Decisión

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Un ruido en el cristal, rompió la tranquilidad de la noche, Hermione se levantó de su cama de infancia después de ese año lejos de su hogar; hacía dos meses que había encontrado a sus padres para desaparecer el hechizo que había conjurado.

Al dirigirse a la ventana pudo observar una lechuza plumas negras y cabeza rojiza, retiro la carta que estaba atada a su pata y la dejo entrar a la jaula de su lechuza Paris; la carta se parecía a la que recibió como invitación para Hogwarts, encendió la luz y vio claramente la firma de McGonagal.

Señorita Hermione Granger:

Estimada Señorita Granger, espero que estos días en casa de sus padres estén llenos de gozo y tranquilidad, por favor envíeles mis saludos.

Le escribo porque la considero una de mis mejores alumnas, usted ha logrado hacer grandes hazañas gracias a su ingenio y talento innato; se que sus aspiraciones son grandes y que con su capacidad puede ocupar cualquier cargo en el Ministerio, sin embargo deseo que tenga en cuenta una petición muy especial:

Después de la muerte de la profesora Burbage quien dictaba la materia de estudios Muggles, no hemos logrado conseguir una persona que ocupe este cargo, y considero que usted es la candidata idónea para asumir este reto.

Soy perfectamente consciente que sus estudios en Hogwarts no han sido culminados, pero esto lo podemos arreglar, usted puede prepararse durante este año y presentar sus EXTASIS cuando se sienta a gusto.

Nuestra comunidad mágica ha sufrido grandes pérdidas por el manejo inadecuado de la información, y por ello Hogwarts va a implementar la materia de estudios muggles de carácter obligatorio para todos los cursos.

Por favor considere mi oferta, sus aportes son bienvenidos, espero que lo piense; le envió una copia del programa de todas formas, si usted tiene alguna apreciación al respecto siéntase libre de escribirla, lo agradeceré enormemente.

Cordialmente

Minerva McGonagal

Directora

Hogwarts escuela de Magia y Hechicería

Hermione desplego la segunda hoja del sobre, dónde se encontraba el programa completo, la castaña se quedo un rato sobre su cama observando el programa y la carta.

Hacía poco se había planteado la idea de retomar sus estudios pero le parecía demasiado pronto; miro alrededor suyo, se encontraba su cómoda en la que reposaban algunas de sus fotos infantiles, se detuvo a mirar una de ellas con detenimiento, allí estaba cargada en brazos de su padre, había cumplido 8 años un mes antes y estaba disfrazada de bruja, siempre había tenido la melena alborotada esta vez con su largo sombrero y un vestido negro con adornos color esmeralda; Hermione rio ante la ironía de la imagen.

Recorrió con sus finos dedos unos stickers que había adherido al mueble con algunas figuritas de unicornios, hadas y constelaciones, siempre había soñado con criaturas mágicas y reinos desconocidos, eso no la hizo muy popular con los niños de su edad, sumado a su colección de libros que reposaban en la biblioteca junto a su cama.

La magia, había estado en su mente desde mucho antes de conocer Hogwarts y su fortuna había sido marcado tiempo atrás, recordó que en su infancia fingía ser profesora y enseñar a sus peluches lo que había aprendido en libros, siempre había sido exigente y autoritaria, tal vez sus fantasías de pequeña eran un mensaje de su destino.

Tendría que hablar con sus padres en la mañana.

La lechuza de McGonagal interrumpió el sueño de la castaña nuevamente, estaba picoteando el recipiente de comida que ya se encontraba vacío, Hermione se levantó y deposito comida al animal; tan pronto su madre la sintió caminar por la habitación, la llamo:

- Hemi, ¿estás despierta hija?

- - Si mamá.

- - Baja a desayunar por favor, te hice pancakes de banana, tus favoritos.

Hermione, sintió un nudo en la garganta, sonriendo con tristeza recordó como había extrañado ser la adoración de su madre y salió hacia el comedor; en Hogwartss hacían los mejores banquetes, pero nada superaba el sabor de la comida de su madre, rápidamente tomo a su madre por la cintura y le dio un abrazo por la espalda durante algunos minutos. Después se sentó con ambos padres a tomar el desayuno, sin pensarlo, al terminar su jugo de manzana les dijo:

- Me han propuesto ser maestra en Hogwarts.

Sus padres se miraron entre sí con los ojos bien abiertos y una mirada llena de duda y nostalgia; su padre tomo la vocería.

- Mi pequeña ave, cuando te criamos siempre deseamos que crecieras como una niña independiente y sabia al tomar tus decisiones, solo que no imaginamos que tu independencia te llevaría tan lejos de nosotros. – El señor Granger al final no pudo evitar que se le quebrara la voz, busco apoyo en la madre de Hermione quien le sujeto la mano sobre la mesa.

Hermione los miro dulcemente a ambos, sus padres eran lo más importante en su vida, no imagino sufrir tanto al separarse de ellos para ir en búsqueda de Horrocruxes, se habia sentido culpable porque siempre contaba los días para marcharse a Hogwarts en las navidades o pasar algunos fines de semana en casa de los Weasley, jamás pensó que se arrepentiría por ello, pero lo último que deseaba era hacerles daño.

- ¡Ve! – Dijo su madre rápidamente – Eso es lo que te hace feliz, he visto como se iluminan tus ojos cada vez que habas de pociones y cosas que nosotros no alcanzamos si quiera a imaginar.

Hermione miro significativamente a su madre, su determinación claramente había sido heredada de esa parte de la familia.

- ¿Cuándo te vas? – pregunto su padre derrotado.

- No lo sé, tengo que escribirle a McGonagal, nunca me pregunte cómo funcionan las cosas con los profesores.

Luna de PlataWhere stories live. Discover now