La Noche de los Olvidados

Libertatem

Al despertar mis ojos apreciaron un enorme lugar, como un palacio de luz blanca, paredes limpias y un suelo de azulejo en el que uno podía ver su reflejo competo, me puse de pie para contemplar aquel mágico e increíble lugar, era para recordar y jamás olvidar algo como esto, al frente se miraba una puerta enorme hecho de una madera oscura y tallado minuciosamente y con varios detalles.

Llegue a la puerta y en esta había una inscripción.

"Cuando el ultimo preludio de oscuridad salga y ya no haya salvación esta puerta se abrirá".

Intente abrir la puerta, pero esta estaba casi enterrada en el suelo, me puse a decir palabras al azar y ninguna funciono, sacaba mi espada y hacia distintos movimientos e incluso intente el golpe de ataque, pero este no funcionaba, mis intentos me frustraban hasta al punto de arrodillarme enfrente de la puerta para ver si funcionaba, pero no. Me senté a pensar una solución, no quedaba mucho que pensar en esas circunstancias.

—Oye, aun no es momento... —dijo una voz al fondo.

— ¿Y cuándo será? —pregunté.

—Cuando el tiempo lo decida, dolo debes esperar que el dolor llegue a lo más lejos, y la puerta de la paz se abrirá y dará descanso. —respondió.

—Pero será tarde. —dije.

—Nunca es tarde, incluso hasta la muerte lo sabe. —dijo sabiamente.

Entonces comenzó a abrirse la puerta y hacia un gran ruido que traspasaba mi alma lentamente, no se podía ver mucho del fondo, pero corrí a través de la puerta y me vi en un lugar muy conocido.

Este lugar era el que había soñado tantas veces, el lugar blanco y enorme que cada vez que se presentaba me mostraba algo distinto, caminé por todo el lugar en línea recta, la puerta del lugar de donde vine se parecía alejar poco a poco, y veía una luz radiante en la dirección que caminaba y esta me hipnotizaba para seguir.

Llegue a un lugar muy raro, ya no miraba ni la puerta, todo estaba en la nada, no existía nadie más que yo en ese momento, hasta que algo sucedió.

Una voz comenzó a contar una historia antigua.

"Una vez la oscuridad apropiándose de todo encerró a la luz en 2 celdas, en ellas se contemplaba las luces del cielo y la tierra, el olvido dibujo hilos de destrucción.

La oscuridad fue encerrada en una piedra enorme para que este no saliera y si esta se destruía la oscuridad moriría con ella.

En la tierra un anciano profetizo que un día la oscuridad iba a regresar e iba a poseer lo único que había de luz y en ese momento la luz del cielo y tierra se reunirían con sus protegidos y acabaría con la oscuridad.

Pero... para que estoy sucediera debía aparecer una tercera y esta haría que toda la profecía se cumpliera, así lo malo como todo lo bueno".

Al terminar de escuchar empezaron a aparecer unas enormes celdas, del tamaño de enormes edificaciones, en estas se podían ver unos grandes candados con picaportes de cerradura enormes y cadenas de color negro.

—Te estuvimos esperando. —dijo una voz profunda que venía de una de las celdas.

— ¿Esperándome? —pregunte.

—Sí, tu eres la tercera luz de la profecía. —respondieron

Me quedé sin palabras, pero me di cuenta que ellos me protegieron muchas veces y que había luchado por llegar hasta donde estaba.

— ¿Ahora qué debo hacer? —pregunte.

—Libera la luz. —respondieron.

En ese momento, mi bolsa brillo y me quedé impactado, no recordaba que mi padre me había dado un sobre, entonces lo abrí y para mi sorpresa el sobre contenía los dos libros que me había llevado de la biblioteca.