El palacio nocturno

230 2 0
                                    

Cayendo nuevamente en movimientos circulares, viendo cosas y oyendo cosas sin sentido,  seguí cayendo cada vez más y más rápido, con la espada en su funda, con la bolsa y el sobre de mi padre seguí cayendo como si estuviese entrando a las tinieblas, y mi corazón palpitando muy rápido y con mis deseos seguía cayendo y escuchando tan atroces voces las cuales no percibía si estaban en mi cabeza o realmente venían del exterior.

Confié en mí mismo, en que podría encontrar a mi padre y sacarlo de esta, tenía que hacer algo pero no sabía que, era como un remolino bajo el agua en el cual se puede respirar, todo sucedía tan extraño, de un momento a otro sentí caer en un líquido bastante denso, con olor a ceniza, como pude nade al exterior, era demasiada la densidad que apenas me movía, para mi suerte estaba cerca de una orilla, tarde en llegar pero pude salir, me quede en la orilla por un par de minutos, me puse de pie y observe a todos lados. Estaba en un lugar muy sombrío, extraño y aterrante, camine unos cuantos pasos hacia alejándome de aquel lago de líquido negro y la espada se incendió nuevamente, la saque pero era de sorprenderme cuando empecé a incendiarme, me tire al suelo pero era un mal intento, trate de ver mi piel calcinada pero algo raro había sucedido, el fuego solo había quitado el líquido de mi sin quemarme ni hacerme daño, aquel lado se incendió completamente creando un lago de lava y fuego, gracias a la luz provocada pude ver donde estaba.

Me encontraba en un tipo de isla en un inframundo o algo por el estilo, había un palacio en medio, con una gran fachada, era enorme y elegante, pero a la vez sombrío y espeluznante.

Busque a mi padre en los alrededores con miedo a que se hubiera quedado en el fondo de aquel lago que ahora era de fuego. Entonces me dirigí al palacio porque tenía la esperanza de que mi padre tal vez hubiera entrado y estuviera "seguro" en estos momentos, toqué la puerta lo más fuerte que pude hasta que de esta salió una bella mujer con traje de sirvienta y con bella voz dijo.

—Hola, ¿a quién buscaba? —pregunto.

—Buscaba a mi padre no sé si entro por aquí, venimos de un agujero allá arriba. —respondí indicándole.

—Vienen de allá arriba, vaya que curioso. —dijo riéndose un poco.

—Usted cree. —respondí.

—Bueno pase, tal vez esté aquí. —dijo abriéndome la enorme puerta y accedí.

Por dentro era mucho más grande, todo era irreal, había cosas que incluso flotaban, unas escaleras que grada por grada se desarmaban y volvían a armarse en otro sitio, todo bastante interesante.

—Siente y espere. -dijo con un tono de voz un poco más grave.

Eso me intranquilizo así que me puse a buscar en cada cuarto, era demasiado grande y era mucho por que buscar, no perdí el tiempo y pasé por cada puerta y no encontraba nada, empezaba a perder toda esperanza, estaba muy agobiado, pero no me rendía, y seguía buscando en cada cuarto.

Era un lugar bastante interesante, su decoración no encajaba, fotos de mucha gente en diferentes lugares y ninguno de ellos se parecía al que había al lado, busque en un cuarto con una gran puerta roja, al entrar era un tipo de santuario, con fotos y más gente extraña, llegue a un tipo de escultura con usa forma bastante peculiar, en esta aparecía la leyenda:

"algunos están perdidos, pero no olvidados"

Frase bastante curiosa pero no le tome mucha importancia.

—Oye chico que haces aquí. —dijo alguien acercándose a mí por la espalda.

Volteé rápidamente para ver quien hablaba, lo único que vi fue un rastro de humo dispersandose, en ese instante me sentí ahorcado por 2 brazos negros y grandes, estaba siendo estrangulado, mi aire escanciaba, temía caer inconsciente y sin mucho morir en unos minutos. Como pude tome mi espada cayendo la funda sobre aquella escultura y saque la espada, con el poco aire y con la garganta quemándome tome la espada y se la clave en la sien de esa criatura negra. Este me soltó y solo se desvaneció cayendo la espada, yo seguía tendido en el suelo tratando de recuperar el aire perdido, solo vi 2 grandes marcas negras en el suelo en donde se encontraba la espada. Me levante, la tome y la guarde en su funda, salí de aquel cuarto y comencé a correr tratando de buscar a mi padre cuando al fondo de un pasillo muy largo había una puerta; esta no encajaba con ninguna de las demás, cuando me dispuse a caminar a ella una voz nuevamente me habló.

La Noche de los OlvidadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora