Los presentimientos no suelen ser, en su minoría, todos malos. Sin embargo, para Lauren había sido todo un acierto asociarlo a dicha categoría.
Tras aquel beso que demostró más que muchas palabras, Camila había actuado distinto con ella el resto de la noche; la había tratado como a una amiga más, excluyendo aquellos comentarios suyos en los que podías leer entre líneas sus segundas intenciones. La ignorancia se apoderó de ella y por consecuente, de Lauren.
Misma que al día siguiente, tras haberlo meditado con Shannon por la mañana, decidió mandarle un mensaje de texto pidiéndole explicaciones al respecto sin llegar a sonar tan borde. No obstante, éste no fue respondido hasta el día siguiente siendo el único puesto que, tras él, dejó de contestar.
"¿Por qué le das tantas vueltas? Solo fue un beso entre amigas."
Entre amigas.
Aquellas dos palabras eran las que más le habían dolido tanto por hacerle pensar que Camila solo había estado jugando con ella, como por haber conseguido obligarse a sí misma a aceptar sus sentimientos. Ella nunca había besado así a nadie.
Dando un aclamado suspiro, colocó correctamente el auricular en su oreja y apretó su rápida marcha mientras notaba la brisa dando en su rostro a causa de la velocidad. Había decidido salir a correr aquel mediodía del sábado después de estudiar las materias debidas y ponerse al día con el resto. Sin embargo, llevaba un destino distinto a su casa.
Con los pómulos sonrojados y la respiración agitada sin ser afectada por el asma, llegó hasta la enorme puerta de barrotes y pausó la música para seguidamente liar sus auriculares antes de decidirse a pasar al interior. A su vez, varias personas seguían sus pasos acompañadas por sonrisas falsas o lágrimas llenas de anhelo.
Sintiéndose un tanto incómoda, caminó entre las lápidas con tan solo el sonido de sus zapatillas deportivas contra la tierra hasta que finalmente llegó a la que le costó meses mirar sin producir una lágrima o acabar huyendo por la presión adquirida.
- "Hola, Alex" se sentó en el césped notando la humedad de éste en su trasero.
La cirujana Collins, la cual había vivido hasta sus últimos meses un par de ciudades más allá, pero sin salir del Estado, decidió el día que se enteró de su pronóstico mudarse cerca de Lauren. Por eso mismo, su lápida se encontraba en el cementerio local de donde ésta residía, siendo más fácil para ella ir hasta allí.
- "Hoy no traigo flores" se carraspeó la garganta. "Y debería porque hacía tiempo que no venía" añadió, escuchando tan solo la brisa.
No obstante, volvió a quedarse en silencio al recordar el motivo de por qué se encontraba frente a la lápida. No había hablado de ello antes con otra persona externa a Shannon y, aunque tuviese algo asimilada su sexualidad, todavía se sentía insegura al respecto.
- "¿Recuerdas a Camila?" preguntó a la nada, acariciando la pulsera de su muñeca. "Nos hemos vuelto a ver después de casi diez años, parece una locura" miró el soleado cielo consiguiendo que sus ojos se cerrasen molestos por la luz. "Pero no sabe quién soy" añadió dando un corto suspiro. "Está preciosa" sonrió de lado.
Pausándose para viajar al pasado en su mente, recordó las veces que hablaba con Alexandra acerca de la latina. Misma que si en ese instante no hubiera estado fallecida, habría verificado que ambas sonrisas, a pesar de haber casi una década de diferencia entre ambas, eran y transmitían lo mismo; amor.
- "Hace hípica, tiene un sentido del humor un tanto característico y es una imbécil" volvió a sonreír soltando esa vez una pequeña risa. "Pero la verdad es que me vuelve loca" admitió. "Siempre creí que mi obsesión con ella era solo por encontrarla, pero..." se pausó. "Venía de mucho antes" suspiró de nuevo. "¿Crees que desde tan pequeños podemos sentir algo así y que tenga sentido?" preguntó.
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Incondicional | Camren Fanfic
FanfictionLas personas podrán olvidar tus palabras, tus actos e incluso tus promesas, pero nunca olvidarán cómo les hiciste sentir.