13:Complicaciones

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Aaron no molesto dejar su auto afuera en la calle como el resto de los autos que estaban ahí. El, siendo que esta era su casa, lo estacionó en su cochera.

Son días como estos que me acuerdo porque lo llamo niño rico. Hace años que no venía a su casa, creo que la última vez fue el día que nos graduamos, Aaron tuvo una gran fiesta. Su casa estaba muy alejado de cualquier otra casa, el perímetro era muy grande y tenía varios pisos. Lo más notable era que la casa es totalmente modernizada, la parte de afuera era de mármol, incluso algunas de las paredes eran de cristal, dejando ver al interior. Que igual, era totalmente precioso. No había ningún rastro de color, todos los muebles y adornos eran uno, de dos colores; blanco o negro. 

Al llegar a la parte de atrás, me quedé atónita, a pesar de haber estado aquí antes. Ignorando las otras 50 personas que estaban aquí, la parte de atrás era prácticamente todo pasto, muy bien cuidado por cierto, con unas mesas que estaban llenas de comida para los invitados. La alberca no era de una típica forma rectangular, era una forma aleatoria, una combinación de varias. Había música sonando al fondo, personas dentro y fuera de la piscina, algunos solo corriendo por el pasto con sus amigos, haciendo cosas a lo loco, divirtiéndose.   

Recuerdo cuando Mason y yo hacíamos eso.

-Entonces ___________. –me llamó Aaron– Zoe ya casi llega, ¿Porque no entras y te cambias? Después todos no reunimos y hablamos, ¿Te parece bien?

Si fuera por mi, no quisiera hablar en lo absoluto, pero de todas formas le asentí. Me dijo que me podía cambiar en su habitación, creo que me acuerdo de donde estaba. Entre a la casa, estaba mucho mas callado que afuera. Doble una esquina, me encontré frente a frente con los padres de Aaron. 

Parecía que se habían vestido para ver al presidente, llevaban puesto ropa formal. El padre de Aaron, llevaba un smoking negro con una corbata de moño, incluso llevaba una copa con vino. La madre llevaba un vestido rojo que llegaba hasta el suelo, admito que para tener la edad que tiene, que es cerca de unos 40 años, tenía una buena figura. Ambos sabían quien era, obviamente.

-_____________ –usaron mi nombre completo, no mi apodo como todos

-Señor y señora Hoffman –trate de sonar alegre, incluso sorprendida de verlos. Pero en realidad, me daban igual y no quería verlos

No tenemos la mejor relación. Solo me aguantan porque Aaron y yo somos amigos.

-Un...gusto verte. –dijo él, un poco vacilante– Aaron nos había dicho que ya estabas de vuelta. ¿Porque es eso? ¿No estabas en la universidad?

-... –no tenía tiempo para esto, mucho menos con ellos. Sacudí los hombros– Y saben, a veces así es la vida, simplemente no funcionó.  

-Que pena, claro, entendemos. –ahora contestó ella– Bueno, te dejamos, de seguro todo lo que quieres es salir y divertirte. –empezaron a caminar– ¡Saludas a tu madre por mi!

Ajá, no iba a hacer eso. Pero igual dije que sí. Encontré la habitación de Aaron sin problemas. Su cuarto era como cualquier otra, un poco desordenada, posters colgados, un escritorio con libros, videojuegos y otras cosas. 

Me arrepiento totalmente de no estar poniendo atención a la hora de empacar mi ropa, me había traído un traje de baño de dos piezas, la cual me avergüenza llevar puesto. No me gusta particularmente mi cuerpo, no la odio, mis padres y amigos siempre me decían que tenía un cuerpo bonito. Solo que me gusta evitar mostrar mi piel lo mas que puedo, me pone incomoda. Bajé con mi toalla envuelta en mi cuerpo, me la quitaré a la hora de entrar a la piscina y me la volveré a envolver a la hora de salir.

Cuando me encontraba cerca de la piscina, busqué con la mirada a alguno de mis amigos. Rápidamente encontré a Aaron, que estaba junto a Zoe... y Germán. Me acerqué a ellos, todos me saludaron con entusiasmo. Estuvimos hablando por unos minutos, Aaron hasta ahora no mencionó nada de Mason, me alegraba de eso. Tal vez se le había olvidado y ahora verdaderamente podría disfrutar de la fiesta, bueno, aparte de mi preocupación con Germán, que en ningún momento hablamos directamente. Nos sentamos en una mesa, seguiamos hablando, comiendo algunos refrigerios. Cuando de lejos, me pareció escuchar una risa, la risa de Mason.

No seas ridícula __________, ¿Qué estaría haciendo el aquí? 

Para calmar mi conciencia, me voltee para probar que no estaba aquí; nunca había estado tan equivocada. A unos metros de donde estábamos, ahí estaba Mason, hablando y riendose como si nada con otro grupo de amigos. Lo miré por algún tiempo, no podía quitarle los ojos de encima, ¿Tan rápido nos reemplazó?

En ese momento el también volteo a verme, y yo sé que me vio porque inmediatamente su sonrisa desapareció. Pero no dijo, ni hizo nada, sólo se centró de nuevo a la conversación que estaba teniendo con sus nuevos amigos. 

En ese momento.

En ese momento me di cuenta, de verdad me di cuenta; ya no éramos amigos. Solo dos personas que solían hablarse. Nada más, nada menos.  

Me levanto de mi silla, los demás se callan al ver que me paré. Esperan una explicación de porque, no les di ninguna, corrí dentro de la casa. Podía escuchar pasos detrás mío, no sabía bien a dónde me dirigía, pero no me detuve.

No hasta que llegué a una puerta, la abrí y para mi sorpresa era un armario, estaba llena de abrigos, aún así entré. Lo cerré con el seguro, ¿Porque tenía un seguro en la parte de adentro? No pregunten, porque no sé. Me senté, acercando mis rodillas a mi pecho y escondiendo mi cabeza en ellas. Solté todo lo que guardé durante todo el día, empecé a llorar desconsoladamente. 

-__________ –escuché a Aaron justo afuera– ____________, ¿Viste a Mason, cierto? Yo lo invité, lo siento. Pensé que...si lo invitaba y venía, tal vez podrían arreglar las cosas, no pensé que es más complicado que eso. 

Pues ya no importa.

Al ver que no respondía, escuche un par de susurros, después unos pasos, creo que se habían ido.

-¿____________? ¿Podemos hablar?

Ugh, ¿Por qué él?

-German, estoy bien, ¿Me podrías dejar sola?

-Perdón que te lo diga, pero creo...sólo creo, que no estás bien.

-¿A sí? ¿Qué te hace decir eso?

-Bueno, te fuiste corriendo y ahora estás encerrada en el armario llorando. –me quedé callada, tenía razón– ¿Me podrías decir porque? 

-... –empecé a llorar un poco más fuerte– No sé... no sé porqué estoy llorando. 

No debería estar llorando, no vale la pena estar llorando. Debería dejarlo ir, olvidarlo como el lo hizo. ¿Quien diría que perder a un amigo te destruía tanto?

-Esta bien, mira... –su voz sonaba más suave– ...a veces solo necesitas llorar, incluso si no sabes porque. Hagamos esto: sal y hablemos, no te prometo poder resolverlo, pero haré mi mejor trabajo escucharte.

A veces no necesitamos consejos, en realidad no hay nada que pueda hacer que hará esto mejor, solo necesito que alguien escuche. Me cuesta hablar de mis problemas. 

Salí del armario, para mi sorpresa, no solo Germán estaba ahí, sino Zoe y Aaron seguían ahí, pensé que nos habían dejado sólos. Cuando estaba completamente fuera, Zoe se acercó a mí, aún sin saber que estaba mal, me envolvió en un abrazo. Como seguía llorando, ella pasaba su mano por mi pelo, como antes lo hacía mi mamá como era pequeña, tratando de calmarme. 

-¿A quién tengo que matar por haberte hecho llorar? –me dijo en un susurro y me reí

De verdad, tengo a los mejores amigos del mundo.

Back Home (Germán Garmendia y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora