Han pasado nueve días desde la discusión que tuve con Maquenzie. Acordamos que lo mejor seria realizar lo antes posible el tramite para registrarnos como equipo por lo que nos encargamos de reunir la papelería necesaria y una vez ya lista, le pedimos el favor a Jones de que la entregara a los encargados de administración. Después de todo, aun siendo Exorcistas Baronesas, Jones es nuestro Vizconde, es decir nuestro jefe y como tal, el encargado de dar los avisos que impliquen un cambio en el trabajo.
Maquenzie y yo habíamos comprendido que lo mejor sería para nuestros fines colaborar juntas, al menos hasta que lograra obtener su puesto como Vizcondesa. Por mi parte solo quedaba esperar respuesta de parte de nuestro supervisor. Ahora solo estaba recargada en la pared, mirando al techo y analizando lo que nos puede esperar como futuro en el equipo mientras escuchaba una banda de rock con los audífonos puestos.
Carim llega a mi trotando con sudor en su rostro y su camiseta empapada. Me dice algo, pero por el volumen de la canción no logro comprender lo que dice.
Jalando del cable lo miro confusa ─Disculpa, ¿Qué decías?
─Olvídalo... mejor dime cual es el siguiente ejercicio.
─Oh, bueno. Tendrás un combate de armas conmigo. Así de simple. ─ Le muestro la mochila que descansa contra la pared y le indico que seleccione la arma que guste, en ella hay tres chuchillos y un par de espadas pequeñas. El selecciona un cuchillo largo y yo le muestro que se posicione en frente de mi y espere mis instrucciones.
Me coloque en posición de guardia, colocando mi brazo izquierdo en mi cintura y mi derecho hacia el frente alzando el cuchillo a su dirección, con mis piernas un poco abiertas en una forma diagonal. Instruí a Carim a que tomara la misma postura, y el obedeció cada una de mis órdenes. Le indique que debía dar un paso al frente de tal manera que debía acertar en mí, al inicio no le gustó la idea y tuve problemas por lograr que hiciera un movimiento.
─ ¿Qué estas esperando? El enemigo no te tendrá consideración, ni siquiera te dará la oportunidad de que lo pienses.
─Olvídalo Becky, ya es demasiado duro entrenar contigo cuerpo a cuerpo, no quiero seguir con el entrenamiento de armas si implica tener que pelear contigo.
─ ¿Ah? ─ indignada miro a Carim ─ ¿Ahora vas a decir que me tienes miedo?
─ ¡No! Simplemente no me gusta tomar ventaja de una mujer.
─Mmm... vale si tú dices eso puedo entenderte... pero te lo vuelvo a decir, haya afuera será todo lo contrario, necesitamos saber defendernos para poder ayudar a nuestros clientes. De lo contrario no protegerás la vida de nadie.
─ Ya dije que no.
─Entonces no me dejas otra opción.
Lanzándome hacia él mi cuchillo llega a rozar superficialmente una esquina de su mejilla. El pierde el equilibrio por un momento, pero esto le ayuda a apartarse de su amenaza por unos centímetros y usa esto para lograr esquivarme y terminar atrás de mí.
─ ¡¿Estás loca?! ¡¿Acaso piensas matarme?!
─Si mirándolo de esa forma logras practicar, entonces adelante.
─No.
Suspiro al techo del campo de entrenamiento y dejo mi postura defensiva por un momento. Dejo el arma en el suelo y me siento en el mismo con las piernas cruzadas. Miro a Carim invitándolo a que se siente a mi lado, dando unas palmadas en el espacio de la superficie de mi izquierda. Él se muestra algo inseguro, pero acede y deja el arma a su izquierda.
─Dime Carim, ahora mismo ¿Qué es lo que ves?
─A un montón de personas que están haciendo ejercicio.
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La Exorcista
CasualeSupongo que como toda persona con sentido común, cuando escuchas la palabra exorcista piensas: chiflado, demente, fanático religioso, sacerdote, o la mas común, la maldita película. Pero déjenme decirles queridas personas del mundo entero, esa no es...