Tenebris

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Pase rato buscando piedrecillas que me habían llamado la atención, fui a la orilla de la playa nuevamente, me quite la espada de la espalda pero cuando me quite la bolsa y la coloque en el suelo escuche un sonido similar al cristal justamente cayendo al suelo, levanté la bolsa y vi que aún había de aquellos cristales en la cueva, estos no habían desaparecido y aún estaban intactos, me puse a analizarlos detalladamente, los observaba como si el tiempo no pasara a mí alrededor, paso así hasta la noche, me levanté, me puse la funda de la espada en la espalda nuevamente y tome rumbo hacia el lado contrario de la playa, camine por algunos lugares fantásticos, llegue a un bosque con una cascada la cual se apreciaba muy bien al alba, todo parecía tan bonito y tan bien hecho, era un hermoso espectáculo de la naturaleza, no sabía porque un mundo tan oscuro tenía cosas tan geniales, o estas eran puras ilusiones.

Continúe hacia una montaña, ese mundo era inmenso y no sabía si las leyes físicas funcionaban de la misma forma de en el mundo real, a pesar de llevar un buen tiempo todo era como un libro el cual solo le leyeras el final y no entenderías lo que sucedió atrás, era muy complicado para mí y para cualquier persona, esos pensamientos invaden mi mente cuando caminaba sin rumbo como siempre.

— ¿Sin rumbo nuevamente? —dijo una voz.

—Pues sí, así ha sido casi siempre aquí. —me dedique solo a responder.

En ese instante Denyi bajo de un árbol, el más alto que había en ese lugar.

— ¿Cómo te ha ido? —pregunto.

—Pues no muy bien, he tenido que sacrificar casi mi vida. —respondí.

—Lo bueno es que sigues vivo. —dijo aliviado.

—Oye obtuve una capucha como la tuya. —dije comentándole.

—Enserio, porque no me la muestras. —dijo interesado.

—Pues ese es el detalle, los durmientes me dijeron que solo aparecerá en el momento correcto, como apoyo o algo así. —dije tratando de explicar.

—Lo entiendo, lo he leído, es sobre el guerrero Favey, Craben, ¡Favent! ahora que recuerdo. —dijo recordándose.

—Sí, según un anciano en un templo me llamo así. —le comenté.

Nos estuvimos hablando en el camino de subida en una montaña, ciertamente está tranquilo a pesar de todo lo vivido, para un niño de mi edad era mucho y la vida se le había acelerado. Perdía niñez en cada una de esas situaciones.

Llegamos a la cima, en esta había pequeña casa, al estilo de una choza de madera, bastante vieja. Nos dirigimos hacia la puerta, era un lugar muy bonito por todas las arboledas a su alrededor, cuando puse un pie adentro de ella mi memoria me golpeo, y me fui de espaldas, cayendo de espaldas en el suelo, ese lugar era donde había hablado por primera vez con Sofía.

—Compañero, ¿qué sucede? —Pregunto Denyi mientras me ayudaba a levantarme.

—Es lugar me trae demasiados recuerdos, no sé cómo impactan tanto estos recuerdos, apenas ha pasado un año. —dije confundido.

—Son recuerdos verdaderos, ¿entonces ya has estado aquí? —pregunto Denyi.

—Pues sí, pero en el mundo real, esta casa estaba muy cerca de la puerta. —respondí.

—bueno... —dijo él.

En metí y me puse a ver todo, encontraba todo viejo y había algo que llamo mi atención, era un lápiz rosado, lo levante y se lo enseñe a Denyi, él me dijo que hace mucho no miraba uno de esos, que aquí todo era mágico y no serviría de mucho.

La Noche de los OlvidadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora