Capitulo 6: Celos

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Nota: 

Lo siento, siento haber tardado tanto, chicas. No pude escribir mucho porque tenía pilas y pilas de tarea. No tenía tiempo ni para ir al baño, asi que imaginense... Al parecer los profesores querían joderme el fin de semana largo. Pero bueno, aquí está el nuevo cap! Espero que les guste, no se olviden de votar y comentar, y si quieren siganme.

Hacía una hora había llegado a mi hogar, mi brazo izquierdo sangraba, y no podía dejar de llorar. Para colmo, me sentía culpable por haber tratado a Ross tan mal. Él no se merecía que le hubiera gritado de esa manera. Él no tenía la culpa de nada. La culpa era solamente mía, por no haberme alejado del chico cuando podía hacerlo. 

Sabía que le había lastimado, pude verlo en sus ojos en aquel momento. Ese dolor me era muy similar. 

Debía disculparme con él, pero tenía que ser en persona. No por un mensaje, no por una llamada, además ni tenía su numero. Pero, no sabía ni donde él vivía, así que tendría que esperar al día siguiente, en el infierno... digo, escuela.

Aunque, si me disculpaba y seguía conversando con Ross corría el riesgo de volver a ser golpeada por Ashley. Así que, está vez me alejaría definitivamente de él, de eso no había duda. Lo haría, aunque me doliera.

En ese momento, sonó el timbre. Y como me encontraba sola en casa, fui a abrir yo. Me encontré con un chico de cabello pelirrojo y ojos verdes, que me era extrañamente familiar, pero no, era imposible. No podía ser él. Al verme, me sonrió, y luego me abrazó. Hacía mucho que no recibía uno de esos abrazos sinceros...

—Lucia, no sabes cuanto te he extrañado. Estás muy cambiada. ¿Me recuerdas? Soy Tyler.—dijo rápidamente. Tyler... era el hermano de Sally. Al darme cuenta de eso, yo lo abracé como nunca antes está vez. Cuanto lo había extrañado. él era como el hermano que jamas habíaa tenido. 

—Tyler, ¿que haces aqui? Tu te habías mudado a España.—lo invité a pasar, y él entró, para luego cerrar la puerta. Y nos sentamos en uno de los sillones de la sala de estar. 

—Lo se, solo quería volver a verte a ti, y a terminar mi ultimo año de escuela, he repetido uno, así que... de todas maneras, estoy muy feliz de volver a verte.—comentó con una pequeña sonrisa. En ese momento, recordé que no traía puesto un sueter, así que escondí mis brazos detrás de mi espalda. 

—Voy a ponerme un abrigo, no tardo.—y corrí hacía las escaleras. Cuando iba a pisar el primer escalón, él replicó.

—Ni siquiera lo intentes. Ya las he visto.—me cago en todo. Me había descubierto, y estaba bien jodida.—vuelve aquí, Lucia. Quiero verlas mejor.—ordenó con seriedad. Sin ganas caminé hasta él, me senté a su lado, y le mostré mi brazo izquierdo. Lo tomó con delicadeza y lo observó en silencio.

—No entiendo porque quieres verlo.

—Porque quiero saber cuantas veces me necesitaste y yo no estuve ahí para ti.—contestó, ahora mirandome a los ojos. Bajé la cabeza, aunque no estaba avergonzada, esas eran mis marcas de guerra, y nunca había que avergonzarse de ellas. Pues demuestran que fuiste fuerte durante demasiado tiempo, hasta queya no aguantaste más.

—Lo siento...—él me interrumpió bruscamente.

—Prometeme que no volverás a hacerlo.—pidió de una manera algo desesperada. Sus ojos verdes brillaban por las lagrimas acumuladas, pero hacía un gran esfuerzo por no soltar ninguna. Y yo no sabía que decir Sabía perfectamente que no podría cumplir esa promesa, aunque tampoco quería mentir al unico amigo que tenía. Pero, tampoco quería decepcionarlo. ¡AH! ¿Por que todo es tan dificil?  

—No puedo prometerte eso, Tyler. Lo sabes, sabes que yo no soy capaz...—volvió a interrumpirme.

—Entonces solo intentalo. La esperanza es lo ultimo que se pierde.—me recordó. Y asentí, tal vez, solo tal vez, podría intentarlo.—genial, ahora cambiate. Vamos a tomar algo, y a recuperar tiempo perdido. 

Punto de vista de Ross.

Estaba solo, completamente solo, tomando un cafe amargo en una cafetería que se encontraba cerca de mi casa. Las palabras de Lucia aún taladraban mi mente. ¿Que si me dolió lo que ella me gritó? Pues si, demasiado.

Tambien miraba sin ningún interes por la ventana, la gente pasaba, sonriendo o triste, como solía estar mi chica. Mi chica. Me gustaba llamarla así, aunque sea solamente en un pensamiento. 

En ese momento, veo a alguien cruzar la calle, me es extrañamente familiar... ¡Es Lucia! Con un tipo, de su edad o quizás dos años más. Ella sonreía mientras hablaba con él. Y eso me ponía de los nervios. Sin poder evitarlo, apreté los puños al verla tan feliz con ese, mientras que conmigo ni sonreía. Pero, al notarlo, suspiré y exalé, intentando calmarme.

 Quizás solo era un amigo.

Sabes que no es solo un amigo.

¿Quien coño eres tu?

Soy tu conciencia, idiota.

Ah, bien... "conciencia" es la primera vez que te escucho en mi vida. ¿Quieres decirme porque demonios te apareces justo ahora?

Para ayudarte con Lucia, duh.

Oh... vale... ¿que hago?

Solo espera a que ella y su "amiguito" entren. Luego, escucha su conversación. Así sabrás sin son solo amigos o algo más.

Oh, que gran plan, no se como no se me ocurrió antes. Cabrón...

Callate, que ya entran.

Efectivamente, en ese mismo momento, se escuchó la campanilla que anuncia que alguien acaba de entrar a la cafetería. Ella y él se sentaron detrás de mi, y no me reconocerían, eso esperaba. 

—Bien, voy a buscar un par de cafes, ¿que quieres tu, linda?—al oír el apodo que ese imbecil le puso a MI Lucia, sentí mi sangre hervir.

Aw, estás celoso.

Estupida conciencia.

Ay que enojón. Lucia no va a quererte así...

Callate, hijo de tu mamá, trato de escuchar su conversación.

Eso sonó muy acosador,¿lo sabes?

¡¿Que?! Pero si fue tu idea hacer ésta estupidez.

Vale, vale. Me callo.

En ese momento, me preparé para escuchar todo de todo.

Help me (Ross Lynch)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora