—Cada vez que estoy empezando
a ser feliz tengo esa horrible sensación, de que esa felicidad
no durará mucho—Erick ya estaba en el jardín, Gastón en su trabajo y Nina terminando de preparar la clase que le tocaba dar a la tarde. Estaba inquietante, tenía un mal presentimiento y eso hacía que no se pudiera concentrar. Miro el celular y aún quedaban dos horas para que saliera su pequeño del jardín. Para su sorpresa tenía un mensaje de su niño bonito invitandola a almorzar, le respondió y empezó a alistarse. Tomó sus cosas y salió de la casa, paro un taxi y le dio la dirección del restaurante. En una mesa que daba a la calle se encontraba Gastón con un menú en la mano y el ceño fruncido.
—Gas..—llamó Nina
Él bajo el menú y al ver el rostro de Nina sonrio ampliamente. Se acercó a ella y en modo de saludo beso sus labios.
—¿Cómo estas amor?—pregunto Gastón con la mirada puesta en
el menú nuevamente
—Bien..—respondió Nina—algo preocupada
—¿Paso algo?—Gastón empazaba a preocuparse—¿Erick esta bien?
—Si—respondio—sólo es que tengo un mal presentimiento
—Otra vez con eso Nina—bufo Gastón—¿Que hablamos?
—Es que se cumplen Gastón— Nina bajo la mirada—y tengo miedo que sea algo con Erick
—El pequeño va a estar bien—Gastón tomó su mano—te lo prometo pequeñaAnte todo lo malo que le pasaba Nina lo presentía antes, no sabía si era un don o una maldición. Y siempre se cumplía.
—Siempre se cumplen—susurro Nina más para ella que para él
Pidieron la comida, para Nina un plato de ravioles a la cuatro quesos y para Gastón un buena porción de papas fritas con una milanesa a la napolitana. Todo el almuerzo se la pasaron en silencio sumergidos en sus pensamientos.
—¿Como estuvo tu día?—pregunto Nina cortando el silencio—¿Mucho trabajo?
—Entraron tres divorcios—respondió Gastón—con división de bienes pero Matteo se los paso a otro abogadoNina estaba a punto de contestar cuándo el celular la interrumpio.
N O T A
A mi me pasa algo similar que lo de Nina, presiento y por lo general se cumplen