Capitulo 1: "¿Quién eres tú?"

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Antes:

Dean fue al infierno ya que hizo un trato con un demonio de encrucijada para regresarle la vida a su hermano. Su nombre es Dean Winchester, hombre de 25 años, cabello castaño claro, ojos verdes, buen aspecto físico y grandes gustos musicales, además de un gran amor por su hermano menor Sam Winchester, hombre de gran estatura, 21 años, gran tono muscular, ojos de un tono entre azul y verde, cabello castaño oscuro y largo. 
La historia de los Winchester había comenzado con su padre, de nombre John Winchester, el cual comenzó una tradición familiar desde que Dean tenía sólo cuatro años, mientras que Sam tenía seis meses de haber nacido; cuando la madre de aquellos hermanos, llamada Mary Winchester, sufrió de una muerte inexplicable, tal fue el grado de sufrimiento del padre que pasó toda su vida buscando al culpable de dicha muerte.
Con el paso de los años, la familia Winchester se dio cuenta de que existía algo más que solo personas en el mundo, también existían criaturas sobrenaturales, lo cual hizo que los hermanos junto a su padre comenzarán a cazar a esos monstruos para que no hicieran daño, y que nadie sufriera como ellos lo hicieron.
Tiempo después, hablando de unos cuantos años, el padre de Dean y Sam falleció al intercambiar su vida por la de Dean.
Sam fue asesinado a manos de un hombre que había caído bajo los juegos del demonio asesino de Mary, el hombre le enterró un cuchillo haciendo que Sam cayera, en ese momento Dean llegó para atrapar a su hermano, quien murió en sus brazos, destrozando el corazón a Dean. Sin poder soportar la perdida de su hermano, Dean decidió vender su alma a cambio de la vida de Sam, y un año más tarde un sabueso del infierno fue con Dean y le arrebató su alma, y con ella, su vida.

Ahora:

Sentía un dolor como si le estuvieran sacando el corazón lentamente, llevaba años allá abajo, y un gran vacío en su corazón se apoderaba de él. Pero el dolor de no estar al lado de su hermano, cumpliendo la promesa que alguna vez le hizo, era peor que cualquier tortura.  
En algunas ocasiones Dean mientras estaba en el infierno no podía seguir con ese dolor, simplemente no podía seguir adelante, prefería morir a que lo hicieran sufrir, y no podía siquiera imaginar cómo estaba su hermano allá arriba... si él, sin embargo algunas veces le gustaba imaginárselo siendo feliz, teniendo una gran esposa, algunos hijos y que no lo extrañara... pero los pensamientos no tardaban mucho, lo único que quería era salir de ese horrible lugar y verlo sonreír una vez más, ver a su pequeño hermano. 

Un día nuevo comenzó en el infierno, un nuevo día de sufrimiento, un nuevo día de dolor... Pasaron las horas lentamente, como siempre, y comenzaron a torturarlo con unos cuantos cortes en la cara y abdomen, pasaron horas de sufrimiento, de intenso dolor, pero de un momento a otro, una gran luz inundó todo el infierno, una luz de esperanza y llena de amor; algo tomo a Dean y lo saco de ese sufrimiento, sin decir ninguna razón por la cual lo hacía, sin decir quién era, sin siquiera mostrarse.

Dean despertó y estaba en un lugar muy oscuro, así que rápidamente saco un encendedor para tratar de ubicarse, pero no pudo, el pánico lo atrapó, haciéndolo creer que eso era solamente una tortura más, pero sin importarle, por primera vez intento salir. Y lo consiguió, cubriéndose los ojos por los rayos del sol que tocaban sus ojos desde hace tanto tiempo, caminó un poco para intentar identificar en donde estaba, mirando de un lado a otro, poro sin reconocer nada. Decidió caminar un poco para ver si encontraba algo para comunicarse con su hermano. Minutos más tarde llegó a una tienda de autoservicio, la cual se encontraba junto con una gasolinera, decidió entrar, aunque la puerta estuviera cerrada, no fue un gran obstáculo para el, estando ya dentro de la pequeña tienda, tomó unas cuantas botellas de agua a gran velocidad, ya que estaba muy cansado y sediento, decidió entrar al pequeño baño de la tienda y limpiarse la cara, se miró al espejo, levantando lentamente su playera, esperando ver muchas cicatrices atroces de cortes que le habían hecho estando en el infierno y antes de estar en él, pero en realidad no tenía nada, absolutamente nada. Procedió a quitarse lentamente la playera para ponerse otra que estaba a la venta en la tienda, miro su espalda y nada, parecía como si nada le hubiera pasado, sé quedo unos cuantos minutos sin playera, intentando eliminar la tierra y el polvo para estar más limpio, lo cual consiguió, segundos después abrió el grifo de agua y sumergió su cara, intentando refrescarse un poco, cuando abrió sus ojos pudo observar la silueta de un hombre, un poco más pequeño que él, también pudo ver un gran brillo que lo atrapó, eran unos hermosos ojos azules que llenaban de amor a cualquiera que los miraba, giró su cabeza rápidamente, fingiendo estar asustado.

-¿Quién eres té?- preguntó Dean mirándolo de pies a cabeza.
-Me llamo Castiel- respondió el hombre de ojos azules, con un tono de voz muy tierno y lleno de bondad, o al menos así llego hasta los oídos de Dean.
-Yo fui el que te saco del infierno Dean- dijo Castiel con un tono de voz más fuerte, mirando a Dean de pies a cabeza.
-¿Entonces eres un demonio?- Dijo Dean dando un paso hacia atrás y mostrando temor.
-No, Dean, yo soy un ángel del señor- Dijo Castiel mostrando seguridad, pero a la vez que era inofensivo.
-¿Un qué?- dijo Dean un poco confundido, pero dando un paso hacia adelante, mostrando que no tenía tanto miedo como antes.
-Un ángel- Dijo Castiel, mientras una pequeña sonrisa aparecía para darle confianza a Dean.
-Y, ¿En dónde están tus alas?- Dijo Dean intentando encontrarlas.
Castiel puso una pequeña sonrisa en su rostro y extendiendo su mano para que Dean la tomará. Para lo cual Dean respondió tomando su mano, aunque sintiendo aún un poco de miedo. Luego Castiel saco a Dean del baño y lo llevó a un extremo de la tienda, parándose frente a una pared vacía. De pronto se escucharon unos truenos y el cielo relampagueó, dejando que todo se oscureciera y un destello de luz iluminó en el ángel, dejando una sombra en la pared en forma de unas alas, para lo cual Dean respondió con un suspiro de asombro.
-¿Te gustan?- Preguntó Castiel a Dean con una sonrisa en su rostro y regresando todo a la normalidad.
-Ahh... Pu..es..- Dijo dicen mostrándose muy nervioso ante lo ocurrido. -Son hermosas- Susurro Dean accidentalmente, mirando al ángel con mucho asombro y respeto.
-Lo sé- Dijo el ángel entre una pequeña rosa, intentando no perder tan nervioso a Dean por su comentario accidental.
Después el ángel desapareció como por arte de magia, no sin antes decir un -Nos veremos pronto Dean-
Concluyendo así su primer encuentro con Dean.

Libres para ser Tu y YoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora