Penumbra

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Alzó la espada al cielo e hizo una maniobra con punta de la espada y retrocedió la espada en su lado izquierdo e hizo un corte recto hacia el lado derecho, solo se sintió el aire de su movimiento.

—Inténtalo tú. —dijo quitándose del centro.

Entonces al estar allí, hice los mismos movimientos que el hizo, y en cambio conmigo paso algo increíble.

Se formaba un rastro de energía formando una gran luz de poder que me dejo totalmente impactado.

— ¡Termínalo! —exclamo el anciano.

Moví mi espada en la misma forma y con el mismo movimiento, fue algo totalmente increíble, el rastro traspaso con gran fuerza la pared que estaba en frente de mí, quedándose con fuego y sin nada de pared.

— ¡Excelente! —exclamo el anciano.

—¿como... logre eso? —pregunte.

—Es el poder de la espada legendaria. —respondió.

Me quede totalmente impresionado por lo que había logrado.

Nos quedamos entrenando durante mucho tiempo, un día completo casi, no nos percatábamos el tiempo mientras yo aprendía rápidamente, captaba cada uno de sus movimientos sin olvidar ninguno, los asimilaba y los repetía exactamente igual.

Por haber usado el poder de la espada demasiadas veces me había cansado un poco y creí que sería hora de irme de aquel lugar, al salir de aquel lugar la noche se había asomado nuevamente, pero esta vez si la estaba sintiendo.

Me regrese a dentro y le pregunte al anciano si podría dormir un rato, ya que mi cansancio era evidente.

Me llevo a un lugar en el templo donde habían demasiadas hojas

—Si sientes que la naturaleza esta de tu lado, podrás dormir allí sin estar acongojado. —dijo el anciano.

Me recosté y quedé dormido tratando de recuperar fuerzas, soñé algo que para mí fue normal, no tan normal como aquel mundo, pero algo más tranquilo.

Me desperté y salí afuera del templo, y me puse a observar nuevamente todo el paisaje.

—Chico, los días pueden ser infinitos en tu mente, pero el tiempo sigue pasando a tu alrededor. —dijo sabiamente.

— ¿No comprendo? —respondí.

En ese instante empezó a temblar el suelo con una gran fuerza, voltee a todos lados, por tal intensidad el suelo en donde estaba parado empezó a fisurarse, comencé a correr por una escaleras y resbale hacia una gran parte de suelo que se había abierto por el terremoto, entre tanto golpe y caída me detuve, estaba muy lejos de donde estaba, entonces corrí a una roca muy grande, me subí sobre ella para poder observar que pasaba alrededor entonces dirigí mi mirada a donde se ubicaba el templo, este yacía destruido y algunas partes en deslave, todo estaba destruido alrededor de mí.

—Falta poco...

Se escuchó una voz a lo lejos, así como una psicofonía espectral, el suelo se movió y la roca se fue al fondo de las secuelas que había dejado tal terremoto, trate de bajarme, pero el movimiento me agarro por sorpresa y caí al fondo de aquel abismo que se acababa de formar y era un poco profundo.

Me levante del polvo, y vi hacia arriba, parecía muy complicado subir, todo se desmoronaba fácilmente, no había mucho que hacer para salir de allí, intente muchas cosas como correr en la esquina de una roca pero termine una vez más con la cara en el suelo y sin nada que hacer, trate de cavar mi espada como gancho y subir pero lastimosamente volví al suelo golpeándome con todo lo que había allí, use objetos de la bolsa pero sin abrir el sobre, aunque quería abrirlo porque tal vez lo que hubiera en su interior me ayudaría a salir de aquel lugar de una vez por todas.

La Noche de los OlvidadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora