─Y ahora tengo un equipo... aún creo que es la idea más suicida que pudo idear esa cabezona de Maquenzie, pero parece saber lo que hace, así que creo que confiare en ella... al menos por ahora.
Apoyando mi espalda en la frialdad de la piedra, respiro profundamente el fresco aire. Observo el lento movimiento de las nubes. Abrazo mis piernas con mis manos y recuerdo cuando David me dijo que el mismo cielo era la mejor hoja del mundo, ese fue el primer día que hablamos. Cuando nos presentaron ante su hogar recuerdo vagamente como su madre se veía algo disgustada al ver a una pequeña de mi edad para apoyar el exorcismo. Sabia por sus antecedentes que era un niño considerado milagroso, en sus archivos mencionaban que el asistia a misa los domingos y no fue hasta que uno de sus amigos al lastimarse jugando, él lo curo poniendo sus manos sobre su rodilla lastimada. A partir de ahí las personas se acercaban a él para cualquier tipo de herida leve, sus padres se encontraban complacidos que su hijo de buenas notas, excelente hermano y niño ejemplo como ademas participativo en el catecismo fuera considerado como un ángel enviado del cielo.
No fue sino hasta que un día el propio David tuvo pesadillas sobre seres obscuros persiguiéndolo que las cosas estarían cambiando en su contra. Al inicio su familia creía que se debía a alguna película de terror que había visto, pero en una noche de tantas se despertaron al escuchar a David gritando en su habitación pidiendo socorro, al entrar a la habitación lo vieron en su cama pateando y retorciéndose, trataron de calmarlo, especialmente porque no dejaba que nadie le tocara la frente, cuando lograron retirar sus manos de la misma pudieron ser testigos de como se estaban deslizando gotas de sangre. Lo llevaron con doctores y dijeron que no había explicación de la causa de esas heridas.
Después fueron las manos y los pies, David continuaba con las pesadillas pero también tenia sueños donde lo visitaban seres luminosos que le contaban historias hermosas de la naturaleza y las buenas acciones del hombre. Con la perdida de sangre estaba desarrollando anemia por la falta de hierro y se volvió algo enfermizo, sin embargo la gente de la iglesia lo visitaba para mostrarle su apoyo e incluso llevaban obsequios. Ademas aprovechaban para que propio David siguiera curando a heridos, hasta que un día se presento ante el diversas personas con problemas mas intensos, desde adictos a alguna droga como personas que llevaban a familiares con problemas mentales. Esto solo lo consumía mas y los estigmas empeoraban, hasta que su madre se harto y prohibió a personas que no fueran parientes o amigos la entrada a su casa.
Cuando llegamos el equipo a cargo de su caso, (debido a que las pesadillas se estaban volviendo algo más grave, de sueños pasaron a ser ataques contra su persona como cosas cayendo cerca de el, empujones, arañazos y lo que los asusto definitivamente fue una vez verlo levitando en su cama) tuvimos que mostrar identificaciones y papeles que comprobaran nuestra misión.
Al inicio no hablamos los dos, me tocaba en ocasiones ser tu acompañante pero con distancia para vigilare y protegerte en caso de que yo fuera capaz de ver algo que te pueda causar algún daño. Creo que fue el cuarto día cuando por fin entablamos charla y ni siquiera preste atención a lo primero que me dijiste.
─ ¿Qué? ─Parpadeo hacia el niño de cabello castaño rizado.
El voltea, sus ojos están inyectados de amarillo y rojo probablemente por el insomnio, esto solo hace más contraste con su piel pálida, sin embargo, lo que llama más la atención a su débil figura son los vendajes que tiene en la frente, estos abrazan parte de su cabeza, pero la tela que debía ser blanca se encuentra manchada por pequeños puntos rojos. Hace solo unos minutos que se los cambiaron y las heridas al parecer no quieren dejar de marcarlo.
Su sonrisa se ve cansada, pero transmite una sensación relajante, mira a mi dirección con completa atención y yo solo ladeo la cabeza confundida. Parece divertido porque se pone a reír por un momento, lleva su mano a su boca tratando de reprimir sus carcajadas, pero eso no lo detiene de doblarse de las mismas. Al parecer me perdí de algo.
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La Exorcista
RandomSupongo que como toda persona con sentido común, cuando escuchas la palabra exorcista piensas: chiflado, demente, fanático religioso, sacerdote, o la mas común, la maldita película. Pero déjenme decirles queridas personas del mundo entero, esa no es...