En el corazón de María - Trilogía María parte 3

Querida Barcelona mía

La última vez que había visto a Nacho había sido aquella noche de fin de año en casa de Dani cuando desapareció por completo. Sí que habló con él por teléfono alguna que otra vez. Sobretodo porque quería saber porqué se había ido, pero nunca llegaron a verse. Luego ella le contó lo suyo con Adrián y Diego a su familia y se vio obligada a huir a Alemania y la distancia les hizo mella. Ya dejaron hasta de llamarse. Ella se centró en su vida y él, se centró en dejarla ser feliz. Lo que siempre había querido. Que fuera feliz.

Bajó del avión y mientras recogía la maleta llamó a Adrián para avisarle que ya había llegado. También a Diego. Se acordó de aquella vez cuando decidió dejarlos en Almería para volver con Nacho y él le estaba esperando como ahora, tras esas puertas que ahora mismo iba a cruzar y se paró en seco. Respiró hondo. Salió pero Nacho no estaba ahí. Lo esperó un rato y como no lo vio decidió salir fuera y esperarlo en la calle. Tras media hora lo llamó.

- Estoy de camino. He pillado atasco - No le dio tiempo a decir nada.

- Vale, estoy fuera, te espero donde los taxis.

Quince minutos después un coche audi blanco se paraba delante de ella y de él se bajaba Nacho. María se quedó mirándole. ¡Joder! ¿Cómo podía ser tan guapo? Tenía más de cuarenta años y era tan atractivo que hasta dolía mirarle. Nacho se acercó a ella y la abrazó tan fuerte que María hasta se asustó.

- Madre mía pequeña - Cogió su cara con sus manos, la miró detenidamente a los ojos y luego le plantó un beso en la frente. La soltó, cogió sus maletas, las cargó en el maletero, le abrió la puerta para que subiera en el coche, María subió y luego subió él al coche. María estaba un poco alucinada. Nacho estaba como si nada. Además de feliz. Muy feliz.

En el coche Nacho la miró un par de veces. Y ella a él también.

- Coche nuevo. Me gustaba el de antes - Nacho sonrió.

- Lo sigo teniendo. ¿Que vas a casa de tu hermano?

- No... me alojaré esta noche en un hotel - Nacho la miró.

- ¿Estás de broma? Te vienes a casa. No voy a dejar que vayas a un Hotel María.

- Ni que hubiera dicho un Motel - Sonrió y él le devolvió la sonrisa.

- ¿Que tal por Alemania?

- Bien... tengo trabajo- Nacho empezó a reírse.

- Trabajando tú... vaya. Es, impresionante.

- ¿Tanto te sorprende?

- No, me emociona gratamente.

Que sensación tan maravillosa y nostálgica fue ver las luces de su preciosa ciudad. Cuánto la había echado de menos. Nacho aparcó el coche en el parking de su piso. Que recuerdos. Su precioso ático. Por un momento había olvidado que Nacho se había instalado en él. Que cuando ella lo había rechazado por todos los recuerdos que impregnaban las paredes él había decidido quedárselo. Entraron y ... que cambiado estaba todo. No parecía el mismo. María se paró en seco en la puerta y Nacho la miró.

- Lila quiso hacer reformas.

- ¿Lila? - María se giró a mirarle.

- Si, ella y yo .... vamos a casarnos el año que viene María - Volvió a mirar al frente y echó a andar al salón. No dijo nada. Se puso a mirar las fotos. Si, se acordaba de Lila. La abogada, la preciosa guapa y sexy abogada. Lo dejaron. Por ella. Se acordaba. Suponía que ahora que ella no estaba, Nacho le había dado una segunda oportunidad.

- ¿Dónde está ahora?

- Tiene un juicio en Madrid y lleva 15 días fuera - Nacho suspiró - Oye María...