Detrás de la verdad

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Adrián la miró un segundo y luego volvió a mirar a la carretera. Ese segundo le bastó para darse cuenta de que Dunia sabía de lo que hablaba. Que no era una simple suposición, que en algún momento los había pillado. ¡Que lo sabía de verdad! Adrián siguió callado y Dunia empezó a reírse. Adrián volvió a mirarla.

- ¿Tú también lo sabes verdad? Claro... que tonta he sido - Se llevó las manos a la cara y se frotó las sienes con dos dedos - No se si es que soy una suicida o es que le quiero demasiado pero....- Entonces Adrián la interrumpió.

- Sabes que Dani, igual que otra mucha gente, ve el amor de distinta forma, igual que el sexo. No por eso él te quiere menos. Y por eso, todo esto, aunque te duele... en el fondo, lo consientes - Dunia soltó el aire que llevaba aguantando.

- Pero es María... la conozco, la tengo que mirar a la cara... ¡Dios! ¿Sabes cuanto me cuesta no odiarla? - Adrián soltó un suspiro.

- Está casado contigo ¿no te dice nada eso Dunia? - Se tocó la barriga y volvió a respirar hondo.

- No le digas que lo se todo, por favor - Le miró y Adrián hizo lo mismo. Tenía los ojos llorosos y se notaba que se debatía consigo misma en su interior.

- No lo haré.

Esa noche cenaron todos juntos y además Diego invitó a Bluma, Ebba y Alaric. Cuando estos tres llegaron Dunia ya estaba demasiado cansada y si no fuese porque al ver a Alaric algo se encendió entre sus piernas, se hubiera ido a la cama sin cenar. Pero no lo hizo. Dani la había estado observando. Porque la notaba rara desde que habían llegado a Alemania.

- ¿Te gusta Alaric? - Dunia se ruborizó y se giró a mirar a su marido que la cogía por la cintura detrás de ella.

- Es guapo.

- ¿Te gustaría probar con él?

- ¿Se te ha olvidado que estoy embarazada o que? - Dunia alzó la voz más de lo correspondido y María que estaba cercó se giró a mirarla tras oírlo. Dani entonces dejó de mirar a su mujer y se centró en mirar a María - Lo que faltaba. ¿Quieres centrarte en mi? - Dani volvió a fijar la vista en su mujer.

- Estoy contigo cariño, ven vamos a hablar fuera - Dani le tendió la mano y Dunia se la cogió con los ojos encharcados en lágrimas.

- Que la fiesta continúe - dijo María en cuanto los vio salir. Adrián entonces se acercó a ella.

- ¿Estás bien preciosa? - Se puso de puntillas y le dio un suave beso en los labios.

- Si... bien, espero que Dani y Dunia también lo estén - Adrián cogió su mentón con el dedo índice y pulgar y le levantó la cabeza.

- Están bien, solo tienen que hablar. Tranquila ojazos.

Una vez fuera Dani se apresuró en mostrar cariño a su mujer.

- ¿Qué te pasa cielo? - Dani cogía ambas manos de su mujer.

- Nada, supongo que las hormonas me han jugado una mala pasada. Me he vuelto loca y me ha dado por pensar que tú y María ... - Dani la calló acunandola en sus brazos.

- Estoy contigo cariño. Te quiero.

Dani y Dunia entraron media hora después y ella mostraba tras esa cara roja y esos ojos hinchados de haber llorado una gran sonrisa.

La cena fue incómoda, sobre todo para María que no paraba de mirar a Bluma, Ebba y Alaric por si se sentían incómodos en dicha situación. Le sabía mal. Ella estaba acostumbrada a estas cosas. Ella y los demás. En su familia, porque sus amigos siempre los había considerado también su familia, siempre había algún quebradero de cabeza, pero no estaba segura de si Alaric, Ebba y Bluma estarían acostumbrados a cierta tensión. Por eso, en cuanto pudo, cogió a Bluma, quien hablaba mejor español y le pidió que la ayudará a buscar los postres.

En el corazón de María - Trilogía María parte 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora