05.

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El alma le sale del cuerpo al ver como su mejor amigo es lanzado a una zanja lodosa, muerto.

ChenLe toma una soga mientras intenta que su llanto no sea audible para alguien más.

Otra vez había sido tocado, haciéndolo sentir usado, miserable.

Ya no puede más.

Se pone de pie sobre el colchón y anuda la cuerda a una viga del gastado techo, siguiendo con el nudo al otro extremo.

Su corazón da un vuelco al pensar en JiSung, su pollito.

No quiere dejarlo porque es la única persona a la que realmente a querido y es lo único que le queda a su arruinado corazón, pero el dolor que siente se vuelve cada vez más insoportable, la cordura se le escapa entre los dedos, como humo, imposible de recuperar.

Cada día que pasa le cuesta más respirar, su voz se convierte en débiles suspiros, ya no puede dormir, ya ni siquiera puede encontrar una diferencia entre lo que está bien y lo que está mal.

Un pitido se hace presente en sus oídos, la presión dentro de su cabeza crece, siente como su cerebro palpita dentro de su cráneo, entonces se golpea las sienes, jala su cabello y vuelve a llorar, ahora con más fuerza.

—¡Dios! —Solloza con el hilo de voz que le queda, mientras mira al techo, en busca de una respuesta.

No la encuentra.

Pone la soga alrededor de su cuello y comienza a rezar, en un intento desesperado por poder conservar su alma.

—Lo siento, lo siento, lo siento tanto. —Pide con la voz cortada, sin poder controlar los hipidos que salen de su garganta.

Pronto acabarían.

1... 2... 3... ¡Salta!

El cielo continúa lleno de nubes negras desde el día en que ChenLe se fue.

Lágrimas inútiles surcan sus mejillas.

"Lele, por favor, regresa. No me dejes solo aquí, recuerda nuestra promesa... tú y yo nos iríamos juntos, dijiste que me querías, ¿Por qué lo hiciste?, ¿Por qué si te sentías así de mal no me dijiste nada?"

Rueda sobre el viejo colchón, repitiendo mentalmente una y otra vez las mismas preguntas; abraza sus piernas con desesperación, encajándose las uñas en su piel llena de moretones y heridas.

Él era su ultima esperanza y se había esfumado.

Ahora JiSung está solo, hundido en la más horrible de las miserias.

La imagen de ChenLe sin vida entre el lodo de la fosa vuelve a su cabeza, mareándolo, sus ojos comienzan a aguarse y las lágrimas salen sin control alguno.

Llora frenéticamente y rasguña su cara con tanta fuerza que parece que se arrancará la piel. Quiere borrar todas esas imágenes, toda esa confusión. Está desesperado.

El cuerpo le pesa, y al mismo tiempo se siente tan liviano, vacío.

Siente mucho frío, tanto frío que le quema.

Y siente que se ahoga en esa tempestad tan fuerte y quiere huir, pero al mismo tiempo desea que las gotas heladas toquen su cuerpo, para despertarlo de aquella pesadilla.

¿Cómo es eso posible?

No logra conectar nada, su mente está hecha un caos, perdido en un laberinto sin principio ni fin.

Podría intentar cualquier cosa ahora...

a million men | marksung. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora