Ceder

225 20 20
                                    


—Un, dos, tres por ti... hermano.

Takanori estaba inmóvil, mirando a la personalidad frente a él.

¿Qué hacía él aquí?

No debería estar aquí, no debería saber dónde vive ni cómo encontrarlo.

Mas sin embargo ahí estaba, con los ojos fijos en los suyos y una cara de nerviosismo captable a kilómetros.

No, no podía estar pasando esto, no en su cumpleaños, se suponía que Shima debería estar ahí, no él, el menor en verdad no quería revivir el pasado.

—¿Q-qué haces aquí? — preguntó.

—Yo también te extrañé, imbécil. — sonrió falsamente.

Ante esas palabras el menor decidió simplemente cerrar la puerta.

Takayuki, actuando por mero reflejo lo impidió metiendo el pie entre la puerta y el marco, dejando una pequeña ranura.

—¡¿Así se supone que recibes a tus invitados?! — gritó.

—¡Yo no te invité! — Takanori intentó cerrar la puerta, pero la bota de su hermano se lo impedía.

—¡Oh vamos! Deja de ser tan infantil y abre la puta puerta Takanori, necesito hablar contigo.

—¡NO!

El rubio, más exasperado que molesto tomó de algún lado fuerzas para empujar todo su peso contra la puerta, logrando así abrirla. Ambos cayeron al piso y siguieron con la pequeña riña ahí.

—¡Eres un idiota! ¡No llamaste!... ¡Ni escribiste! ¡¿Tan poco te importamos?! — gritó exasperado el mayor.

—¡Claro que me importan! — respondió el otro en el mismo tono, haciendo que el forcejeo cesara por un momento—, si no fuera así yo no... yo no pensaría en ustedes diario... ni teclearía el número de papá por las noches... yo... en verdad los extraño... — habló Takanori, casi susurrando, con la mirada baja y jugando con sus dedos mientras intentaba no llorar.

—¿Entonces por qué? —preguntó de nuevo el chico más tranquilo, con el ajetreo no había llegado a percibir la calidez de su hermano, ni aquel olor a frambuesa que inundaba la hermosa casa. —¿Por qué no me llamaste?...

—Yuki... — seguía sonando raro su nombre de los labios de aquel chico. —Tenía miedo ¿sí? ...

—¿A qué le tenías miedo? — dudó.

El chico estuvo a punto de contestar, cuando el sonido de unos tacones acercarse lo alteró, miró a su hermano con miedo mientras que Yuki sólo soltaba una mirada confusa.

—Taka, cariño ¿quién llamaba? — escuchó Yuki una voz femenina, preguntándose quién podría ser.

—Es mamá...— respondió en un susurro el pequeño castaño, como leyendo sus pensamientos.

De pronto una silueta femenina llegó a la entrada de la casa, su largo y hermoso cabello castaño fue lo primero que Yuki observó, para luego fijarse en su perfecta figura con caderas un poco anchas, y al final, divisar ese hermoso y perfecto rostro, aquella nariz pequeña y esos ojos almendrados, parecidos a los de Takanori, pecas inundaban su nariz, he ahí la respuesta al por qué su hermano también las tenía.

Aquella mujer era hermosa, no, lo que le seguía, eso le dejaba en claro que él sacó características parecidas a las de su padre.

A pesar de ser gemelos, eran completamente diferentes.

Famoso por Accidente (un fic de the GazettE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora