Antología de cuentos de un perspicaz charlatán (Ciudad de unos Don Nadies)

Bosque Penumbra, con sus primeras contradicciones...

El caballero de la piel dorada comento a su escudero

Que bella mañana, aunque seria más placentera con un vaso de cerveza en la mano

Y el escudero, escondiendose un poco en el tocón del árbol en el que se habian detenido a descansar, cerca de Penumbra, el bosque de los encuentros...

Creo que es hermosa tal cuál es...

Quizás tengas razón...pero dime...no sería mas placentero tener a una mujer o un hombre a tu lado...

Realmente no lo creo, he perdido el interes en el amor hace mucho tiempo...
Ya, igualmente, nunca iba a llegar a ser el conejo que queria ser...

Quizas lo hubieses logrado...

Lo dudo mi lord...

Y yo lo afirmo, cualquiera podria hacerlo...

Cualquiera, con un par de selines y cherones en los bolsillos, es un galán de primera...aunque bueno, se supone que el galán a muerto...

Cualquiera, mi amigo, puede ser capaz de tales cosas, como has dicho...pero nunca lo disfrutaria plenamente...

¿Y por que mi lord?

Porque él o ella, sentirían en el fondo de sus seres, en su alma más contemporánea...una mano que pinta una pintura, pagada con efectivo, que es igual a su amor, hermoso pero falso...

Entiendo, mi lord...

Y yo lo entiendo a usted, capacitado colega...

Pero aún me a quedado una duda...

Reclame entonces una respuesta...

Es lo que hago, mi lord...

Habla entonces, joven...

El caballero, se remolino el viejo bigote...

Hablo, y espero que me sea escuchado...como funciona entonces mi "amor", si yo, que me encuentro en una larga fila de indeseados, pude llegar a tener, en un momento a Angela, la más hermosa de Alegaria.

Porque a veces, no es nuestra alma la que ama, es nuestro corazon, y creame usted, joven, que el corazon le juega a uno, unas terribles pasadas...
Muy parecidas a una guerra intensificada en la parte más debil, en él mismo...