Capítulo 7: Una interesante conversación

2.3K 152 16
                                    

-Tenía muchas ganas de verte, Lucia. Te he extrañado mucho.-estúpido tipo cursi del que no me se su nombre. Seguro tiene un nombre demasiado cursi, como... bien, no tengo nombres cursis. Mierda.

-Yo también, Tyler.-contestó ella, seguro que con una boba sonrisa. Ok, ya se su estúpido nombre... entonces... estúpido, Tyler. Jajaja, estupido e idiota Tyler.

-Vale. Bueno, ¿tu sigues en la misma escuela que cuando yo me fui?-preguntó él, con fingida curiosidad.

-Si... ¿por que lo preguntas?-quiso saber Lucia, algo extrañada y confusa.

-Porque si tu estás en la misma escuela de antes... yo iré contigo. Si, me han anotado en ella.-reveló Tyler.

¡NO! Eso no era nada bueno. Ya era suficiente con que él estuviera tomando un cafecito con ella, ¿y ahora tenía que estar en la misma escuela que Lucía? La suerte, definitivamente, no está de mi lado.

-Eso es genial.-respondió.

-Ahora, cambiando a un tema más serio... sobre, ya tu sabes, no quiero que vuelvas a hacerlo.-ordenó Tyler con seriedad. ¿De que carajos está hablando éste tipo?

-Dije que lo intentaría, ¿no? Pues lo haré. Pero... no es tan facil, Ty.-ok, le llamó Ty, cuándo alguien pone ese tipo de apodos no es bueno, eso no es buena señal. Creo...

-Quiero que lo intentes. Si sigues haciéndolo, me haces daño, a mi y a todos los que te rodean.-¿pero de que carajos habla éste pendejo?

-¿Crees que le importo a alguien además de ti? No. A nadie, ni siquiera a mi propia familia.-dijo ella, sin expresión.

-Si le importas a tu familia. Yo lo se. Y recuerda que a... Sally...-ella lo interrumpió con brusquedad y frialdad.

-No hables de Sally.-la voz de Lucía ante la mención de esa chica, era espeluznante. Daba miedo.

-Lo siento. Pero, sabes que a ella no le hubiera gustado esto.-comentó Tyler con tristeza.

-Lo se. Pero, ella no vivió todo lo que yo viví. Ella no ha sufrido insultos y golpes, ella no fue despreciada por sus padres, ella no estaba sola, completamente sola. Ella no ha perdido a un buen amigo por su estupidez.-replicó Lucía con la voz algo quebrada.

¿Acaso lo último lo dijo por mi?

-Tienes razón, pero siempre puedes hablar conmigo. Soy tu mejor amigo, ¿verdad?-preguntó Tyler.

-Por supuesto que si.-al escuchar eso, pude respirar con normalidad nuevamente, y mis puños se relajaron.

Solo era su mejor amigo.

-De todas maneras, seré como un chicle en la suela de un zapato, me tendrás pegado a ti, todo el día. No te librarás de mi.-avisó Tyler.

-Vale, vale. Por mi, no hay problema.-contestó Lucía.

-Bien. Ahora, quiero preguntarte algo, y quiero que me contestes con sinceridad. ¿Estás comiendo? Porque te ves muy delgada.-comentó.

-La verdad es que no mucho. No quiero subir de peso.-respondió ella en voz baja.

-¿Subir de peso? Pero si estás perfecta.-replicó Tyler. Al oír eso, sentí mi sangre hervir de rabia, nuevamente.

-No lo estoy, estoy demasiado gorda. No trates de mentirme, Tyler, sabes que odio a la gente que miente.-le recordó. Ella no necesitaba hacer ningún tipo de dieta, para mi era perfecta.

-No trato de engañarte. Pero, si no comes puedes enfermar, ¿acaso sabes cuantas enfermedades hay ahora? Puedes morir.-le advirtió.

-Te digo que lo que más deseo es morir. Y déjame, es mi cuerpo, puedo hacer lo que se me antoje con él.-¿morir? ¿su mayor deseo es morir?

-¿Hasta cortarte?-preguntó Tyler.

-Si, hasta eso.-contestó.

Al oír sus palabras, se me heló la sangre. ¿Cortarse? ¿Ella se cortaba? No, no, y no. Me negaba a creerlo. ¿Ella? No, es imposible. Seguramente es solo una jodida broma. Si, eso debe de ser.

-Sabes que quiero que ya no te cortes. Por favor, ya no te lastimes. Me duele ver esas cicatrices. Me duele ver que estás sufriendo. Me duele ver que has sido lastimada todos éstos años. No te lastimes.-repitió Tyler, ya suplicando.

-Pedir que ya no me corte, es como pedir que la gente no muera. Prácticamente imposible. Y lo sabes. Sabes que no resistiré y cuándo me sienta mal volveré a hacerlo. Lo sabes.-replicó.

Entonces, ella se cortaba. Y enserio. ¡Que estúpido soy! ¿Como no me he dado cuenta antes? ¿Como pude no darme cuenta de que ella sufría? ¿Como no pude darme cuenta de que por esa razón ella usa siempre un suéter? Para ocultar sus cortes.

En ese momento me sentí mal, muy mal. Descompuesto, diría yo. O quizás era que como yo la quería demasiado, yo también sufría por ella. La quería mucho, lo admito, aunque creo que ya lo había admitido antes, varias veces. 

—Lo se, te comprendo. Pero, debes dejar de hacerlo, me duele verlas, ¿vale? Por favor, intentalo.—pidió Tyler.

—Lo intentaré, pero no prometo nada, Ty.—contestó Lucia. Me dolía escucharla de esa manera, quebrada.

—¿Quieres ir a mi casa? Mamá quiere verte.—comentó Tyler cambiando bruscamente de tema. Oh no, ¿su casa? Eso no es buena señal, no es bueno, no es bueno. Hay muchas cosas que pueden hacer en su casa... y no estoy hablando de estudiar.

Estupido Ross, Lucia le contestó que era su mejor amigo, ¿acaso lo olvidas?

Callate, cabrón. A mi no me engañas, tu estás tan enojado como yo.

Calla, imbecil. Mira que ya se largaron y todo por empezar a discutir conmigo.

¡¿Que?! Pero si tu empezaste a joderme.

Oh...pues me callo.

Pues callate.

Ahora que mi estupida conciencia guardó silencio, podía pensar con claridad. 

Entonces, mi Lucia se cortaba y probablemente tenía desorden alimenticio. Ok, eso no es muy bueno, porque si ella sufre yo sufro, y si yo sufro probablemente ella sufriría por mi, aunque no creo importarle demasiado como para llegar a ese punto.

Tenía que ayudarla, de alguna u otra manera. Y yo conocía una gran manera.

Hacerla sonreír.

Help me (Ross Lynch)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora