Capitulo 1

238 13 1
                                    

La calle está tranquila como de costumbre sin mencionar solitaria. Llevo mi mano encima de mis ojos para protegerme de los rayos de sol, mientas me hago camino hacia la entrada de barrotes. El Señor Víctor está sentado detrás de las puertas leyendo el periódico mientras bebe algo. Llego a él y me detengo justo en frente.

─Buenos días Víctor.

─Buenos días Becky, ¿Cómo te fue en el caso?

─Lo mismo de siempre, presentaciones, dramas familiares, una chica vomitándome mientras me insulta, una pelea y la comida de avión lamentablemente no cambia. Por Dios, ¿Cómo es que el agua es babosa?─ Hago un gesto de asco mientas niego con la cabeza.

Víctor ríe mientras le entrego mi identificación, donde solo dice mi nombre, edad, y "CBVIE" le da la vuelta aunque ya sabe que es auténtica, solo cumple con el aspecto técnico y profesional como siempre. Me la entrega y me habré las puertas ─Bien señorita Becky Hughes, todo está en orden.

─Seamos sinceros Víctor, si todo estuviera en orden, nosotros no tendríamos trabajo.

Guardo la identificación en mi mochila y escucho murmurar a Víctor decir ─touché.

Yo solo sigo caminando pero con mi típica sonrisa maliciosa.

Entro a lo que parece un edificio normal aburrido, y soy recibida con pequeñas miradas de trabajadores. Otros me ignoran. Doy vuelta a la izquierda y me encuentro con el elevador de mi vida. Pero claro, está lleno por una anciana, un conserje y un señor en traje que apesta a cigarros. Entro y las puertas se cierran atras de mí.

Las paredes del interior son espejos, por lo que hay cuatro más de nosotros. Pero de todos soy yo la que más sobresale. Primero baja el conserje en el piso cuatro. Luego la anciana con traje de secretaria en el piso tres. Pero el tipo de cigarros parece haber fumado más de la cuenta porque regresamos al piso cuatro donde bajo el conserje. ¿Cómo rayos es que contratan a la gente aquí?

Al final solo quedo yo. Los espejos hacen ver cada ángulo de mí. Si miro derecho me encontrare con una chica de 17 años, pelo largo azabache, ojeras bajo un par de ojos azules y con perforaciones. Tres en el oído izquierdo, dos en el derecho y uno en la mitad de la ceja derecha. Mi mochila verde esta tan fuera de lugar con mi ropa obscura y botas de suela lisa, pero sinceramente, nunca me ha gustado estar en moda.

Una vez sola, en lugar de tocar un botón como los otros, decido aplastar la misma secuencia desde hace años. 4, 6, 9, espero un momento y luego oprimo el botón rojo. El elevador se detiene de golpe y yo solo gruño. ¿Cómo me atreví a comer esa comida de avión? Voy a vomitar en... 3...2...1...

El elevador baja a una velocidad tan fuerte que debería de estrellarse, pero en lugar de eso,vuelve a bajar la velocidad. Eso es señal que ya estoy a un nivel bajo tierra. Si, así como lo oyen, bajo tierra. El elevador se abre y yo salgo. Camino cinco pasos solo para llegar a las escaleras. Sigo bajando hasta que llego en un pasillo con azulejo pulido y toco la puerta.

─ ¿Quién es?- dice Flynn. El otro guardia de seguridad.

─Flynn, abre, no me siento bien y no estoy de humor para acertijos.

─Cinco hermanos muy unidos que no se pueden mirar, cuando riñen aunque quieras no los puedes separar...- dice ignorandome.

─ ¡Flynn! ¡Con un demonio! ¡Si vomito tu limpias!

─Cinco hermanos muy unidos que no se pueden...- ya me imagino la sonrisa del gilipollas al saber que me esta molestando.

Sentía como mi cólera aumentaba ─ ¡Los malditos dedos! ¡Los dedos!

La ExorcistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora