Donde los ángeles mueren.

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—¿Lee MinHyung?

Antes de que Mark pueda decir si quiera un palabra, un brutal golpe cae sobre su rostro, reventándole el labio; completamente aturdido se gira para encontrarse con un par de rostros increíblemente intimidantes, uno de ellos lo toma y lo arroja contra la pared.

—Tienes algo que nos pertenece.

Mark cierra los ojos ante el horrible sentimiento del aliento caliente chocando en su rostro, traga saliva, no encuentra frases coherentes en su interior. Otro golpe va directo hacia su estómago, sacando el aire que había en éste y haciendo que se retuerza un poco por el dolor.

—¿Qué mierda no entiendes?, ¿En dónde está el niño, idiota?

El rostro del chico palidece totalmente, sus ojos se abren hasta el punto en que piensa que se saldrán de sus cuencas y su corazón comienza a latir demasiado rápido. JiSung no deja de sonar en su mente.

Bingo. Los hombres que le acorralan se sonríen con malicia, saben que han encontrado justo lo que buscaban.

Lágrimas se forman en sus ojos, comienza a rogar, no por su vida, sólo por la de su pequeño.

Pero eso no funciona.

Oh, no, sólo empeoras las cosas, MinHyung.

Es arrastrado hasta la puerta de su hogar, entre golpes cada vez que se niega a seguir avanzando, mientras el llanto se hace presente.

—Por favor, no me hagan hacer esto... lo amo, por favor. —Agua bajando sin control por sus mejillas.

Está aterrado.

Su cuello es tomado con fuerza, casi sin dejarlo respirar, es maldecido y golpeado hasta que no le queda más que abrir. Intenta tomar aire para introducir la llave en la cerradura, pero sus temblorosas manos no se lo permiten y sólo provocan que sus nervios crezcan más a cada segundo, finalmente, el tortuoso rechinar de la puerta al ser abierta le llena los oídos.

JiSung sale casi corriendo de la habitación hacia la entrada en busca de su novio, soltando un grito en cuanto ve el estado en que se encuentra: despeinado, con golpes por sobre toda su cara y la ropa manchada con pequeñas gotas de su propia sangre, el rostro rojo de tanto llorar y los ojos húmedos por las lágrimas de impotencia que aún esperan por salir. Un completo desastre.

Aprovechando cada segundo, Mark abraza con todas sus fuerzas al menor y llora otra vez; toma su rostro entre las manos y une sus labios en un beso cargado de sentimientos y frustración.

—Lo siento, lo siento, lo siento... —El mayor susurra sobre los labios contrarios con el poco aliento que tiene. JiSung se limita a mirarlo sin poder comprender ni asimilar nada.

Todo se aclara al ver a aquellos hombres que lo lastimaron jalar a Mark hacia atrás, separándolos por completo y dejando a éste último sometido por ambos cuerpos.

—Qué bueno que te encontramos, bebé. Tus clientes están ansiosos por tenerte de nuevo, estoy seguro que los extrañaste tanto.

El pequeño queda paralizado por el miedo, simplemente no puede creer lo que está viendo; siente como si de pronto fuera a desmayarse y la bilis dando saltos el interior de su estómago, vuelve la vista hacia Mark, quien lo mira con tanto pavor que es indescriptible.

En el momento en que JiSung da un paso hacia atrás, uno de los mayores corre hacia él y lo toma por los cabellos, jalándolos con fuerza y acercándolo tan asquerosamente hacia su cara.

—Oh, nene, nos has hecho tanta falta. Ninguno de esos demás chicos es tan exquisito como tú. —El hombre hace hacia atrás el fino rostro, provocando que JiSung suelte un chillido al sentir la lengua sobre su piel, dejándole rastros de saliva y luego una fuerte mordida. Tan repugnante. —Mírate ahora, creciste tanto en tan poco tiempo, déjame probarte una vez más. —Aplasta sus labios contra los más pequeños con fuerza y JiSung se remueve entre los fuertes brazos, intentando no corresponder. "Ya no más, por favor".

Las grandes manos se cuelan dentro de la camiseta del menor, haciendo que grite desesperadamente pidiendo ayuda.

Pero ahora ni siquiera Mark puede salvarlo.

De un momento a otro, todo queda en silencio, los dos enamorados se miran fijamente entre largos y profundos sollozos lastimeros mientras que los dos sujetos restantes ríen divertidos, erizándoles la piel.

—JiSung, por favor, perdóname... yo no quería, te lo juro. —Niega repetidas veces con la cabeza, con la voz quebrada y casi inaudible. —Te amo tanto.

En milésimas de segundo una bala perfora el cráneo de Mark, salpicando a los presentes de sangre; el cuerpo cae inerte al suelo ante JiSung, quien está en shock, para luego soltar un grito que de inmediato fue silenciado con un golpe. Lágrimas caen sin parar mientras intenta zafarse desesperadamente de las manos de aquel hombre.

Oh, todo su pequeño paraíso se vino abajo.

Mark, quien se encargó de tatuar amor en su piel y dentro de su cuerpo, ya no está más.

Enseguida comienza a recibir tantos golpes como su cuerpo resiste, lo despojan de sus ropas y lo toman como otras tantas veces, hasta que se sacian por completo. JiSung termina sobre el piso, adolorido y cansado en todos los sentidos, sin huella alguna del amor que había recibido durante tanto tiempo, mientras observa por última vez el cuerpo de su novio sobre el piso cubierto de sangre.

"Algunas veces, las personas no están destinadas a tener los finales felices con los que tanto sueñan".













( ♡ )

Esto aún no acaba. (?)

a million men | marksung. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora