Bosque Penumbra, sus segundas alegorías...

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El ermitaño tiene entre sus manos a unos gusanos, los mira individualmente, los junta en pequeños grupos y los vuelve a juntar, es un grupo de grupos...
Se mantiene en vigilia día y noche por ellos, son sus capaces, sus revoltosos, sus revolucionarios gusanos...

No se muevan, se caeran, no se arrasten a los bordes, su fina piel rosada se manchara de barro...

Pero los gusanos siempre lo necesitan, el barro les da vida, aunque este sucio y resbaladizo, les permite su casual supervivencia

Me recuerdan a nosotros

Y aún no ha hablado el individuo
Aún no ha hablado el pequeño niño
Oh no, los gusanos reinan su pequeña parcela en las manos del gigante ermitaño en ese bosque, su mundo, universo, que es tan incierto y va muy lento, pero lo suficientemente rápido para ellos

Los gusanos saben arrastrarse por naturaleza, y aunque parezca ridículo, también saben escalar

Escalan unos sobre otros hacia un lugar vacío, un entorno sin comida, ni tierra, ni manos gentiles en la que reposarse, manos duras, con ampollas y rugosas.

Los gusanos siempre tienen hambre, son capaces de devorar kilos de tierra, de vida, en muy poco tiempo, oh bueno, en lo que uno tarda en despedirte o llamarte por telefono...

El ermitaño los "cuida"... Les deja que se maten, se propaguen, se repliquen con gritos y palabras hirientes, se muerdan, duelan, reciban y acaben con sus mas miseras ideas...

Igualmente el Ermitaño, el pobre viejo, ya murio, sin comida y sin agua era algo de esperarse,  y es casi impensable pensar, que los gusanos que cuido, ahora lo estan volviendo en pedazos y lo tienen entre todos, por su sistema digestivo...

Porque tan solo Dios es el unico humanoide comido por el hombre...

Antología de cuentos de un perspicaz charlatán (Ciudad de unos Don Nadies)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora