La visita

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María, Lorena y Pablo esperaban en la sala a que los llamaran. María le cogía la mano a su cuñada y Pablo se frotaba la cara nervioso. Lorena se reía al verle. 5 minutos después les llamaron y entraron en una sala. Lorena se tumbó en una camilla, se levantó la camiseta y el doctor entró. Lo prepararon todo. María respiró hondo. Hacía solo unos meses ella estaba así, en una situación similar y le habían dicho que era un niño.

*- ¿Se ve lo que es doctor? - Preguntó Diego nervioso.

- Si... - Respondió y los miró a los tres. Diego le cogía la mano a María y Dani le cogía la otra. Adrián estaba de pie junto a ella y le acariciaba la cabeza - Bien... pues es un niño - María sonrió y los miró a los tres uno a uno...

- Un niño - Dijo entre medio suspiro - Gary... quiero que se llame Gary - Sentenció María y todos estuvieron de acuerdo. *

Activó el modo 5d y pudieron ver su cara perfectamente, tenía un dedo metido en la boca y Pablo se echó a reír. El doctor fue moviendo el ecógrafo poco a poco.

- Vale... creo que tenemos aquí a una pequeñita - Dijo de pronto. María miró a su hermano. Pablo se llevó la mano al corazón.

- ¿De verdad? - Le preguntó al doctor - Quiero decir ¿está seguro?

- Si... mira... - El doctor se lo enseño y todos pudieron comprobar que se trataba de una niña.

Al salir Pablo ya había derramado alguna que otra lágrima de emoción aunque las había intentado disimular.

El día 30 María decidió pasarlo todo el día encerrada en casa descansando. Quería estar a tope para la fiesta del 31... y es que como cada año iban a salir con los amigos, que eso incluía a Nacho claro, y tenía que tener todos los sentidos alertas para él. Además este año habían planeado cenar y salir fuera. Nada de quedarse en casa de nadie. Así que habría gente distinta a los de siempre y eso jugaba a su favor. Eran las 4 de la tarde cuando sonó el timbre. Estaba en el sofá viendo una película de esas antiguas en blanco y negro que ni siquiera sabía cuál era porque no le estaba prestando atención, fue abrir sin mirar quien era, pensando que sería su hermano. No cayó en la cuenta que el timbre fue del portal y no de arriba. Así que al abrir no había nadie. Y se quedó extrañada. Cerró la puerta y volvió al sofá. 15 segundos más tarde volvió a sonar el timbre y ya entonces se dio cuenta. Cogió el interfono y se lo puso en la oreja.

- ¿Quien?

- Hola ojazos - Se le paró el corazón.

- Sube - No supo porque le dejó pasar, pero no quería tener ninguna conversación con él a través del interfono. Le abrió las puertas y volvió al sofá. Adrián subió y se la encontró sentada y tapada con una manta.

Entró y cerró la puerta tras él. Avanzó unos pasos y se quedó de pie a unos metros de distancia de ella.

- ¿Que quieres? - Le dijo ella.

- Verte.

- Ya me estás viendo.

- Y hablar.

- ¿De que?

- De nosotros.

- Ya no hay un nosotros - Respondió ella.

- De lo que hubo.

- No quiero hablar de ello - Adrián respiró hondo.

- ¿Puedo sentarme a tu lado? - Ella miró el sofá y el hueco que quedaba libre. Si le dejaba sentarse igual no sería capaz de controlarse.

- No.

- María...

- Quédate de pie - Adrián volvió a respirar hondo.

En el corazón de María - Trilogía María parte 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora