CAPITULO 5

21.6K 1.3K 160
                                    

Siete menos diez minutos. Louis se removió en su silla y observo a Harry por la pantalla de su portátil. Nunca había pensado que aquellas cámaras le servirían algún día. Sonrió cuando lo vio entrar en su habitación la primera vez con su expresión sorprendido. Tal vez se había impresionado por el tamaño de su casa. Las pocas personas que sabían de su existencia tenían la misma expresión. Dejo lo que hacía y miro fijamente cada movimiento que aquel castaño hacia.

Dios santo. Aquel joven incluso desde una cámara se notaba sus nalgas, sus generosos abdominales y aquellos labios carnosos que pedían a gritos que los besara. El solo tenía la necesidad de salir de su oficina, buscarlo y arrancarle toda la ropa que tenia encima. Maldijo en silencio cuando se ponía duro en tan solo pensar arrancarle la ropa.

«Cálmate, Tomlinson», se dijo a sí mismo. Tenía que terminar con su informe diario y luego lo buscaría.

Vio como Harry abría la caja azul que había dejado sobre su cama y sacaba la nota que había escrito. Rió suavemente cuando este arrugo la nota y la lanzo contra la pared. Dio clik a la pantalla a un botón para escuchar lo que decía. Alzo ambas cejas cuando el comenzó a maldecirlo, tenía que castigarlo por eso luego.

Intento concentrarse en su informe pero aquel joven no le dejaba y menos el bulto que se notaba en sus pantalones. Cuando el salió de su habitación, suspiro y agradeció que lo hiciera. 

Se concentro en el informe. Escribió unas cuantas palabras, borro algunas otras y luego guardo lo que tenia. Gruño, estúpido trabajo. Quería terminar con aquel proyecto lo más pronto posible, y aunque su mente en aquel momento estaba en Harry. Sabía muy bien separar el placer y el trabajo. 

Alguien toco la puerta. Uno, dos, tres veces. Louis pidió que pasaran. Josh Devine, un chico joven, alto y con cabello castaño claro entro con su traje y Louis reprimió una risa al verlo caminar. Le quedaba pequeño y caminaba de una manera extraña y divertida. Josh le envío una mirada asesina al observar su expresión.

-¿No es muy pequeño ese traje? -pregunto divertido Louis.

-Sino fueses mi jefe te juro que te mataría...

Louis hizo un gesto, levantando la mano. -Ya. ¿Qué quieres?

-El chico ya está acá -informo el chico. Louis asintió- No sabía que necesitaras un asistente, pensé que no te gustaban.

Se encogió de hombros, restándole importancia. No podía decirle la verdad, aunque le pagara muy bien a sus empleados para que fuesen más que discretos y mantuvieran su boca bien cerrada.

En verdad no necesitaba un asistente. Nunca lo necesito. No había estado muy cómodo con decirle a otra persona que hiciera cosas por él. Durante muchos años había sobrevivido por sí solo y seguía sin confiar en alguien como para que hiciera todo por él.

-Cambie de opinión en este proyecto.

-Podías pedírmelo, como ves prácticamente hago todo lo que dices -apunto con su dedo su traje. Louis rió- No te rías -se quejo el chico.

-Vale, solo que necesitaba a otra persona. Tú ya estás bien con lo que haces. ¿Diana hizo magdalenas? -pregunto, cambiando de tema- Tráeme algunas -le pidió al pelinegro cuando asintió.

Josh revoleo los ojos y salió de la habitación quejándose. -Si tan solo no necesitara el dinero no estaría acá -le escucho decir Louis.

Volvió a fijar su mirada en la pantalla de su portátil al escuchar una exclamación de Harry. Sonrió al verlo con su regalo en la mano.

Harry quedo bloqueando observando el pedazo de tela que Louis le había regalado. ¿En serio el pensaba que se pondría aquello? Ni de coña.
Paso un fino dedo por la tela roja, que era casi transparente, del pequeño sport y lo puso sobre la cama. .Vio que habia otra pieza. Un diminuto boxer rojo.

Lanzo el resto de las cosas en la cama y termino su magdalena con un bocado. Idiota. ¿No podía esperar aunque sea una noche? O tan urgido se sentía para hacerlo usar aquel atuendo.

Desvió su mirada hasta los objetos y levanto el sport rojo para observarlo mejor. Lo puso sobre su pecho y se acerco a un largo espejo que estaba en un rincón. Una picara sonrisa se asomo en sus labios. Aunque pensándolo se le vería bien... Sacudió su cabeza y pestañeo quitando de su mente el pensamiento.
Le lanzo una mirada asesina al pedazo de tela y lo guardo de nuevo en la caja azul. De ninguna manera se pondría aquello, por nada en el mundo.

Mucho hacia al presentarse en aquel lugar para salvarle el pellejo a su viejo, como había dicho Louis en la carta. Guardo la caja debajo de la cama y luego se sentó. Aun no entendía que podía ver Louis en el, era algo que no se lo explicaba. No era exactamente un modelo o dios. Sus pecho no era tan musculoso, como muchos hombres y su cuerpo no era muy menudo o esbelto, tenía algunas curvas pero nada de que envidiar. ¿Qué le veía a el? No podía ser que creía que tuviera alguna experiencia porque no era así. Más bien era un absoluto inexperto en el tema del sexo.

Escucho algunos pasos por el pasillo y su corazón se acelero. ¿Sería Louis? Mordisqueo su labio y miro atento esperando que la puerta se abriera. Nada. Los pasos se alejaron, pero su corazón seguía latiendo como loco. Soltó aire y camino hasta el cuarto de baño. Puso su mano en la fría pared y busco el interruptor, cuando las luces iluminaron el lugar, quedo sin aliento. Genial. Aquel baño parecía a aquellos que salían en las revistas y sin duda que era mejor que esos. 

Observo la bañera, ducha y el jacuzzi con rapidez. A continuación, lavo su rostro y lo seco con una pequeña toalla. Apago la luz y cerró la puerta del cuarto de baño.

-Hola, mon cher* -dijo una voz totalmente masculina. Harry se sobresalto.
-¡Joder! -exclamo y se giro hacia la voz.

Louis estaba en el umbral de la puerta viéndolo, de brazos cruzados y con una sexy sonrisa en la cara. Su corazón automáticamente comenzó a latir con rapidez y se quedo sin aliento al verlo por completo. Santo dios, si cinco años atrás el había llegado ser un hombre sexy, aquella palabra no llegaba a alcanzar en aquello momentos. Tenía una camisa azul que se ajustaba a sus músculos y unos pantalones negros que le quedaban de muerte. Su corte de cabello le daba el toque profesional y sus ojos color cielos...aquellos ojos azueles que siempre habían logrado hecho derretirle de joven la miraban con intensidad. Sin duda que no parecía a un hombre que fuese científico. Más bien parecía un modelo de Levi’s. Harry se aclaro la garganta e intento ignorar el nudo que se formaba en su estomago.

-También es un gusto en verte, cher. 

El solo observo cómo Harry se quedaba de piedra ante él. Una sonrisa traviesa se formo en sus labios y se acerco a el lentamente. Casi pudo sentir como se tensaba a medida que avanzaba. Harry contuvo la respiración y observaba como Louis se acercaba a él como si fuese un felino grande. Le hizo recordar a una pantera o a un tigre.

Antes de que volviera a parpadear Louis ya se encontraba lo suficientemente cerca de el como para percibir su olor, era una mezcla entre el típico olor masculino y crema de afeitar.

-¡Me has dado un susto de muerte! –exclamo Harry. El frunció el ceño.
-No veo por qué. Ya sabias que estaba en casa y en la nota te dije que pasaría más tiempo contigo de noche que de día.

Harry asintió con su cabeza. Observo como Louis veía la cama y luego lo observaba a el. Se acerco a la cama y se agacho para sacar la caja azul debajo de el, Harry soltó el aire que contenía sus pulmones.

-¿Por qué has escondido la caja?
-Yo...no, no sé. Pensé que no usaría lo que hay adentro –casi se quiso abofetear por escucharse tartamudeando. Louis sin duda lo ponía nervioso.
Saco el sport rojo y se acerco a el con la misma sonrisa sexy.

-Cher, obvio que lo usaras. Aunque no prometo que por mucho tiempo.

Dejo el sport sobre la cama. Louis estiro su brazo y acaricio un mechón de cabello negro que caía suavemente por su rostro. Puso una mano en su cintura y la acaricio con delicadeza. Harry se puso aun más tenso ante su contacto y reprimió un suspiro que se esforzaba por salir de su boca. Hacía años que había deseado que Louis lo acariciara y cuando lo consiguió finalmente el se tensaba y quedaba de piedra. Nunca antes se había visto intimidado por alguien, pero en aquel momento se sentía completamente intimidado por Louis. Era alto y grande y casi tenía que levantar su mirada para observarlo. Tenía una barba de un par de días que hacía que su aspecto luciera aun más peligroso y salvaje. Harry trago saliva. Los labios de él se acercaron peligrosamente a los de Harry y automáticamente el rizado estiro sus brazos y lo separo.

-Deberíamos hablar primero... –pidió Harry con un tono nervioso en su voz. El tomo aun más distancia entre ellos y lo miro con el ceño fruncido.
-¿Hablar? ¿De qué podremos hablar? ¿De todas las formas en la que te puedo hacer suplicar de placer?

Harry trago saliva e intento confiarse que sus palabras no le afectaban del todo.

-No tenemos nada que hablar en verdad –dijo Louis.
-Podríamos comenzar en saludarnos...como debería.
-Hola –sonrió burlón- Has crecido mucho, Harry.
-La última vez que me viste tenía 16 años era flacuchento y tonto. 
-No creías que quedaría toda la vida de aquella manera ¿no? –dijo el sarcástico.
-Por eso me sorprendí mucho al ver tus vídeos. Sin duda que a tus dieciséis eras un poco extraño.

Nunca en su vida pensó que aquellas palabras le llegaran a doler tanto.

-¡Claro si solo quería era obtener tu atención, idiota! –le espeto. Y antes de que pensara en lo que había dicho, Harry sintió morirse.- Lo siento, no escuches lo que he dicho.
-¿Querías mi atención? Nene, te veía, sabia de tu existencia. Pero no podía acercarme a ti y seducirte. Eras solo un niño y te confieso que hacer el papel de algo así como pedófilo no me va para nada.





*Mon cher: Significa ‘Mi querida’ o 'mi amor' en francés

UN MES DE PLACER (Larry Stylinson) TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora