándolo del brazo, jalándolo hasta donde se encontraba el automóvil.

Ya estando dentro del mismo, el mayor se puso el cinturón y sacó las llaves dispuesto a arrancar, pero su hijo, en un movimiento rápido le quitó dicho objeto, tirándolo hacia la parte trasera.

—Ya estamos en el jodido auto, ahora habla. — exigió.

—Takayuki...

—¡Ya basta! ¡Me cansé de que me escondan las cosas! ¡¿Quién era ese chico?! ¡¿por qué nadie me dijo nada de él?! ¡¿por qué me siento extraño cuando lo tengo cerca?! ¡Dime de una puta vez qué ocurre! — gritó.

—¡Takanori y tú son hermanos! — soltó ya desesperado.

El pequeño chico, que hace unos momentos estaba siendo comido por la ira, ahora se encontraba en estado de shock.

Famoso por Accidente (un fic de the GazettE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora