La Noche de los Olvidados

De Regreso A Casa

Desperté en el pasto, con los recuerdos flotando en mi mente, mi reacción fue totalmente de relajación y emoción.

Vi a Sofía, ella está riendo de la felicidad, estábamos alegres de por fin haber regresado a casa, nos levantamos, yo con la carta de mi padre en las manos me levanté y con Sofía empezamos a caminar y salir de aquel bosque, la niebla había desaparecido, todo se miraba hermoso, el rocío de una lluvia mañanera.

En la calle de mi casa nos separamos, ella salió corriendo a la panadería, ninguno dijo ninguna palabra después de haber salido de aquel lugar, entre a mi casa y algo me asusto.

El regalo que me había dado Sofía por la muerte de mi padre seguía allí, como si nunca nos habíamos ido.

— ¿Tan rápido regresas? —dijo mi madre entrando por la puerta, era algo sorprendente.

Le conté a mi madre y ella quedo escéptica de la historia, no me creyó hasta le mostré mi carta, a puño y letra de mi padre, ella la reconoció y se echó a llorar, me abrazo y empezó a leerla.

"Hola

No sé cómo empezar, solo quiero pedirte perdón por haberme comportado tan insensato y por eso ocasionar el accidente.

Esposa mía, gracias por mostrarme que era el amor, por haberme amado a pesar y por sobretodos las cosas, gracias por darme un gran hijo que gracias a ti se ha vuelto todo un valiente.

Gracias hijo por darme la felicidad que todo padre necesita, tu eres mi campeón y así será siempre, espero que te portes bien con tu madre y la ayudes en todo, ¡siempre!

Bueno me despido y gracias por haberme alegrado la vida todos los días.

Con amor Papá"

Mi madre me abrazo y nos quedamos así durante minutos.

Pasaron los días y yo viví con la memoria de mi padre, siendo un gran chico y ayudando a mi mamá, mi madre ahora trabaja junto a la mamá de Sofía en la panadería gracias a ella, ahora puedo ver al horizonte con la frente en alto gracias a que tengo tal vez y aseguro, el mejor padre del mundo.

Aunque para mi sorpresa esa no sería la última vez que entraría a aquel lugar.