Incondicional | Camren Fanfic

Capítulo 38

Falacia: engaño o mentira que se esconde bajo algo, en especial cuando se pone de manifiesto su falta de verdad.

Mismo sentimiento que caracterizaba los pensamientos de Lauren cada vez que se proyectaba sobre su mente el hecho de cómo, aun no había sido capaz de sacar la verdad de su pasado a la luz para llevar una relación más sana con la latina.

Los padres de éstos no habían vuelto a dirigirle la palabra respecto a dicho tema en las veces siguientes en las que había visitado la gran casa de los Guerrero, sin embargo, quien cada día parecía tener más curiosidad por la de ojos verdes era la menor de éstos.

Sofía Guerrero se había acostumbrado a analizar la compañía de su hermana de lejos hasta que ambas entraban en la habitación de ésta y dejaba a la menor sin un campo visible. Aun así, a pesar de su corta edad, tenía una mentalidad bastante desarrollada y sabía perfectamente qué estaba pasando detrás de aquella pared y qué clase de amiga era Michelle Scott; sin duda, no como Karen. Aun así, esto no parecía preocupar a la pareja puesto que entre esas paredes su único mundo se reducía a los ojos que las miraban; los suyos propios.

La pareja había caído presa de la inocencia y ceguera que producía estar enamorándote de una persona; los bailes sin música habían incrementado, las relaciones sexuales eran más intensas a la misma vez que suaves y las ganas de tocarse y estar cerca eran constantes.

No obstante, la inseguridad de la mayor respecto a mostrar sus afectos hacia la latina frente al público seguía siendo limitada, por lo que el hecho de que fueran una pareja no había viajado más allá de Shannon y Karen.

Sin embargo, cada vez que la de ojos verdes pensaba en Camila, una inocultable sonrisa aparecía sobre sus carnosos labios de la misma forma en la que lo hacía mientras hablaba por ésta por mensajes, a la vez que custodiaba la tienda de sus padres.

-  "Así entra cualquiera y nos roba" habló Bruce, una vez dentro, dirigiéndose hacia la parte trasera para soltar las dos cajas de cartón que había traído entre sus brazos. "Mira lo que se te ha caído ahí atrás" soltó su anuario sobre el mostrador.

-   "¿Y papá?" preguntó, cogiendo el objeto sobre sus manos.

-  "Justo ahí" lo miró con una sincera sonrisa mientras el mencionado se encontraba al otro lado del escaparate hablando con lo que parecía un turista desorientado.

-  "Así entra cualquiera y nos roba" repitió Lauren, haciendo referencia a la pose embobada de su padre a lo que éste rio.

-  "¿Qué pasa aquí?" preguntó Douglas, quien entró justo en ese instante.

-  "Tu hija" rodó el moreno los ojos.

-  "Tu futuro marido" imitó Lauren el gesto de su padre.

-  "Mi bonita familia" se acercó a ambos para dar lugar a un abrazo que se prolongó durante unos segundos.

Separándose después de la muestra de afecto, la menor de los Scott no pudo evitar mostrar su emoción acerca de la boda para la que cada día faltaba menos y a la cual le faltaban días para que las pocas invitaciones se enviaran. Tras esto, con el mismo sentimiento, quiso enseñarle parte de su anuario.

A pesar de todo lo vivido en sus años dentro del Golden Eagle, se sentía afortunada por aparecer en aquellas fotos que decoraban las páginas llenas de recuerdos y que todos éstos fuesen buenos. Sabía perfectamente que, aunque pasase un mes como diez años, sonreiría al verse jugando al Softball y participando en el resto de actividades extraescolares.

Aun así, de lo que más orgullosa se sentía era de viajar hasta las últimas páginas y ver allí su foto ordenada alfabéticamente entre el resto de sus compañeros con la frase elegida. Las de un porcentaje mayoritario de alumnos se caracterizaban por estar dentro de lo común, sin embargo, Lauren no había querido entrar dentro de aquel grupo.