Al final... pues, a mis padres adoptivos no les importó demasiado que me mudara con los verdaderos. Y la verdad es que no me interesaba una mierda.
No tardé demasiado, tan solo un par de horas. Pero, ya estaba cómoda en mi nueva casa.
Y era súper.
Me encontraba charlando con mi hermano mayor sobre nuestros gustos, y joder... eramos iguales en todo. También decíamos que tendríamos que salir algún día para recuperar el tiempo perdido.
Fue cuando recibí un whatsapp de mi mejor amigo... Tyler:
Tyler: Lu!!!!! Quieres salir a hacer algo? :D
Yo: No puedo, Ty.
Tyler: Oh... entiendo... ¡NO ME QUIERES!
Yo: Como siempre, sobreactuando la situación. No puedo porque... nah, mejor te lo explico aquí.
Tyler: Dónde?
Entonces le paso la dirección, y me contesta diciéndome que en menos de cinco minutos estará ahí.Efectivamente, después de ese plazo de tiempo, llega tan puntual como siempre.
-Wow, linda casa. ¿Quién es?-preguntó mirando con desconfianza y algo de resentimiento a Mark. Celos de mejor amigo.
-Él es Mark, mi hermano.-contesté, aunque él no me creyó nada de nada.
-No juegues, Lucia. No tienes hermanos. Dale, ¿quien es?-preguntó nuevamente.
-Soy su hermano, Mark. ¿Quién eres tu?-le preguntó frunciendo el entrecejo.
-Soy Tyler, su mejor amigo. Pero ella no tiene hermanos, a menos que sea...-lo interrumpí.
-¿Adoptada? Así es, lo soy. Lo descubrí hace unas horas, y ya me estoy mudando aquí-le conté.
-Ok... todavía no lo creo. ¿Y tus padres biológicos son buena gente?-me preguntó. Asentí energéticamente.
-Lo son... ven, te contaré como ocurrió todo- Le indiqué que se sentara, y comencé a relatar todo.
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Al día siguiente, llegué a la escuela con Tyler y Mark, quiénes ahora se llevaban de lo mejor. Mi hermano se despidió de mi, y me dijo que me alcanzaría luego para el almuerzo.
Tyler dijo que tenía que hablar unos momentos con el director del colegio, porque había tenido un problema con un compañero suyo.
Yo caminé sola por el pasillo, mientras escuchaba música, algo que siempre me ayudaba a calmarme, cuándo vi algo que me molestó mucho, vayan a saber porque.
Era Ross hablando con la puta de Ashley. Él sonreía y ella también, pero su sonrisa era más victoriosa.
Me sentí de lo peor, con ganas de matar a alguien. No sabía que era lo que me pasaba, o porque me importaba tanto, ¡ni siquiera éramos amigos! Eramos conocidos.
No se cuánto tiempo me quede mirándolo, como hipnotizada o idiotizada. Pero él volteó hacía mi, seguro que había sentido que lo miraba atentamente, observando cada uno de sus movimientos.
Me sonroje más de lo que me había sonrojado en toda mi vida, seguramente por la vergüenza.
Inmediatamente me di la vuelta, y comencé a caminar por el pasillo por el que había venido.
-¡Lucía!-me llamó Ross. Y yo estaba como deseando ser invisible, o ser parte de la blanca pared, o ser un estúpido casillero, para que no me siguiera como el gordo feo a Miles Upshur. Aunque seguro que todos estamos de acuerdo en algo: Ross Lynch, no es un gordo feo. Y yo no era una periodista que había ido a periodistear (como dice Germán) a un manicomio.-lo siento, Lu. No te vi.
Sin embargo, no contesté, y seguí avanzando, aún sonrojada. Hasta apresuraba el paso.
Hasta que sentí que me tomaba del brazo, y me hacía voltear hasta mirarlo a los ojos. Y ese es el incómodo momento donde me pregunto como carajos me alcanzó. Ni yo misma lo sabía.
-Ah, hola. No te vi-la mentira más pendeja e idiota que se me pudo haber ocurrido en toda mi vida. Él alzó una ceja. Eres idiota, Lucia, estás bien pendeja.
-Ajá, claro. Por eso te caché mirándome.-replicó con una pícara sonrisa. Mierda. Creo que es momento de hacer un YOLO...
-Eh... pos... YOLO-y antes de que pudiera salir corriendo como la cobarde que soy, me tomó del brazo, como si hubiera percibido que iba a salir cagando leches del lugar.
-Te conozco, Lucía, te conozco. Sabía que saldrías corriendo antes de enfrentarme.-comentó riendo.
-Tengo que irme, tengo que hablar con Tyler.-avisé entrecortadamente.
-Pues...-me abrazó fuertemente, tomándome de sorpresa, por lo que no pude evitarlo; aunque de todas maneras no habría podido hacerlo.
-Ross, sueltame, joder. Pueden vernos; no somos invisibles.-dije. Aunque tampoco hacía nada por separarme. No se, se sentía bien.
-Pos no te suelto. No me interesa. Y ahora te doy un beso en la mejilla.-me besó.
-¿Que está pasando aquí?-jodidas mierdas. Era Mark, y no parecía muy feliz de vernos así, abrazaditos.