La Gran Ilusión

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Cuando íbamos en el trayecto para salir de aquella ciudad cuando algo empezó a suceder que nos conmocionó y fue totalmente extraño, nos sorprendió pues en una de esas calles empedradas la chica del café se me acerco con mirada de malicia.

— ¿Hacia dónde se dirigen ustedes?

—Pues nos dirigimos a Livande, no sé si lo conoces, pero allí nos dirigimos porque allí alguien nos dirá como volver a casa. —le dije.

—No poderos ir, oyeron. —dijo con cara de susto.

En ese momento Sofía sospecho algo y me tomo la mano diciéndome unas palabras muy claras.

—Socio debemos irnos ahora, no confió en ella.

—Porque no confías en mi si yo muy amablemente te invite a un café. —dijo viéndome directo a los ojos.

Sofía insistió.

—Vámonos David ahora siento que algo malo esta por suceder, amigo vamos. —dijo de manera desesperada jalándome el brazo.

En ese instante y de manera incoherente las personas alrededor de nosotros, las que están lejos y las de centímetros de nosotros se empezaron a acercar y comenzó a formarse un círculo alrededor de nosotros de personas con los ojos negros completamente, con unas sonrisas un poco macabras, en ese momento Sofía se asustó mucho porque ella ya lo había presentido, una de las personas hablo con un tono psicótico y aterrador.

—No pueden iros, que no entienden, este es el mejor país de aquí, las ilusiones de este lugar lo vuelven mítico, pero queremos sus vidas, sus almas "gente recordada".

— ¿Que es este lugar? —dijo Sofía ya cansada.

—Este es El País del Olvido, donde moran todas las almas perdidas las cuales nadie los recuerda, las almas en pena buscando una manera de sobrevivir.

—Y que tenemos que ver en esto. —dije con furia.

—Es fácil, ustedes son nuestro boleto a casa, tomamos sus cuerpos y vivimos en la realidad nuevamente.

—No vamos a permitirles eso, ustedes se quedarán aquí. —dije enfrentándolos con palabras.

—Entonces tendremos que tomarlas por las malas.

En ese mismo instante se elevaron por el cielo y todo empezó a oscurecerse, todo se volvía oscuro como si fuera de noche, se escuchaban lamentos, las calles se volvieron grises, las casas se tornaban abandonadas como si llevaban siglos sin que fueran habitadas y casi destruidas, el escenario esa demasiado escabroso y escalofriante.

Ellos flotaban por el cielo convirtiéndose en capas negras como la que cargaba Sofía solo que distintas, olores fétidos y espantosos.

Sofía tomo mi mano y me jalo sin mediar palabra empezamos a correr, a las afueran sin saber si había luz allí, no nos detuvimos ni un segundo, con el cuerpo a flor de piel y cansados nos encontramos con un camino verdoso pero oscuro, no sabíamos cómo salir de aquel espantoso momento, nos venían persiguiendo y no podíamos parar.

Estábamos demasiado cansados, Sofía tropieza en un hoyo del suelo y queda tendida en el suelo, como pude intente levantarla ella se paró, pero las cosas que los perseguían estaban demasiado cerca, creí que iba a ser nuestro final cuando una voz nos dijo.

—Muévanse de allí, reaccionen chiquillos o los atraparan.

Al ver era quien nos trajo aquí, estaba de frente a esas criaturas tratando de detenerlas, en su mano una espada, esta brillaba con luz propia y tenía luz desde el mang0 hasta la punta, tenía un fino con un gran corte, era una espada increíble.

—No tengo todo su tiempo, ya corran. —dijo con voz fuerte.

Con Sofía reaccionamos y seguimos corriendo esta vez tenía valor que sentía seguridad en cada paso que daba, a lo lejos se escuchaban voces que las personas, alaridos y protestas de las mismas.

Me detuve y pude ver la luz de las afueras, toda la persecución, la oscuridad y la destrucción estaba en la ciudad de DresLad y si había manera de escapar, eso me puso tan feliz que no me detuve hasta que llegamos a la salida, un destello ilumino nuestro camino hasta la salida, las criaturas no nos pudieron tocar y logramos salir intactos.

A las afueras empezó a temblar, eras un terremoto que nos hizo caer al pasto de aquel lugar. La ciudad empezó a caerse y a desvanecerse, no podíamos creer lo que sucedía, después de ser una hermosa ciudad todo desaparecía, la destrucción y con ella aquellas almas, solo vimos un destello del cielo y la ciudad desapareció.

Mi aliento se cortó totalmente.

— ¿Qué acaba de suceder? —dije con voz entrecortada.

—Pues... no lo sé aún.

—Lo que acaban de vivir es un ataque de almas olvidadas con el tiempo tratando de poseerlos. —dijo aquel que nos había salvado.

—No entiendo nada. —dijo Sofía.

—Verán chicos, ustedes llegaron a un lugar de almas con cuerpo y eso es muy peligroso ya que estas perdieron su cuerpo y buscan otro, DresLad (Dreams Land) o La tierra de los sueños, es una ilusión para aprovecharse de ustedes, bueno.

—Querían nuestras almas, rayos. —dije impresionado.

— ¿Por qué nos salvaste? Si tú nos trajiste aquí, podrías ser como ellos. —dijo Sofía consternada.

—No soy como ellos, tampoco los traje aquí, ustedes entraron, pues debía que salvaron, alguien de Livande me ha mandado a protegerlos, desde el principio yo les he dado respuestas para avanzar.

—Es cierto, desde Geurla, Craytow y ahora aquí me has mostrado salidas y salvado. —dije recordando.

— ¿Y quién es el que te mando y por qué? —dijo Sofía.

—Es alguien que conoce a David y pues por honor te he ido guiando hacia Livande.

— ¿Honor? —dije en duda.

—La persona que me mando me salvo de una perdida de alma y le debía un favor, bueno ya no más preguntas. —dijo sin mediar más palabras.

—Entonces guíanos a Livande para ver quién es la persona que nos ha traído aquí realmente y que es lo que quiere. —dije con tono serio.

—Entonces sígame y no se queden atrás ya que Livande está demasiado cerca que podrían tocarla con las manos. —dijo como un gran historiador.

Aquella persona no parecía muy noble y amable, todo lo contrario, a las criaturas con las que me había topado en todo el camino y me hacía sentir a salvo después de hace mucho tiempo sentirme acechado por algo o por alguien, la paz estaba de nuevo en mí y lo único que hice al caminar era pensar que lo sucedido y tratar de creer que, si había una salida de aquel universo, lugar o lo que sea que sea esto, incluso podría ser una pesadilla, pero todo era muy vivido para que lo fuera.

Así fue como superamos aquel lugar y por fin llegaríamos a Livande, volveríamos a casa y olvidar todo lo que estaba sucediendo quedando en nuestra memoria.

La Noche de los OlvidadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora