Ataduras

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Mikasa salió de la cafetería con pasos alargados, maldiciendo hasta a el aire.
Cuando cruzó la puerta vio que Hanji la estaba esperando a unos cuantos pasos, pero Mikasa  la ignoro y pasó de largo.

ーMikasa! ¿Que pasó?! ー decía Hanji  mientras trataba de alcanzar a la chica.

Mikasa estaba metida en su lio mentalー Quién se creé ese enano para decirme que hacer aghh!! Y encima me dejó hablando sola.ー Mikasa  pronunciaba esas palabras al viento, ya había abandonado a Hanji unos cuantos metros atras.

De repente la chica paro el paso y miro hacia los lados un poco confundidaー ¿como diablos volveré a casa?ー preguntó en voz alta percatandose  que no sabía dónde diablos se encontraba.

El cielo había respondido, ya que pudo escuchar una voz distante y un poco agitada.ー Mikasa!ー Hanji dio su último aliento y llegó a donde estaba mikasa.
ー wuuu! No corria así desde hace tiempo, cuando le robé un pan de yakisoba al enano!ー se apoyaba un pequeño árbol, mientras recuperaba su pulso normal.

ー Hanji, llevame a mi casa.ー dijo la azabache, de forma autoritaria.

ー ¿que pasó Mikasa ? ¿Paso algo con el enano?ー hanji no dejaba de envolver a mikasa con preguntas, las cuales la chica no respondió y volvió a insistirle que la llevará a casa.
La castaña al ver que la pelinegro no hiba a responderle, sólo pudo asentir  y prosiguió a encaminar el rumbo hacia el hogar  de la chica.
En el pequeño camino a casa, la azabache no pronunció ni una sola palabra, Hanji  entendió que lo mejor era callar,  así  como cuando su amigo estaba de la misma manera, ella no emitía ningún  sonido que pudiera estresarlo más.

Mikasa sólo apuntaba la dirección y Hanji obedecía hasta que llegaron al destino, mikasa bajo del vehículo.

ーgracias Hanjiー agradecio mikasa, aunque  en realidad Hanji sólo la había dirigido a una situación estresante, no era la culpa de la castaña de tener un amigo tan idiota.

ー de nada mikasa, nos vemos luegoー se despidió con la mano y una pequeña sonrisa que caracterizaba a la castaña.

El vehículo de Hanji ya se había marchado y mikasa hecho un vistazo a su hogar antes de entrar.

La joven de ojos grises se dirigió a su recámara un poco cansada, el dia de hoy habia sido una pesadilla de principio a fin, saludo a su madre y prefirió saltarse la cena.

En su recámara  se dispuso a obviar sus pensamientos personales y empezó a leer unos cuantos libros de Biología, se acercaban unos exámenes importantes y no iba a dejar de estudiar por pensar en tonterías.

No pasó mucho tiempo en el que aquella estuvo leyendo, cuando le ganó un cansancio fatal que  la mando directamente a la suavidad de sus sábanas.

  .     .     . 

ー¿porque haces esto levi?ー decía mikasa con lágrimas en los ojos, mientras observaba a una distancia considerable para distinguir  al chico que unía los labios con otra chica, no  podia distinguir quien era la chica con  la cual levi se estába restregando en un beso muy apasionado.

Levi volvió la mirada hacia mikasa, era una mirada que le erizo  totalmente la piel de mikasa, podía ver que el chico lo estaba haciendo con intención de lastimarla, quería salir corriendo pero sus pies no se lo permitían.

Estaba viendo un espectáculo desagradable.

.     .     . 

Mikasa despertó de golpe, estaba toda sudada y sentía como el lado izquierdo de su pecho se estrujaba.
Pudo distinguir que la luz del  sol se asomaba tenuemente entre sus cortinas.

Fue con pesadez a lavarse  la cara,  sólo le venía a la cabeza  las imagenes que protagonizaba el enano, no entendía porque la causa del ese sueño, y lo peor, porque le dolía que el chico estuviera con otra.

Se miro al espejo con una una expresión extraña mientras repetía
ー¿que te está pasando mikasa?ー el sólo pensar que se estába comportando como toda una adolescente berrinchuda,  la tenía histérica.

ーmaldito enanoー fue lo último que músito antes de salir de su alcoba.

karmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora