AMADEUS (Mozart & Salieri)- [PAUSADA]

IX

¡Hola! He dejado de escribir por un laaaaargo tiempo, y principalmente ha sido por la FALTA DE TIEMPO. En serio, creedme, estos meses han sido un horror en los estudios, y también he tenido malas pasadas más bien psicológicas (en el sentido de que no he estado de humor para escribir), pero no importa. ¡Aprovechando las vacaciones de Navidad, os prometo al menos 3 capítulos más! ¡Feliz Navidad y espero que disfruten del capítulo!😄

PD. Hoy es mi cumpleaños ejem ejem 💁Así que regalad votos.

Admirable herr Mozart:

Puesto que aún recuerdo lo sucedido la noche que compartimos hace casi una semana -supongo que ya os lo habrá contado frau Weber, si es que no os acordábais debido a la ebriedad-, me gustaría veros para hablar con vos.

Atentamente,

Antonio Salieri

Acomodado en un sillón, aún pensaba en lo que había escrito y enviado hacía ya dos días. Se cuestionaba si Mozart recordaría algo, no sólo de la paliza, si no de lo sucedido antes de ello. ¿Y si no quería hablar con él? ¿Y si ahora se avergonzaba de lo que había hecho, y no quería saber nada más de él por el resto de su vida? Probablemente, lo habría hecho de manera totalmente inconsciente... O, quizá (aún tenía una mínima esperanza de ello), había algo de realidad y razón detrás de aquel beso. Se preguntó cuánto tardaría la respuesta de Mozart, o peor, si la habría.

En el preciso instante en el que iba a alcanzar la desesperación, unos golpes a su puerta resonaron en sus aposentos. Se levantó rápidamente, saliendo de sus pensamientos, y abrió.

-Herr Salieri-le dijo su criado-, ha llegado una carta para vos.

Salieri bajó la vista a las manos del y vio el sobre que éste llevaba.

-Oh, vaya, muchas gracias-respondió, sonriendo amablemente, a la vez que la cogía y cerraba la puerta.

Volvió a sentarse en el sillón y rasgó apresuradamente el sobre, tratando de no romperlo. Su cuerpo se estremeció al ver que la carta estaba escrita, nada más y nada menos que por Mozart.

Admirable herr Salieri:

Efectivamente, Stancy me informó de lo sucedido al despertarme a la mañana siguiente. Pasaré a veros este viernes. Espero que vos estéis bien, ¡yo aún me estoy recuperando!

Atentamente,

W.A. Mozart

"El viernes... ¡El viernes es hoy!" Salieri se puso en pie repentinamente, como si acabara de haber recibido un calambrazo.

. . .

Cuando lo tuvo ante él, en un principio, no supo qué hacer. Sintió una ligera sensación de aprensión; dio media vuelta, como buscando la inexistente ayuda de alguien, y luego volvió a girarse hacia él. Decidió dejar de hacer el ridículo y tranquilizarse. Finalmente, lo recibió, titubeante:

-Muy buenos días, Herr Mozart. ¿C-cómo estáis?-a continuación, se hizo a un lado para dejarle pasar.

-Recuperándome, Herr Salieri. Como vos visteis, supongo que me dieron una buena paliza aquellas bestias ebrias.

-Sí, la verdad es que sí-contestó, sonriendo, mientras cerraba la puerta.

Mozart se giró para observarlo, mientras continuaba caminando hacia atrás.