Carente

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Theo vigilaba desde los arbustos la impresionante cabaña de los Malfoy, habia visitado esta casa en compañía de su padre en varias ocasiones y su satisfacción fue mayúscula al hallarlos allí; llevaba cuatro días alimentándose de bayas y descansando sobre el musgo. Todo esto valdría la pena al ver la luz de la vida apagarse lentamente en los ojos de los Malfoy.

Era una noche fría, recostado contra algunos ciervos se daba calor al tiempo que la iluminación proveniente del interior de la casa le permitía observar el cuadro de la familia Malfoy.

Draco estaba sentado en una pequeña silla junto a un piano de cola tocando tenuemente una lenta melodía, a su lado, su madre de pie observaba los movimientos de su hijo, apoyando una mano en su hombro. Al otro lado de la estancia sentado, fingiendo leer, Lucius observaba a su mujer y a su hijo con una sonrisa en los labios.

La envidia de Nott se adhería con intensidad en su estómago, esa sustancia turbia no le permitía dormir en las noches, llevaba meses planeando su venganza y esa imagen alimentaba aún más su ansia de ajustar cuentas. Draco era un perdedor al fallar en todas las misiones asignadas por el señor tenebroso, y sin embargo su familia era tan estúpida para aun así mostrarle amor.

Theodore solo había recibido desprecio por parte de su padre, lo maltrataba incesantemente por manifestar su desacuerdo con los principios de la sangre pura, con el ideal de servir a Voldemort sacrificando incluso su alma para ello.

Nunca conoció el amor de su madre pues esta falleció cuando él tenía tan solo cuatro años, la vio padecer por horas clamando el nombre de su padre quien se hallaba inmerso en una misión con los mortifagos. No se le permitió llorarla, extrañarla o nombrarla.

Un deje de frustración rondaba sus pensamientos: esos estúpidos Weasley no tenían en valor de acabar con la vida de Draco, pero él tenía otros planes para el rubio, esperaba que el apellido de esa pomposa familia desapareciera del mundo mágico.

Rodeó la casa pausadamente con el fin de tener el mejor ángulo para su visión, ese hogar tenía una ventaja indiscutible para sus planes y eran los inmensos ventanales en cristal. Nott en su vigilancia se percataba de la rutina de la familia, eran bastante predecibles en sus acciones y gracias a su permanencia estable en el hogar le hacían aún más fácil su tarea.

Los días anteriores se había comunicado a través de su lechuza con Ron, en las cartas enviaba una breve descripción de las actividades comunes de la familia de manera muy escueta. Esa mañana el correo llevaba una descripción de las actividades que jamás eran modificadas de horario:

Ronald Weasley:

9:00 am Desayuno sala de estar todos

10:00 am. Lectura sala hombres

1:00 pm. Paseo mujer, hombres planta superior

4:00 pm Lectura exterior mujer, sala de estar hombre. Planta superior joven.

6:00 pm Té sala de estar todos.

8:00 pm Habitaciones

Espero respuesta.

Esa noche al tiempo que espiaba, vio a una lechuza sobrevolando por ahí, Nott se alejó de su punto de vigilancia dirigiéndose a un claro del bosque para deshacerse de su disfraz.

La lechuza detuvo su vuelo cerca de un arbusto, parándose en una de las ramas. Nott, con una sonrisa ladeada desanudo la carta de la pata del animal.

Theodore:

Todo está convenido para las 4:00pm.

Tengo el traslador,

Iré solo

Luna de PlataWhere stories live. Discover now