Mujer Lobo y Pagliacci

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(Leer escuchando la versión de Mario Lanza de I Pagliacci, Vesti la Giubba)

Al final comprendo como es tu alma, y como quizás intentando domarla he fracasado terriblemente, porque me di cuenta de que sos libre, más libre que yo, más libre que el aire, más libre que los átomos, porque en tus ojos hay un lobo que desea salir, está muy escondido adentro tuyo, pero una vez que lo sentís no hay vuelta atrás...Sos una marea inmensa que me arrasa con todo, mi faccia infarina y haciendo reír a la gente, payaso, vesti la giubba...

Vesti la giubba, por tu amor en desgracia, o alguna dolencia similar, ¿Cuánto tiempo no me había dado cuenta de tu ser?¿Cuánto tiempo estuvo escondido de mí? Y sólo te quería sentir, te quería sentir por completo y mi idiota incapacidad hizo que te alejases o quizás no...o quizás simplemente te escondes en algún bosque frondoso fuera de mi vista, e intentas pensar...intentas comprenderte, y si el humano no puede, ¿Cómo va a poder hacerlo una chica que corre con lobos?, que es profunda como una parte de cielo, una parte oscura de una nube gris, un rayo infinito de una amarga luz que no deja de acercarse, ¡He dicho que no!, que se aleje de mí porque no quiero soportar, pero siempre me recoge en sus manos y me lleva por el camino rustico, y yo a veces lo odio, porque lo racional es lo único que creo que me acompaña...

No es un poema, ni un cuento, no quiero ya mucho de eso, porque tampoco nunca los entendí como no comprendo tantas cosas, las letras se me escapan como ahora quiero escapar hablando de ellas, quiero escapar de lo que digo porque cuesta enfrentarme, mirarme a los ojos y buscar en ellos alguna maldita solución a lo que me produce sentir, ¿Quién escucha mis lamentos inútiles? No estoy preso de la condena, ni es una condena, no es mitológica o bíblica, es retorcida porque es humana, sino, no lo sería, y como va rápido todo cuando me gustaría simplemente acercarme y darte un beso lento...

Me retuerzo tanto con tus palabras, y vos simplemente me vas devorando, mujer que corre con los lobos, mujer intensamente vividora, simplemente soltame, librame estas cadenas que me sostienen a ti, no quiero nada con vos, pero lo anhelo tanto, te quiero tanto como a cualquiera que se pueda amar, pero duele a veces tanto, tanto que me retuerzo, me retuerzo como cuando me siento enamorado...¿Seguirá siendo eso?

Es eso, porque preguntármelo sí lo sé, sigo encandilado por vos, ojala se me afilase un poco esa llama que se creó adentro mio, que venga un fuerte viento del norte y lo apaga con cuidado, pero no todo, que deje una pequeña llama, que me permita sentirte, porque realmente no puedo hacer nada más, nada más que sentirte por como sos...

Me encantaría repetir que te amo muchísimo, ¿pero que importa?, como saberlo si realmente nunca sé esta seguro de nada, y quizás me estoy equivocando al decir que no importa, porque importa, y te importa y con tu fugaz cabeza me lo dirías, y no hace falta, no me hace falta y tampoco quiero saberlo aunque ya lo sé...

Sos libre incluso de la nada, porque sos tanto que no consigo que te esfumes de mi cabeza, Ah, ridi del duol che t'avvelena il cor! Ridi, Pagliaccio sul tuo amor infranto, ríe payaso estúpido, ríe por tu amor destrozado, imbécil, lamentate cuando lo mates, porque no queda mucho en tu desgracia, y canta, porque es la única forma en que podes hablar...

No aúlles, mantente en silencio, chica que corre con lobos, simplemente haceme ese favor, y cuando nos veamos, devórame de nuevo con la mirada...

Antología de cuentos de un perspicaz charlatán (Ciudad de unos Don Nadies)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora