12:Abandono

402 55 3
                                    

Me encontraba caminando de vuelta a mi casa para poder prepararme para la fiesta de piscina. Aaron y Germán ambos me ofrecieron llevarme a casa. Me negué porque Aarón ya estaba haciendo suficiente por mi y Germán, por obvias razones. Lo que si le acepté a Aaron fue que me recogiera de mi casa para llevarme a la suya, porque, para ser honesta, el vive tan lejos, que si yo caminara, tendría suerte de llegar antes de que cumpliera 50 años.  

Mientras caminaba, me di cuenta que a pesar de llevar tiempo de vuelta, en realidad nunca me di la oportunidad de verdaderamente observar la ciudad donde había crecido. Parecía que todo había cambiado, pero en el fondo, no era así. Por estas calles crecí junto a mis amigos. De alguna manera, me alegra estar de vuelta. Pero me aterra no saber qué es lo que hago aquí exactamente, siempre me quise ir de aquí y nunca volver. Tal vez es porque no tengo a ningún otro lugar a donde ir.

Envuelta en mis pensamientos, choqué contra la espalda de alguien.

-¡Perdón! –dije, enfoque la vista– ¡Mason!

Aquí estaba, en frente mio. De seguro, como dije, se le hizo tarde y justo iba al café. Como saludo, le di un abrazo. El no me lo devolvió, se mantenía rígido, ningún movimiento en lo absoluto a mi contacto. Al final, pasé de este detalle, solo me alegraba verlo.

-¡Mason! Que bueno que te encontré aquí, te estábamos esperando. Si nos apresuramos, podré llamarle a todos y decirles que regresen, Aaron tenía esta idea de...

Dejé de hablar al notar la cara de Mason. Duro, frío, con cierta tristeza. Lo contrario de su cara cálido, alegre con su enorme sonrisa de siempre.

-¿Qué pasa Mason? ¿Porque estas así?

Esperó unos minutos antes de responder. Tal vez pensando en lo que iba a decir, o ya sabía, pero no quería decirlo.

-Perdón ____________. No fui porque, creo que es mejor que ya no nos veamos tan seguido.

Me reí un poco, bueno, bastante. Se me hizo un buen chiste de su parte, pero cuando deje de reírme, no veía rastro de diversión en su cara.

-Mason, ¿De que estas hablando?

-Recuerdas cuando recién habían llegado, te conté que mi papá no estaba muy...contento, ¿de que me volviera a juntar contigo?

-Si, me acuerdo.

-Bueno creo que...tiene razón, digo, ya es hora de que ¿Haga algo más con mi vida? No quiero decir que no me encante estar contigo, solo que quiero...¿Algo mas? –en realidad no sonaba seguro de todo esto

-¿Mason? Pero, ¿Qué pasó con tu sueño de ser actor? –le recordé 

-...–se rasco la nuca– Eso era más como...un pasatiempo. Siendo realistas, no creo que pueda dedicarme a eso.

-¡Qué importa ser realistas! Si todas las personas fueran 'realistas', jamás lograrían más de lo que caerían.

-__________, eso es algo lindo en qué pensar, pero creo que ahora entiendo, que eso nunca va a funcionar. No necesariamente es malo que pienses así, pero creo que, necesitamos un poco de distancia.  

-Tú y yo, pasábamos todos los días juntos. –miles de recuerdos me vinieron a la mente– ¿En serio estoy perdiendo mi mejor amigo? ¿Solo me vas a cortar? ¿Así de fácil?

-Lo estas viendo de la manera equivocada. Soy tu amigo, lo seguiré siendo, pero es mejor para ambos...dejar de salir juntos tan seguido, si es que entiendes.

-Oh, entiendo. Entiendo que un verdadero amigo no haría eso, mucho menos por algo que ni siquiera él mismo se cree cierto.

Se quedó callado, no tenía ningún contraataque.

Back Home (Germán Garmendia y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora