Los días que siguieron a la carta de McGonagal, Hermione decidió compartir el mayor tiempo posible con sus padres, cocinaron juntos, fueron a teatro y vieron películas, ella volvía a ser su niña, era increíble ya era toda un adulta pero para sus padres Hermione aún era su bebe.
Una tarde, la castaña se ausentó de casa, había recibido una lechuza por parte de Harry con una nota para reunirse en la residencia de los Black, hacía algún tiempo que no veía a su amigo. Ambos habían necesitado un lapso para rehacer su vida familiar y Hermione se alegró inmensamente al ver que su amigo era quién daba el primer paso para el reencuentro.
Al llegar a la residencia, Harry la recibió en la entrada con Teddy en sus brazos, ella no pudo evitar la alegría que la inundaba y se lanzó a abrazarlo, haciéndolo retroceder ya que no pudo con el peso de ambos, no recordaba lo gratificante que era su compañía y el inmenso cariño que le tenía a su compañero, pero al ingresar al hogar pudo notar un ambiente lúgubre, lleno de tristeza.
— ¿Cómo estás? — Preguntó alzando a Teddy, ella no tenía experiencia con niños, ni si quiera estaba segura de querer tener uno, pero le pareció increíble ver como el pequeño la miraba y cambiaba el tono de su cabello para convertirlo en castaño y poco a poco se iba alborotando como el de ella, quien sonrió ante la magia del bebe. Harry asintió con la cabeza y en voz baja respondió:
— Ven, sigue por acá.
La guió hasta la sala de estar, allí se encontraba Andromeda vestida de negro y desconectada de su realidad. Hermione al verla no pudo evitar dar un respingo, por un segundo creyó ver a Bellatrix, pero inmediatamente hubo un click en su cerebro que le permitió recordar a la hermana media de las Black. La mujer, saludó con un ligero movimiento de cabeza a Hermione y caminando cabizbaja y lentamente se retiró a su habitación recibiendo a Teddy en sus brazos.
Hermione se sentó junto a Harry en el comedor, con la mirada llena de dudas.
— ¿Qué le sucedió? — Indagó en lo que parecía un susurro, señalando con la cabeza la dirección en la cual se había ido Andromeda.
— Hace casi dos semanas que asesinaron a su hermana Narcissa y a Lucius Malfoy.
La mandíbula de Hermione quedó descolgada, nerviosamente puso un rizo de su melena detrás de la oreja y se acercó un poco mas a Harry, ella no estaba al tanto de las noticias del mundo mágico viviendo en casa de sus padres, pensó que esta familia tenía seguridad y protección, y una incógnita surcó su cabeza.
— Y...¿Draco? — Se atrevió a preguntar mordiéndose el labio en la parte interna.
— Aún no se conoce su paradero, — La castaña suspiró perceptiblemente aliviada, relajando su postura — Hermione por lo que te escribí para que vinieras, es porque necesito de tu ayuda. — Harry había bajado el nivel de su voz, mirando a su alrededor percatándose que nadie se hallaba cerca de ellos. — Nosotros encontramos sus cuerpos en una casa muy apartada de Londres, fue una maldición asesina...yo fui el primero en hallarlos, y cuando estaba allí vi a dos personas: ellos tenían puestas túnicas, no pude ver sus rostros pero una de ellas era de Slytherin... el ministro lo sabe y sospecha de Draco.
Harry tomo aire, había dicho todo tan rápido que estaba sin aliento, acomodó sus gafas sobre el puente de la nariz dedicándole una mirada a la reacción de la morena quién frunció el ceño negando con la cabeza.
— Eso... no tiene ningún sentido, si hay algo que Malfoy ame más que a sí mismo es a su familia.
Aseguró severamente Hermione su mirada se perdió entre las texturas de la mesa, en su interior sintió una honda pena por la serpiente, no imaginaba cuanto dolor podría sufrir si estuviera tratando de dejar el pasado atrás y su familia nunca estuviera segura, pensó en sus padres y en los días con ellos, agradeció el haberlos encontrado y no le fue posible figurarse la amargura de perderlos después de haber pasado por tanto. En su interior estaba completamente segura que el asesino era otro
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Luna de Plata
Teen FictionDraco Malfoy, esta pasando la peor época de su vida; todas las decisiones en las que se ha visto envuelto se vienen en contra suya, no sabe en quien confiar, pues los mas santos pueden ser una verdadera escoria y no hay tiempo para arrepentimientos...