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Todos los días de Seungcheol consistían en levantarse, arreglarse para el trabajo, ir a la editorial, regresar a casa, se quitarse la ropa y se cambiarla por una que era más era cómoda, cenaba si se le apetecía, a veces veía tele, y luego se iba dormir. Ahora que sabia lo que era ser acompañado en su vida cotidiana, se sentía solo pero trataba de ignorarlo, a veces se sentía nostálgico, algunas ocasiones melancólico y en otras hasta molesto. Hace tiempo que se sentía.

Ese día se cumplía un año desde que invoco a Jihoon

Seungcheol no tenia muchas ganas de comer así que no lo hizo pero en la noche su estómago rugió, no había nada en su cocina, tuvo que salir a comprar algo. La noche tenia un viento frío, soplaba en su cara y hacia que sus orejas se pusieran rojas.

Muchos dicen que la mejor manera de calentarse las manos es agarrando la mano de la persona que mas quieres. Metió sus manos en las bolsas para que no pasaran frío. No podía hacerlo de otra manera, Jihoon no estaba ahí y lo que recuerda es que el demonio tenia manos frías como las de un muerto, pero era un frío que amaba.

Sus ojos se concentraban en el piso, estaban perdidos en el, veía sus pies caminar, uno aparecía mientras el otro desaparecía mientras avanzaban, pero cesaron cuando algo cayo al suelo. No podía creer lo que veía, eran flores de durazno en pleno invierno. Alzo su mirada a ver los arboles, estaba floreciendo, no era primavera así que era casi imposible que fuera así, se quedo asombrado, era maravilloso.

Sus ojos volvieron al piso, el dije que siempre colgaba en su cuello, cayo y se rompió en pedazos.

-¡No!-. Trato de recolectar todas la piezas rotas

Unas pequeñas manos lo ayudaron a recogerlas. Recolecto todo lo que pudo, estaba arruinado, sabia que no había reparación, todo lo que le quedaba de Jihoon era ese collar y ahora estaba roto.

-Gracias-. Se paro nuevamente viendo las piezas.

-De nada-. Volteo a ver de quien se trataba, conocía esa voz, no podía ser.

-¿Woozifer?-. Ahí estaba justo en frente de el, se quería pellizcar para confirmar si esto no era un sueño.

-Ya no más...Llámame Lee Jihoon

Seungcheol abrazo a Jihoon inmediatamente olvidándose de lo que tenia en sus manos. Sus grandes y expresivos ojos estaban apunto de derramar lágrimas de felicidad.

-Perdón

-Te perdono solo porque nunca pude olvidarte

-Yo tampoco te olvide

Separo a Jihoon de su cuerpo para ver su cara. Estaba tan hermoso como siempre, sus ojos, sus labios, su nariz, nada había cambiado.

-Seungcheol, en serio perdóname solo te deje sin más, yo solo...-. No termino su frase porque sus labios fueron ocupados por los de Seungcheol.

-Te sientes cálido-. Se separo por la sorpresa, tomo sus manos y estaban calientes.-Ya no eres frio...

-Eso es porque soy humano

-Tu...

Jihoon solo asintió orgullosamente.

-Decidí pasar mi eternidad junto contigo-. Beso los labios del pelinegro nuevamente.-Vamos a casa

Jihoon se sentía incomodo, ser mil años demonio y al día siguiente ser un humano no era cualquier cosa y Seungcheol no sabia lo que sentía pero no lo dejaba dormir, estaba extremadamente feliz. Jihoon se acostó cómodamente sobre el hombro de Seungcheol para poder verlo, el pelinegro ya lo estaba viendo desde antes, le acarició el pelo y lo acomodo fuera de su cara, sonrió dulcemente mientras que lo veía con los ojos chispeantes.

Woozifer ↣JiCheol↢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora