Fragancia

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Por la vida, te cruzas con un millón de personas diferentes, ninguna es igual a otra, la esencia de la persona es lo que queda marcado en la vida de quien lo vive.

Pero cuando te enamoras, todas esas cosas, cualidades, características, manías, aromas y  fragancias… Se marcan mucho más.

Era una fresca tarde de otoño en París, Marinette caminaba por un ancho parque, haciendo lo que sabía que no debía… “Recordar a su amado”

Días como ese, eran los más vulnerables para la chica, debido a que no paraba de recordarlo, y si algo era muy distintivo en él, era su fragancia.

Marinette podía recordar cuando se unían en un abrazo, su suave piel, su mirada y el aroma que dejaba en ella, era exquisito.

De pronto, no sabía si fue su imaginación o tal vez una fijación, pero encontró esa fragancia en el ambiente, esa que con solo inhalarla podía hacerla desfallecer, la chica se congeló en cuanto escuchó su nombre proveniente de esa profunda voz, despacio y sin prisa, volteo a donde se le llamaba y ahí estaba, ese perfecto rubio de ojos verdes y mirada cálida.

Ambas miradas se quedaron estáticas por un minuto, eran sólo ellos, ella pronunció su nombre sorprendida, y él, con elegancia y un toque de cautela, se acercó a ella. Estando frente a frente, el rubio no pudo resistirlo, la abrazó, hizo lo que por tanto tiempo anhelo, y lo disfrutó, aunque sea por un momento, antes de que la chica lo rechazará sin embargo no fue así, la chica no se apartó, en cambio correspondió el abrazo.

Marinette lo sentía, sentía como su corazón seguía latiendo tan fuerte, desde el momento que sintió su esencia, su fragancia, su voz… Eran motivos suficientes para no apartarse de él, al menos no en ese momento, quería disfrutar de todas esas hermosas cosas que siempre va a recordar de él.

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FICTOBER 2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora